“La búsqueda de los 50 votos siempre preocupa”, dijo el coordinador de la bancada frenteamplista en Diputados, Carlos Varela. A pesar de que el gobierno pretende que se aprueben ciertos proyectos que considera fundamentales, Darío Pérez no da el brazo a torcer.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
La semana pasada, CRÓNICAS comunicó que tras la renuncia del exvicepresidente Raúl Sendic y del exdiputado Gonzalo Mujica, la actividad legislativa se aceleró, según un informe elaborado por el Programa de Estudios Parlamentarios del Instituto de Ciencia Política (UdelaR) encabezado por el politólogo Daniel Chasquetti.
Según el analista, luego de la asunción de Lucía Topolansky como vicepresidenta, comenzó a observarse claramente una dinamización del trámite de los proyectos de ley que estaban frenados. De hecho, se pudo aprobar la ley de feminicidio, la de riego agrícola, la cuota de género para la próxima elección, la ley de erradicación de la violencia de género y la de los cincuentones, entre otras.
De todas formas, el especialista afirmó en entrevista con CRÓNICAS que si bien debería haber resultados positivos este año en el Parlamento, casos como la negativa del diputado frenteamplista Darío Pérez (Liga Federal) a votar determinadas iniciativas, pueden poner en riesgo que ese ritmo de producción parlamentaria se mantenga. “El antecedente que dejó Gonzalo Mujica implica que cualquier representante nacional que quiera imponer alguna condición para votar algo puede hacerlo y tiene un poder de veto bastante alto”, explicó.
Pérez ya informó que no está dispuesto a votar el impuesto a las jubilaciones militares, por lo cual no fue posible tratarlo en diciembre del año pasado, como estaba previsto. El proyecto de ley realizado por el Ministerio de Economía persigue el objetivo de reducir el déficit del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas –más conocido como Caja Militar-, que ronda los 400 millones de dólares por año.
Pero en el Frente Amplio (FA) son más optimistas y apuestan al diálogo, pese a que reconocen que la fuerza política carece de un sistema por el cual se pueda obligar a los legisladores a prestar sus votos para aprobar las propuestas que generan diferencias.
Una preocupación permanente
Consultado por CRÓNICAS al respecto, el diputado de la coalición, Jorge Pozzi (Nuevo Espacio), admitió que cualquiera que se niegue a votar algo va a generar dificultades, dado que “no hay ningún mecanismo que el FA pueda aplicar hoy que obligue a alguien a votar lo que no quiere”. Agregó que el partido de gobierno deberá reflotar “la conciencia frenteamplista”, que es lo que los obligaba a acatar los mandatos antes, pero “ahora eso está en duda, entonces “cualquiera puede hacer lo que quiere”.
Pozzi fue coordinador de la bancada del oficialismo en la Cámara Baja hasta setiembre del año pasado, por lo que cumplió un papel fundamental en momentos en que el partido de gobierno no contaba con mayoría legislativa en ese ámbito, y hasta diciembre coordinó el grupo de trabajo que estudió el texto normativo de los llamados “cincuentones”.
Aunque coincidió con Chasquetti en el poder que tiene hoy cada miembro por el FA de la Cámara de Representantes por el hecho de tener mayoría, destacó que no es la primera vez que un legislador tranca una iniciativa. “Pero no se le prestó la debida atención o se creía que podía superarse. No fue así y no va a ser así, por eso esto requiere mucho más diálogo entre nosotros”, aseveró.
El actual coordinador de la bancada, Carlos Varela (Asamblea Uruguay), expresó a CRÓNICAS que “la búsqueda de los 50 votos siempre preocupa”. Aseguró que de 2005 –año en que el FA llegó al poder con mayoría en ambas cámaras- a la fecha siempre hubo que negociar y discutir prácticamente cada una de las propuestas importantes, lo que seguirá pasando en los próximos dos años, por lo cual “es una preocupación permanente asegurar la unidad de acción”.
Darío Pérez: “Se viene el tema de la Caja Militar y alguna sorpresita se van a llevar en el FA”.
Tanto Pozzi como Varela creen posible un cambio de actitud de Darío Pérez, y atribuyen la demora en la votación del impuesto a las jubilaciones militares a la falta de tiempo que hubo el año pasado para tratar el tema. “Si hubiéramos tenido la chance de conversar con Darío un poco más, capaz que esto habría terminado diferente. Yo creo que cuando comience la actividad parlamentaria de vuelta vamos a hablar mucho y a superar esta etapa”, señaló Pozzi. En la misma línea, Varela opinó que hay que agotar el diálogo. “Si no se consiguen los votos habrá fracasado el proyecto y cada uno se hará responsable de ese fracaso, pero nosotros vamos a conversar con él y también con diputados de otros sectores políticos”, subrayó.
No hay chance
Pero el diputado Pérez no lo pensó dos veces al ser consultado por CRÓNICAS, y respondió que ni el presidente de la República va a lograr convencerlo de cambiar su posición sobre gravar a los militares. “Yo ya dije que no lo iba a votar, no es una cuestión de negociación, porque si es inconstitucional ¿qué negociación podemos hacer? Además, impuesto a los jubilados, no. No me importa que sean milicos. Mirá que yo estuve preso, tengo mil historias y mil recuerdos de esa situación, pero no mezclo una cosa con la otra”, enfatizó.
A su vez, indicó que no le interesa el eventual castigo que el partido de gobierno pueda aplicarle por no votar ese proyecto, sino que lo que le importa es estar conforme consigo mismo. “Tengo 61 años y estoy para darme los gustos. No voy a votar cosas que me rompan mis creencias, así que no hay negociación posible así venga Tabaré Vázquez o mande a quien sea, no lo voy a votar”, añadió.
Igualmente, aclaró que con este comportamiento no le va a hacer perder la mayoría parlamentaria al FA ni va a abandonar la fuerza política. Sí va a tomar las decisiones que le parezcan según lo que converse con su grupo político.
Jorge Pozzi: “No hay ningún mecanismo que el FA pueda aplicar hoy que obligue a alguien a votar lo que no quiere”.
Por otro lado, Pérez advirtió que “se viene el tema de la Caja Militar”, en referencia a la reforma que planea el Poder Ejecutivo, “y alguna sorpresita se van a llevar también” en la coalición. Si bien cree necesaria esa transformación, manifestó que “las Fuerzas Armadas son de la República, no son del FA, y no se pueden hacer cosas para cinco años con temas que son de Estado y que trascienden los períodos de gobierno, entonces va a pasar lo que la República quiera, no lo que diga el Ejecutivo –cuando hablo de República me refiero al Parlamento-”.
La recuperación de la mayoría ayudó, pero no tanto
Jorge Pozzi y Carlos Varela dejaron en claro que no coinciden con la teoría de que la producción legislativa se aceleró gracias a la renuncia de Mujica y de Sendic. “Fue bastante más humo que otra cosa el hecho del trancazo de la actividad parlamentaria, porque la ley más importante que teníamos se votó, que fue la Rendición de Cuentas”, comentó Pozzi. Al mismo tiempo, se refirió a que la oposición junto con Mujica lo único que logró fue instalar comisiones investigadoras, “muchas de las cuales no van para ningún lado”.
Varela tampoco relaciona la mejora de las tareas legislativas con las dimisiones. Según explicó, es normal desde que gobierna la izquierda que en los últimos tres meses del año se acelere la aprobación de leyes por dos razones: las importantes requieren mucho tiempo de estudio y suelen estar maduras en el segundo semestre, y el Ejecutivo por lo general envía muchas iniciativas sobre los últimos meses. De todos modos, aceptó que la recuperación de la mayoría generó condiciones para aprobar propuestas con las que antes tenían más dificultades.