Pablo da Silveira, asesor en Educación del senador Luis Lacalle Pou
“Cuando alguien pica en punta es normal que haya ataques”, opinó el asesor de Luis Lacalle Pou, consultado sobre las reacciones que han tenido los propios compañeros del líder nacionalista frente a su propuesta de cambio bajo el concepto de “evolucionar”. Sin embargo, el también experto en Educación, le restó importancia a los conflictos de la interna del Partido Nacional (PN) y aseguró que es la más pacífica de todas.
El menú Da Silveira eligió como entrada carpaccio de lomo, para luego degustar los tradicionales ñoquis de papas de Panini’s, en salsa cuatro quesos. El menú fue acompañado por agua mineral.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-Lacalle Pou propuso “un gobierno para evolucionar” y generó las críticas de sus propios compañeros. ¿Una interna dividida no perjudica al PN?
-Hay una cosa curiosa con la interna del PN, que es que alcanza con que haya un intercambio de frases para que aparezcan los titulares que hablan de la horrible tensión que hay entre los blancos, cuando en realidad si uno compara la interna del PN con la de los otros partidos, es la más pacífica de todas.
Lo peor que ha pasado entre blancos en los últimos años ha sido un juego de niños al lado del choque estándar que hay dentro del Frente Amplio (FA). Las cosas que se escucharon dentro del Partido Colorado (PC) en la época previa a la salida de [Fernando] Amado no tienen comparación con nada que haya ocurrido en el PN. Entonces me parece que hay una especie de predisposición a encontrar conflictos que se da en el caso del PN y no en otros.
-No ve las diferencias internas como un motivo de preocupación.
-La interna del PN sigue siendo muy pacífica, donde hay mucho respeto, y que de vez en cuando haya algún intercambio de frases es lo normal y esperable en la política; no creo que haya ningún motivo de preocupación.
-¿A qué responde ese concepto de evolución?
-Es un término al que llegamos después de reflexionar y discutir mucho entre nosotros. Queríamos una palabra que reuniera varias cosas. Primero, que dejara claro que no somos refundacionales, que no llegamos a estas elecciones con la actitud de romper todo lo que se hizo en los últimos 15 años. Es decir, seguiremos adelante con lo que se hizo bien, corregiremos lo que se hizo mal y haremos lo que no se hizo.
En segundo lugar, buscábamos dejar claro que nuestra posición no es de nostalgia ni de mirar al pasado, sino de mirar para adelante. Para nosotros lo más desafiante está por venir, y lo que Uruguay necesita es construir su lugar en un mundo futuro que se nos acerca de manera muy acelerada.
También significa que evolucionamos como sector, como personas. El que no evoluciona en su vida personal es alguien que quedó petrificado, y nosotros seguimos aprendiendo, enriqueciéndonos de aportes, y en ese sentido es una promesa de apertura mental de más flexibilidad, de actitud innovadora y creativa.
-Imagino que querer dejar claro que no son refundacionales tiene que ver con intentar desestimar lo que se ha dicho desde el FA, de que los blancos van a cortar las políticas sociales, los derechos laborales.
-Nosotros no somos reactivos, somos propositivos. Sabemos que todos esos ataques que van por el lado del pasado existen y que van a acentuarse a medida que se acerque la fecha de las elecciones, pero no le haríamos un favor al país si diseñáramos nuestro recorrido por reacción a lo que otros dicen o hacen; tenemos motor propio.
-Jorge Larrañaga y Verónica Alonso se mostraron contrarios a esa idea de evolucionar, en el entendido de que los cambios que el país necesita deben ser drásticos y que lo malo debe eliminarse directamente.
-Evolución no significa que no se vaya a eliminar lo que está mal, quiere decir que el centro de gravedad tiene que estar en lo constructivo, en lo positivo, en el avanzar, en el edificar sobre lo que ya está hecho.
-De todas formas, esas críticas hacia la propuesta de Lacalle Pou existieron. ¿Por qué cree que todos lo atacan?
-Cuando alguien pica en punta, cuando alguien aparece como la figura mejor ubicada de la oposición, es normal que haya ataques. No hay que desesperarse ni tampoco vamos a reaccionar, porque lo que tenemos claro es que queremos una campaña centrada en las propuestas, en el dar respuesta a los problemas que hoy está sintiendo la gente, en abrir rumbos futuros y no convertir la campaña en una gran pelea de todos contra todos, que es algo que los uruguayos no nos merecemos.
-Pero ¿no cree contradictorio que desde el PN se hable de hacer una coalición y de concretar acuerdos programáticos con otros partidos, y al mismo tiempo se ataquen en la interna?
-No ha pasado nada en la interna del PN que haga pensar que no exista la posibilidad de construir acuerdos, de llevar adelante líneas de acción comunes. De hecho, fue el primer partido que reunió a todos sus precandidatos sin ninguna clase de inconvenientes. Creo que la imagen de una interna complicada es más el deseo de algunos que una realidad.
-En el FA se dice que esa coalición que plantea la oposición sería ingobernable, dadas las diferencias entre los distintos partidos.
-El que tiene problemas internos es el FA. Hoy no consiguen ponerse de acuerdo ni siquiera en un caso tan evidente y tan carente de matices como el de Raúl Sendic. Han tenido enormes dificultades para definir un rumbo de política exterior, por ejemplo. Cuando uno escucha las cosas que se dicen adentro del FA a propósito de Venezuela, encuentra posiciones que están realmente en las antípodas unas de otras.
Inclusive, hay grandes discrepancias acerca de cómo dar respuesta a las dificultades económicas que vive el país. Si uno escucha a Mario Bergara y al MPP (Movimiento de Participación Popular), las posiciones sobre lo que hay que hacer en materia económica son muy distantes. Por tanto me resulta francamente curioso que el FA se dedique a hacer esa clase de comentarios, cuando tiene un incendio enorme en su propia casa.
-¿Con qué partidos formarían esa coalición?
-Los candidatos son el PC, el Partido Independiente, el Partido de la Gente, pero no descartamos poder construir acuerdos con una fuerza como Unidad Popular –incluso ya lo hicimos respaldando la Ley de Vivienda Popular-. No nos cercenamos ninguna posibilidad. No es nada raro en una sociedad democrática [conformar una coalición], es lo que pasa todo el tiempo.
Además es un acto de sinceridad, porque hacer campaña fingiendo que creemos que el PN va a tener mayoría propia en el Parlamento y que no necesita de socios sería una tontería, y sería engañar a la gente. Nosotros vamos con la verdad, asumiendo las condiciones políticas que existen –que son las que los uruguayos quieren-, y prometiéndonos hacer política como se hace en los países democráticos cuando los apoyos de la gente están distribuidos entre varios partidos.
“Vázquez corre el riesgo de tener que pasarle la banda a alguien a quien llamó pompita de jabón”.
-Y si tuvieran esa mayoría parlamentaria, ¿también les gustaría contar con aportes de otros partidos?
-Es una pregunta difícil de contestar porque mi respuesta sería que sí, pero si digo que sí en esa hipótesis, vas a decir que lo digo porque sé que no va a pasar, así que mejor no especulemos. La situación es la que es, y en estas condiciones esto es lo que estamos proponiendo.
-¿Está confiado de que va a ganar Lacalle Pou?
-No… creemos que tenemos una muy buena oportunidad, pero sabemos que el partido hay que ganarlo en la cancha. Estamos un poquito vacunados después de lo que nos pasó hace cinco años, cuando las encuestas dieron una imagen que era mejor de lo que terminaron mostrando los hechos.
-“Subestiman a Lacalle Pou, creen que no puede ganar pero se pueden llevar una sorpresa”, opinó el politólogo Daniel Chasquetti entrevistado por CRÓNICAS. ¿A qué atribuye esa subestimación?
-Creo que Chasquetti tiene razón y creo que esa clase de subestimación muchas veces refleja más un deseo que un análisis objetivo de la situación. No es raro que pase eso porque es algo que ha sido alimentado por el propio presidente de la República, que hasta hoy sigue apelando a la expresión “pompita de jabón”, cuando en realidad lo que ha pasado en todos estos años debería haberlo llamado a la reflexión.
-¿Por qué?
-Porque el presidente Tabaré Vázquez corre el riesgo de tener que pasarle la banda a alguien a quien llamó pompita de jabón, lo que dejaría bastante en mal estado su propia imagen.
Da Silveira como ministro: “Le agradezco a Lacalle Pou, pero no hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado”
-¿Qué implicaría “evolucionar” en educación?
-Hay que hacer muchas cosas a la vez. Estamos ante una situación extremadamente grave, y los problemas complejos requieren soluciones complejas. En ese sentido estamos pensando en varios cursos de acción simultáneos.
-¿Por ejemplo?
-Creemos que es necesario llevar adelante una profunda reforma de la formación docente, que está atravesando una crisis, y para eso precisamos un verdadero shock que atraiga a más gente y que mejore mucho la calidad de la formación que se está impartiendo.
Hay un segundo camino que tiene que ver con la gestión y la organización de los servicios educativos. Tenemos que descentralizar mucho, fortalecer al centro educativo como el escenario privilegiado de la vida educativa, asegurar planteles docentes más estables y mejores condiciones para el ejercicio del liderazgo pedagógico. Esas cosas casi todos las aceptan declarativamente, incluidas figuras del oficialismo, pero no hemos hecho nada para avanzar en esa dirección y es una prioridad.
En tercer lugar hace falta un cambio curricular, que solo va a funcionar si también hacemos todo lo anterior. Uno de los problemas grandes que hoy tiene la educación uruguaya es que una parte importante de los estudiantes no tiene la menor idea de para qué sirve hacer algún esfuerzo para aprender lo que se le intenta enseñar.
-¿Cómo se ve en el rol de ministro de Educación, que Lacalle Pou lo tiene reservado para usted si le toca gobernar?
-Yo le agradezco mucho a Lacalle Pou, sobre todo por lo que significa en términos de confianza, pero no hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado. Esperemos a ver si ocurre y te cuento cómo me siento. Lo que sí es importante señalar es que aspiramos a fortalecer el rol de rectoría del Ministerio de Educación (MEC) en el sistema educativo. Uruguay tiene una situación única en el mundo democrático, donde el ministro de Educación se ocupa de las cosas más variadas, pero apenas de la educación.
-Y ustedes plantean cambiar esa situación.
-Nosotros creemos que es posible, en el marco de un respeto estricto de la Constitución y de las leyes, aumentar la gravitación del Ministerio en la orientación general de la política educativa. Nos parece sano y necesario hacerlo porque no hay que olvidar que es en el MEC donde están representados los ciudadanos, los votantes, los alumnos y sus familias.
“En Brasil no hay 55 millones de fascistas, lo que hay es un voto castigo”
-¿Qué papel cree que va a ocupar la corrupción en la campaña electoral? En la entrevista que le mencionaba, Chasquetti explicó que tanto la corrupción como la seguridad han sido los temas que más daño le han hecho a las izquierdas que han perdido elecciones.
-Creo que es así. Acaba de pasar en Brasil, y hay que tener claro que allí no hay 55 millones de fascistas; lo que hay es un voto castigo. Y creo que va a pesar. De hecho, la preocupación que el “caso Sendic” genera en el propio FA tiene que ver directamente con eso, de modo que es un tema que va a estar presente. Lo digo sin alegría, primero porque es mejor que no exista la corrupción, y segundo porque la generalización de estados de opinión que dicen que hubo o que hay corrupción, le hace daño a la legitimidad de las instituciones y a la política.