Francisco Beltrame, presidente de la Agencia Nacional de Vivienda (ANV)
El presidente de la ANV fue crítico con el proyecto del diputado de Unidad Popular, Eduardo Rubio, que presentó recientemente a la Intendencia y que cuenta con media sanción en el Parlamento. “Creo que lleva a extremos de deseos algunas cosas que, con los pies en la tierra, son difíciles de llevar adelante”, sostuvo Beltrame. El proyecto promueve la construcción de viviendas que se asignen a beneficiarios de salarios inferiores a $77.000 nominales sin previas garantías ni necesidad de ahorro previo y con cuotas que no superen el 10% de sus ingresos.
El Menú En la cálida cava de Panini´s, el presidente de la ANV degustó pluma de cerdo grillada con salsa de maracuyá, miel, tomillo y lima, con ensalada fresca de verdes, acompañado por agua mineral. Para la sobremesa optó por un café.
Por María Noel Durán | @MNoelDuran
¿Cómo evalúa la actual política de vivienda que se lleva a cabo en el país?
La actual política ha tenido avances sustantivos desde el 2005 a la fecha que hace una configuración de la ciudad muy importante, esto a través de distintos instrumentos. Yo hablaría más de política de hábitat más que de vivienda exclusivamente, en la medida en que hay leyes que son claves desde el punto de vista de la posibilidad de desarrollar las políticas de vivienda. Por ejemplo, la ley de ordenamiento territorial desde el punto de vista de hacer planes por departamento y por ciudad. Esto permite definir dónde es que uno debe llevar adelante los emprendimientos en materia de vivienda.
De repente es algo que pasa inadvertido pero es sustantivo porque marca una tendencia en cuanto a no generar crecimiento de infraestructura hacia cualquier lado.
La política de vivienda es una política abierta como la del año 68 que admite diversidad de formas de acceso a la vivienda. En ese sentido, tienen su lugar el movimiento cooperativo, las empresas constructoras, los promotores privados, también el Plan Juntos y el plan de mejoramiento de barrios para trabajar sobre los asentamientos irregulares.
También, lo que fue reglamento y desde este año es ley como es la ley de Subsidio a la Permanencia que permite que las familias tengan acceso al mismo producto con cuotas distintas en función de sus ingresos.
Consideramos que hemos podido generar la reconstrucción de la política de vivienda.
-¿Hacia dónde se construye esta política de vivienda?
-Hoy en día hay una coincidencia de aprovechamiento de áreas centrales desarrollado a través de todos los actores. El movimiento cooperativo y los llamados del Ministerio de Vivienda hace un tiempo vienen apuntando a la ejecución en áreas centrales. Algunos ejemplos son clarísimos como toda la mañana en torno al Mercado Agrícola y otras manzanas alrededor. En Ciudad Vieja han construido más de 18 cooperativas, también alrededor del Cementerio Central hay 6 o 7 cooperativas. En la calle Arenal Grande y Galicia también hay una cooperativa, y otra en Uruguay y Arenal Grande. No solo se construye en la periferia sino que también se hace con calidad en áreas servidas.
-En una entrevista con el semanario Voces aseguró que hay un déficit de entre cincuenta y ochenta mil viviendas y, a su vez que unas 140.000 presentan un déficit cualitativo. ¿Cuál es el foco al que se apunta para revertir esta situación?
Hay diversas políticas que van a la mejora de esto. En el período pasado se iniciaron programas que apuntan a la refacción de viviendas con créditos para refacción y ampliación que se canalizan a través de los gobiernos departamentales.
Siempre con estos números hay que tener cuidado porque surgen del año 2011 y desde ese año hasta ahora ha habido esfuerzos muy importantes. En lo que tiene que ver, por ejemplo, con acceso a red eléctrica se ha avanzado muchísimo en el medio rural, lo mismo con el saneamiento en Ciudad de la Costa.
Se ha puesto un foco importante en la recuperación, ¿verdad?
Sí porque en realidad muchas veces la preocupación de las políticas hasta el período pasado era solucionar el déficit, construyendo vivienda nueva, cuando en realidad un importante stock de viviendas ya estaba construido.
El estudio realizado para la ley de inmuebles abandonados nos demostró que hay inmuebles que estaban aparentemente abandonados pero que en verdad estaban siendo habitados por sus dueños pero que, de repente, no tienen las condiciones para refaccionar la fachada.
Recientemente el diputado Eduardo Rubio presentó a la Intendencia su Plan de Vivienda Popular que ya tiene media sanción en el Parlamento, ¿qué opina de esta propuesta?
Creo que lleva a extremos de deseos algunas cosas que, con los pies en la tierra, son difíciles de llevar adelante. En primer lugar, no está definido de dónde surgen los recursos para poder abordarlo y ese es un déficit que claramente ha habido desde el punto de vista presupuestal para llegar a determinados sectores.
Tenemos un medio punto del PIB para inversión en materia de vivienda frente a las necesidades que existen. Esto se viene trabajando, el año pasado el Ministerio sobre-ejecutó y a eso obedece algunos ajustes que hay en la Rendición de Cuentas para poder potenciar lo que el Ministerio viene haciendo que implica la ejecución del 99% de los recursos asignados.
En el proyecto de Rubio no hay una fuente de financiación definida y por como está planteado, prácticamente no habría retornos de capitales invertidos.
Como se plantea hoy en día ¿no sería viable?
Creo que no sería viable. Hay población que no requiere ayuda del Estado para llegar a la vivienda pero hay otra porción que sí y eso lo tenemos claro. Hay tres componentes que son claves en las políticas desarrolladas por el Estado que son: el aporte propio, el préstamo y la política de subsidios.
¿Se procura que las personas que al día de hoy alquilan puedan llegar a adquirir su vivienda propia?
Es una preocupación que hay población que claramente no tiene posibilidad de acceso y para eso hay algunas políticas como la garantía de alquiler para aquellas personas que no podían acceder a las condiciones siquiera para el alquiler.
Hay preocupación para la generación de nuevos programas que permitan el acceso a familias de acuerdo a sus políticas. Y hay otros programas donde los recursos provienen el 100% del subsidio total del Estado, la pregunta es: ¿Tenemos los recursos para darle al 100% de la población vivienda sin contraprestación alguna?
En una entrevista anterior con CRÓNICAS en 2016 comentó que dentro de lo que son las nuevas soluciones habitacionales financiadas a través del Fondo Nacional de Vivienda, están previstas (en el plan quinquenal) 10.000 viviendas cooperativas, 3.500 viviendas a realizar por empresas y 1.200 construcciones de viviendas para pasivos del BPS. ¿Se están cumpliendo esas perspectivas?
Hay 4.105 viviendas terminadas por cooperativas y 1.800 en ejecución; por empresas 301 y 468 en ejecución, para el BPS 1.113 terminadas, 213 en ejecución; autoconstrucción asistida 1.252 terminadas, 974 en ejecución; viviendas en pequeñas localidades 2.044 terminadas, 1.200 en ejecución; préstamos para adquisición de viviendas con subsidios 1.084 terminadas, relocalizaciones 1.207 y 643 en ejecución son datos a diciembre de 2017. Esto da un total de construcciones habitacionales terminadas de más de 10.000 y 10.400 en obra; unas 20.000 y falta lo que se terminó en este año. Se han invertido todos los recursos que se disponían.
También se han comercializado cinco estructuras inconclusas que habían quedado del Banco Hipotecario, por ejemplo una en Santiago de Chile y Barrios Amorín, la de Rondeau y César Díaz, La Paz y Paraguay o Rivera y Lepanto. Ha habido avances sustantivos en cuanto a transformar en activos aspectos que estaban en déficit.
En julio, Appcu se presentó ante el gobierno para solicitar la revisión del tope en el precio de los arrendamientos a los empresarios que invierten en viviendas para alquilar y en algunos proyectos establece que el 10% de las unidades deben venderse a un precio fijado por la cartera. Parece que contarían con el apoyo del MEF y la vicepresidenta también habría visto con buenos ojos el planteo. ¿Qué piensa usted?
Se está manifestando que ha habido un descenso en la presentación de proyectos. Estoy en condiciones de afirmar que es falso. Para tener alguna idea y dar algún número, en el año 2015 se presentaron 71 proyectos por 2.099 viviendas; en 2016, 98 proyectos por 2.882 viviendas; en 2017, ingresaron 79 proyectos por 1.557 viviendas. En los seis meses que van de enero a junio, inclusive, de este año entraron 42 proyectos que significan 972 viviendas. De mantenerse la tendencia del primer semestre en el segundo, este año alcanzaríamos 84 proyectos, es decir más de los ingresados en 2017 y en 2015.
Acá hay un problema que es real que es el siguiente: con qué precio se está llegando a la vivienda y a quién se le puede comercializar esa vivienda. Si tu vienes de hace 10 días sin tomar agua porque estuviste en el desierto, probablemente sos capaz de tomarte dos litros de corrido, al otro día no lo vas a hacer. Las inversiones del sector vivienda, las bajas y subidas corresponden con los lógicos movimientos de más inversión o retracción.
El problema no está ahí, entendemos que en todo caso a la fecha, desde que comenzó la ley, hay 7.954 viviendas terminadas, 6.000 viviendas en construcción y 1.628 que aún no se han iniciado y más de 700 en estudio. En concreto, entendemos que el planteo global no es de recibo.
“Estamos en una sociedad de consumo que prioriza distintos factores antes que la vivienda”.
El problema del precio de la vivienda y a quién se le llega con esa vivienda promovida, ¿no era ya una batalla perdida?
Creo que no, creo que ha habido momentos y momentos. En el momento inicial hubo acceso de otros deciles de ingreso. Ese tema lo advertimos en 2015 y por eso se impuso determinado tope que permitió que llegáramos a precios promedio más acordes a las posibilidades. En este período, se optó por una solución distinta pero que una porción de eso quedara para atender a los sectores que no sean el 30% más rico de la población.
¿Se han reunido el Ministerio de Economía con el de Vivienda, por ejemplo, para tratar el tema?
Tengo entendido que sí.
¿Usted no participó?
No, no es nuestro rol.
El objetivo del plan Yo Ahorro Joven de la ANV era propiciar la cultura del ahorro, sin embargo, los alquileres han crecido y la posibilidad de cumplir el sueño de la casa propia es muy lejana para muchos uruguayos, sobre todo de clase media, ¿alcanza con estimular el ahorro?
Es medio complicado nadar contra la corriente. Estamos en una sociedad de consumo que prioriza distintos factores antes que la vivienda. Nuestra tarea es tratar de marcar el camino de acceso a la vivienda. Hay esfuerzos muy grandes del gobierno para ello.
Un grupo de 600 familias deudoras del Banco Hipotecario y la Agencia Nacional de Vivienda reclama que están obligados a pagar una deuda «ficticia» debido a que el valor de las Unidades Reajustables creció «artificialmente» por encima de la inflación en los últimos años. Más allá del pasaje de UR a UI, ¿se toma en cuenta la relación entre el valor de los inmuebles y lo que las personas ya saldaron? ¿se piensan nuevas soluciones al respecto?
La Unidad Indexada y la Unidad Reajustable son unidades de moneda que tienen una variación en función de determinados parámetros. La Unidad Reajustable (UR) modifica en la misma medida que el índice Medio de Salarios que es estrictamente la misma medida con la cual se ajustan las jubilaciones y pensiones. La Unidad Indexada (UI), en cambio, refleja la evolución de la inflación en un período determinado. La UR varía mes a mes y la UI día a día.
Cuando uno contrata un préstamo asume convenciones a las que uno debe de atenerse. La UR fue la unidad vigente y que sigue vigente.
Lo que se planteó en el 2013 y se vuelve a plantear ahora es la posibilidad de conversión de aquí para adelante, lo que no podemos hacer es generar una cuestión que depende, con las cartas vistas, cómo es que te pago. Es como ir a comprar un número de lotería y reserva el que sale a la grande y después pago por el que salió y no pago por el que no salió.
Según dijo el representante de los deudores, Gustavo Firpo, a La Diaria, en la reunión mantenida, el ministro Danilo Astori admitió que muchos están pagando intereses y no lo que adeudaron originalmente…
No, en todos los préstamos amortizables, a grandes rasgos, en la primera cuota que se paga se pagan prácticamente todos los intereses y en la última es todo capital. Por lo tanto, la afirmación de que se pagó el capital al principio no es así. Al principio se paga mucho interés y poco capital y, al final, mucho capital y poco interés.