Marta Jara, presidenta de Ancap
Tecnología, control e innovación son la combinación necesaria para que una de las principales empresas públicas del país logre afrontar los desafíos de la industria 4.0.
¿Cómo imagina a Ancap en el mediano y largo plazo?
Los próximos 10 años serán fundamentales para Ancap, ya que se da un punto de inflexión en la industria en general, y en el sector energético en particular. Para afrontar el futuro necesitamos incorporar mucha tecnología y así poder ser más competitivos y realizar la transición hacia nuevos modelos de negocio. También hace falta un cambio de cultura radical que nos permita ser más ágiles y centrados en los clientes. Contamos con una ventaja competitiva, que tiene que ver con un buen nivel de profesionales, tener plantas industriales y presencia comercial en todo el país para poder posicionarnos como pioneros frente a estos desafíos.
¿Qué tareas fundamentales deberían llevarse adelante en el país, pensando en el desarrollo de una empresa pública como Ancap?
Profundizar en la gobernanza de las empresas públicas, para que adopten mejores prácticas de gestión y que estén sujetas a un control eficaz. También ahondar en la regulación de los monopolios y de la competencia, con entes reguladores fortalecidos.
Por otra parte, debemos continuar con los esfuerzos de innovación, favoreciendo la convergencia tecnológica y la colaboración entre las empresas públicas, y de éstas con las agencias de innovación, la academia y el sector privado.
¿Cuáles son los temas en que Uruguay, como país, tendría que poner énfasis, sin importar nivel ni sector de actividad, apuntando a un mayor desarrollo de su sociedad y de su economía en la próxima década?
Nos debemos un debate serio sobre un nuevo contrato social en el mundo de la industria 4.0. Es decir, cuántos empleos de calidad tenemos para cubrir en esta nueva realidad competitiva, cómo es el sistema educativo que permite cerrar las brechas, cómo se resuelve la ecuación social, fiscal y previsional en ese escenario. Siempre fui empresaria y pienso en estas incertidumbres como temas determinantes a tener en cuenta, y en el rol que las distintas organizaciones deberán cumplir para aportar soluciones en forma proactiva.
