En materia de seguridad, empleo y educación, que son las grandes preocupaciones de los uruguayos, el Frente Amplio (FA) cometió algunos errores o no reaccionó a tiempo, según dijo entrevistado por CRÓNICAS el senador electo por el partido de gobierno, Mario Bergara. Por otra parte, lamentó que “la autocrítica llegó un poco tarde y costó incorporarla en las formulaciones del gobierno y de la fuerza política”.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
El economista, que renunciará al Senado para asumir como ministro de Economía en el caso de que Daniel Martínez gane el balotaje, sabe que esta es una campaña difícil. Por eso está dando la pelea “voto a voto” para tener un buen resultado, aunque confía en que la ciudadanía –sobre todo aquellos que no votaron al FA en octubre- pueda percibir que “un gobierno de la coalición de cúpula que se ha conformado, traerá riesgos importantes en aspectos que afectan su vida cotidiana”.
Con esas palabras se refiere, más específicamente, a los salarios, las pasividades, los puestos de trabajo y la protección social, en el entendido de que todos los indicios que la alianza opositora ha dado, hacen peligrar la calidad de vida de la población.
El expresidente del Banco Central explicó a CRÓNICAS que “erosionar los Consejos de Salarios va a llevar a que, aunque la economía pueda crecer, los salarios no lo van a hacer, van a caer y atrás de ellos van a caer las pasividades”. A su vez, hizo énfasis en que con el enfoque que plantea la llamada coalición multicolor de un “shock drástico” en las cuentas públicas, no solamente hay riesgos claros de reducción de puestos de trabajo en el sector público, sino también en el privado. Esto se debe –aseguró- a que “los ajustes fiscales en la historia moderna del Uruguay que llevaron adelante blancos y colorados, tuvieron impactos negativos sobre la economía”.
Otra de las especulaciones que hace Bergara con relación a los anuncios de campaña del líder opositor Luis Lacalle Pou, tiene que ver con que la protección social y los factores de equidad que las políticas públicas han impulsado en los últimos años, se van a delimitar.
Al mismo tiempo, es crítico con los planteos realizados por la oposición en el documento conjunto denominado “Compromiso por el país”, ya que considera que “son tan generales, que es difícil saber qué contenidos tienen”. Es por esto que se siente en la obligación de “traducir y especular” basado en lo que se ha planteado durante la campaña de modo más concreto y en la experiencia de los gobiernos anteriores.
“Cuando uno dice que erosionar los Consejos de Salarios va a traer caída del salario, eso es lo que vivimos en los 90. Cuando gobernaron el Partido Nacional y el Partido Colorado, no funcionaba la negociación colectiva, crecía la economía y los salarios no, incluso terminaron cayendo”, puntualizó.
Los errores y las demoras
Pese a que las encuestas muestran a Lacalle Pou como el candidato favorito para triunfar el próximo domingo, Bergara es optimista en el sentido de que la votación nacional demostró que después de tres gobiernos consecutivos, el FA sigue siendo la fuerza política con más apoyo popular.
De todas formas, es consciente de que la coalición de izquierda sufrió una pérdida importante de votos, que se estimó en casi 200.000. “Esa caída considerable tenemos que interpretarla como un tirón de orejas de la sociedad al FA, dejándole en claro que hay cosas cuyos resultados no son satisfactorios, que debieron hacerse diferente o mejor. Hubo una reacción tardía del FA con respecto a hacer las cosas de una manera más efectiva”, señaló.
Como ejemplo, mencionó el problema de la seguridad, donde la sociedad estaba reclamando soluciones desde hacía mucho tiempo, pero que recién hace poco más de un año se reconfiguraron algunas líneas de trabajo, con la aparición de los operativos “Mirador” y el nuevo discurso encarnado por Gustavo Leal –futuro ministro del Interior si el FA continúa en el gobierno-. Igualmente, reivindicó la modernización y los cambios sustanciales en tecnología, capacitación e infraestructura de la policía, pero admitió que “el viraje hacia una política de seguridad de mayor firmeza en el combate al crimen organizado, al narcotráfico y a la delincuencia, demoró”.
“La caída considerable de votos del FA deja en claro que hay cosas que debieron hacerse diferente”.
También nombró el tema del empleo, que con el impacto del avance de la tecnología y las dificultades que ha habido en algunas empresas, “puede generar preocupación, descontento e incluso incertidumbre a la luz de la dinámica tecnológica que tanto afecta al mundo laboral”.
Como tercer punto hizo alusión a la educación. Si bien sostuvo que “se hizo una enorme cantidad de avances” en esa área, como el Plan Ceibal, la UTEC, las tecnicaturas asociadas a la producción, la descentralización geográfica, entre otros, opinó que “está claro que faltó una reforma más integral que incluyera lo curricular, lo pedagógico, lo organizacional y la gestión en el terreno educativo”. Asimismo, indicó que se cometieron errores en el proceso, incluido el decreto de esencialidad aplicado por el presidente Tabaré Vázquez en agosto de 2015.
Durante su campaña a la interna frenteamplista como precandidato y para la elección nacional como candidato al Senado, el economista mantuvo un talante autocrítico. Sin embargo, lamentó que a nivel del FA, en general, “la autocrítica llegó un poco tarde y costó incorporarla en las formulaciones del gobierno y la fuerza política”.
La herencia del FA
En un acto realizado el pasado lunes en Florida, Lacalle Pou advirtió que cuando acceda al gobierno “la casa será un relajo”, por lo cual lo primero que deberá hacer será ponerla en orden. Consultado al respecto, Bergara respondió: “Es bastante increíble que diga eso; el que encontró realmente un desastre fue el FA en el año 2005”.
En ese entonces “había 40% de pobreza y 14% de desempleo, un sistema productivo trancado y un sistema bancario destruido. Ese fue el país que recibió el FA”, manifestó el economista.
Además, remarcó que la herencia que podría llegar a recibir el próximo gobierno es incomparable con esa realidad. De hecho, expresó que el país hoy es distinto en bienestar, en equidad, en derechos, así como en fortalezas productivas y financieras. “Hay cosas para corregir y mejorar y hay desafíos en el terreno fiscal y de rentabilidad y competitividad, pero no es una situación espantosa. Uruguay, en todos los indicadores de todas las áreas, muestra guarismos muy superiores a cuando el FA empezó a gobernar”, concluyó.