Los tres meses posteriores a la renuncia del exvicepresidente de la República, Raúl Sendic, fueron suficientes para demostrar que su permanencia al frente del Senado y la Asamblea General estaba ocasionando inconvenientes en la propia tarea parlamentaria.
La semana pasada CRÓNICAS informó que en 2017 se aprobó la mitad de las leyes sancionadas en el mismo período de la legislatura anterior, producto principalmente de la pérdida de la mayoría parlamentaria en Diputados, tras el alejamiento del ex representante nacional electo por el Frente Amplio (FA), Gonzalo Mujica.
Pero lo cierto es que ese no fue el único factor que influyó en la tarea de los legisladores. Hubo otra circunstancia que también impactó profundamente en la caída de los proyectos aprobados: la falta de conducción en el Parlamento, dada, en parte, por el deterioro de la relación de Sendic con la oposición. Eso le impedía participar de la reunión que todos los lunes lleva adelante el presidente del Senado con los coordinadores de bancada de los distintos partidos, donde se acuerda el trámite parlamentario. Ese encuentro es “muy importante porque va marcando el ritmo del proceso legislativo”, expresó en conversación con CRÓNICAS, Daniel Chasquetti, politólogo y experto en la materia.
Puesto que las grandes decisiones del presidente de la República y su gabinete se toman por ley, la figura del vicepresidente se vuelve fundamental porque es un agente del Poder Ejecutivo dentro del Parlamento y es el responsable de controlar el ritmo de esa agenda, explicó el analista, y enfatizó que tras la asunción de Lucía Topolansky como vicepresidenta, comenzó a observarse claramente una aceleración del trámite de los proyectos de ley que estaban frenados.
Si se compara la actual legislatura con las dos anteriores, el Ejecutivo mandó casi la misma cantidad de iniciativas en todos, pero en este período se aprobaron muchas menos. “Eso es producto de razones vinculadas con la pérdida de la mayoría en la Cámara de Diputados, y de que no hubo nadie que asumiera el costo de coordinar con las bancadas parlamentarias y al mismo tiempo monitorear las comisiones más relevantes”, argumentó.
Actividad que repunta
Según un informe elaborado por el Programa de Estudios Parlamentarios del Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales (UdelaR), a cargo de Chasquetti, el último trimestre del año ofreció buenos ejemplos acerca de cómo la salida de Sendic impactó sobre los resultados legislativos. Esto quiere decir que gracias a la llegada de Topolansky, que tuvo como consecuencia un trabajo coordinado de la bancada oficialista, se pudo aprobar la ley de feminicidio, la de riego agrícola, la cuota de género para la próxima elección, la ley de erradicación de la violencia de género y la de los cincuentones, entre otras.
En conclusión, tanto la renuncia de Gonzalo Mujica como la de Sendic “terminan por fortalecer a la bancada del FA, ya que uno garantiza mayoría en la Cámara Baja, y otro la conducción general del cartel legislativo a partir de las prioridades legislativas del gobierno”, afirma el estudio.
Una salida beneficiosa
El politólogo dijo a CRÓNICAS que la dimisión del líder de la Lista 711 fue beneficiosa para el FA por varias razones. La primera es que para la mecánica del funcionamiento del Poder Legislativo hoy hay un líder, que es Topolansky. La segunda, que ella está en contacto permanentemente con el presidente Tabaré Vázquez, y eso resuelve uno de los problemas que inicialmente tenía este gobierno: la bancada frenteamplista estaba subrepresentada en el gabinete, donde había un solo miembro del MPP –el ministro del Interior, Eduardo Bonomi-. En tercer lugar, Vázquez y el expresidente José Mujica “no se hablan mucho”, por lo cual el hecho de que esté su esposa en la Vicepresidencia, implica que haya una especie de mediadora entre ambos líderes. Por último, el repunte de las encuestas, dado que “el gobierno mejoró la imagen y la intención de voto del FA aumentó después de la salida de Sendic”.
Una cualidad fundamental para la fórmula presidencial
Topolansky ingresó al Parlamento como diputada en el año 2000, por lo cual, a diferencia de su antecesor, conoce muy bien el trabajo parlamentario y cuáles son las funciones políticas que el presidente de la Asamblea General debe cumplir como agente del gobierno en la conducción del Poder Legislativo.
El hecho de que Sendic no fuera tan experimentado como Topolansky en la actividad parlamentaria influye en la misma, dijo Chasquetti, y advirtió que eso es algo que a veces los partidos pierden de vista cuando arman la fórmula presidencial. “Piensan en los votos como si fuera un mercado, se ponen por delante otros atributos, pero nadie se acuerda del papel que luego va a cumplir durante los cinco años el vicepresidente”, explicó.
Agregó que ahora se están manejando nombres para la fórmula de Luis Lacalle Pou, la de Daniel Martínez, la de Danilo Astori, y “muchas veces se nombran personas que no tienen nada que ver con el Parlamento como si fuera la fórmula perfecta, sin pensar en que debe ser alguien que esté bien inclinado a negociar y a sentarse a discutir con los otros sectores”.
