Álvaro Viviano, director del Inisa
Pasado más de un año de la creación del Instituto Nacional de Inserción Social Adolescente (Inisa), con la que se generaron grandes expectativas, todavía no se han podido resolver las carencias básicas que el nuevo organismo presenta, según planteó a CRÓNICAS su director, Álvaro Viviano. A su vez, sostuvo que es necesario reconsiderar la permanencia de los más de 100 jóvenes mayores de edad que están bajo administración del Inisa y cumplen sentencia de menores, además de convencer al sistema judicial de que se pueden enviar menos jóvenes a privación de libertad.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
Álvaro Viviano asumió como director del Inisa en representación de la oposición el 8 de junio pasado, luego de seis meses de aprobada por ley la creación del organismo, que sustituyó al Sistema de Responsabilidad Adolescente (Sirpa). Este último dependía del Instituto del Niño y del Adolescente del Uruguay (INAU), a diferencia de la nueva institución, que es un servicio descentralizado.
En entrevista con CRÓNICAS, Viviano, que pertenece al Partido Nacional, expresó que la puesta en marcha de la nueva institucionalidad en la tarea de la inserción social y comunitaria de los adolescentes en conflicto con la ley penal, presenta varias dificultades.
“A lo largo de estos años se generó más expectativa de lo que en realidad teníamos para empezar. Hubo una falsa construcción del sistema político de que cuando se produjera el corte con el INAU quedarían dos instituciones de manera simétrica, y que ello garantizaba que pudieran funcionar de manera normal. Yo creo que ese proceso es mucho más largo, está en construcción y va a llevar mucho tiempo”, aseveró.
Son varias las razones que lo llevan a afirmar que la búsqueda del nuevo perfil institucional está en una etapa compleja. La más relevante es que el organismo tiene carencias de todo tipo, tanto desde el punto de vista de la infraestructura, como de la propia institución.
Es por esto que cree necesario convocar nuevamente al sistema político para que la organización se fortalezca, obtenga los respaldos y los recursos económicos para poder resolver carencias básicas, además de buscar consensos con otros actores del Estado y de la sociedad civil para seguir avanzando en la construcción de ese perfil.
“En materia edilicia la institución es precaria y en materia funcional es preocupante. La plataforma locativa no cumple con los requisitos básicos para tratar adecuadamente a los adolescentes que están bajo nuestra tutela”, lamentó, y agregó que el sistema también padece problemas que vienen de gestiones anteriores, como obras que están pendientes o que no han cumplido los fines para los cuales se pensaron.
“Luego de la separación del INAU, estamos muy por debajo de las necesidades básicas que la creación de la nueva institucionalidad requiere, sobre todo para áreas específicas, por ejemplo contables, pero también carecemos del personal que requerimos para atención y seguridad”, reclamó.
Debate locativo
Por otro lado, el Directorio trabaja firmemente para licitar en pocos meses una obra de 120-140 plazas en La Tablada, para un contexto de mediana y máxima seguridad, lo que dará un auxilio importante al instituto. Al mismo tiempo, proyecta un llamado para incorporar unos 100 funcionarios, puesto que sin ellos –estimó- se vería muy comprometida la gestión.
Hoy funcionan 17 centros bajo la órbita del Inisa, y hay 480 menores infractores privados de libertad, y cerca de 250 que se rigen por medidas no privativas.
Viviano afirmó que no comparte la clausura de la Colonia Berro, que se está estudiando, ya que “ni en cantidad ni en número podemos resolver el cierre con la nueva construcción, por lo que hay que pensar en nuevos recursos para poder dar solución definitiva a los problemas locativos del Inisa”.
Los desafíos
La reeducación de los jóvenes reclusos forma parte de los objetivos de la institución, pero para alcanzarla es preciso resolver las condiciones de trabajo. “Si no tenemos la infraestructura ni la cantidad necesaria de funcionarios, seguramente la misión y la tarea se van a resentir”, advirtió.
En cuanto a los desafíos que el director se propone hacia adelante, mencionó la consolidación del instituto, la profesionalización, el relacionamiento más cercano con los funcionarios, y la mayor articulación posible con el sindicato.
“Otro de los desafíos es afianzar nuestro programa de medidas no privativas para poder convencer al sistema judicial de que podemos enviar menos jóvenes a privación”, señaló.
En otro orden, Viviano resaltó que el sistema político tiene que reconsiderar la permanencia de los más de 100 jóvenes mayores de edad que están bajo administración del Inisa y cumplen sentencia de menores, lo que calificó como “un tema complejo que también impacta en los resultados de los adolescentes”.
Misión de contralor
Parte del aporte de la oposición en el Directorio, aseguró Viviano, ha sido tratar de acercar a las autoridades con el sindicato, y así poder construir escenarios de diálogo para tratar los temas más relevantes de la organización.
“Venimos dando pasos hacia una relación más seria que es sumamente necesaria para poder encontrar el mecanismo de gestión adecuado, y no debilitar a un Inisa que ya está debilitado por las condiciones que tiene”, indicó.
Por último, recalcó que en representación de la oposición tiene una misión de contralor y de vigilancia que pretende ejercer plenamente, y para la cual ha tenido no solo el respaldo de su partido, sino el de otras fuerzas políticas que han confiado en él, pero también reconoce que no puede escindirse de la gestión.