Los expertos Ignacio Bartesaghi, Isidoro Hodara y Marcel Vaillant comentaron a CRÓNICAS cómo tendrá que ser la inserción internacional de Uruguay post-pandemia. Así, se estableció que Uruguay debe “saludar su apertura y su estrategia de inserción internacional”, según Bartesaghi, y -en lo posible- “deshacerse del corset” que le significa el Mercosur, opinó Hodara. En este sentido, Vaillant reafirmó que Uruguay “presenta varias oportunidades que tienen que ver con el hecho de haber consolidado su reputación” en términos internacionales y de fortaleza institucional gracias a su buen manejo frente al Covid-19.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
Semanas atrás, el canciller Ernesto Talvi anunció que renunciaría a su cargo, aunque lo hizo sin fijar una fecha concreta. El pasado miércoles 1º, presentó formalmente su renuncia, aunque afirmando que su intención era seguir hasta fin de año.
La decisión llegó encima sobre la cumbre del Mercosur, y cuando Uruguay asume la presidencia pro témpore del bloque. Por esto, dijo Ignacio Bartesaghi a CRÓNICAS, el timing no es correcto. “Yo hubiera preferido que se fuera el fin de semana, sinceramente, porque al estar la cumbre del Mercosur, el presidente debió actuar sin su canciller”, puntualizó el analista internacional.
Sin embargo, mientras que el experto sostuvo que no fue bueno para la cumbre, Isidoro Hodara, vicepresidente de Zonamerica, presidente de la Cámara Uruguayo Japonesa de Comercio e Industria y exdirector de Comercio Exterior, afirmó que la política exterior de un país “es independiente de quién está a su cargo”. Así, comentó a CRÓNICAS que sospecha “que el tenor y tono de Uruguay respecto al escenario internacional no va a diferir demasiado esté quien esté en el sillón principal de Cancillería”.
En tanto, el profesor titular de Comercio Internacional del departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (UdelaR), Marcel Vaillant, indicó que una de las “sombras” del nuevo gobierno desde el punto de vista internacional es el desencuentro entre el canciller y el presidente. “Eso no es gratis”, remarcó. En esa línea, el experto enumeró las principales veces en que ambos jerarcas discordaron: la decisión del mandatario Luis Lacalle Pou de apoyar al candidato norteamericano a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); el responder a las presiones de Estados Unidos por el auxilio en las relaciones con China; y el alineamiento de su política e inserción internacional, que son dos cosas distintas pero vinculadas.
“Creo que estos tres hechos preocupan, deben ser ajustados y, de algún modo, han estado detrás también del conflicto canciller-presidente”, indicó Vaillant.
El suplente
Horas antes de que Talvi hiciera oficial su renuncia al cargo, ya se conocía quién lo suplantaría: Francisco Bustillo, embajador uruguayo en España y, según fuentes próximas al presidente consultadas por CRÓNICAS, el candidato que había tenido originalmente para el puesto Luis Lacalle Pou.
Bartesaghi y Vaillant destacaron como aspecto positivo de la designación de Bustillo al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores (Mrree) el hecho de que se puede esperar una relación de confianza entre el titular de la cartera y el primer mandatario.
“Al ser de confianza con el presidente quiere decir que se trata de un canciller que va a estar alineado, por lo que uno tiende a pensar que ese problema de diferencias no va a estar más”, sostuvo el analista internacional. Por la misma línea fue el docente de Comercio Internacional, al afirmar que “en principio es bueno” que las dos autoridades estén más articuladas. A la vez, advirtió de que “el problema es que estén articulados en la buena dirección”.
Hodara, por su parte, opinó que Bustillo “no tiene ninguna razón para despegarse de lo que ha sido esta política exterior que comenzó hace cuatro meses”.
Uruguay y el mundo, post Covid-19
En esta línea, quien fuera el asesor en inserción comercial de Ernesto Talvi durante la campaña, se refirió a cómo debería ser la inserción internacional de Uruguay post-pandemia. Según argumentó, tendría que ser “parecida” a la que debió darse antes de que el Covid-19 azotara al país y al mundo. “No creo que surjan como consecuencia de la pandemia grandes cambios en el escenario del comercio internacional, y menos desde el punto de vista de Uruguay”, profundizó Hodara.
Hasta no hace mucho, la política comercial estaba alienada con los demás países del Mercosur, a pesar del reclamo de algunos sectores de que esto no fuera así. «Eso es un corset muy importante”, reconoció Hodara. En ese marco, opinó que Uruguay tiene que avanzar en su grado de libertad “para que el corset no apriete mucho o para que finalmente se deshaga”.
A su vez, Bartesaghi transitó por un camino similar, ya que expresó que Uruguay tiene que “saludar su apertura y su estrategia de inserción internacional”.
Para el analista internacional, uno de los grandes desafíos que tiene el país una vez finalice la pandemia es intensificar sus vínculos comerciales con Asia Pacífico, porque se trata de una zona del mundo que demanda los productos que nuestro pequeño país vende competitivamente.
Un factor que Uruguay tiene a favor es el de la buena imagen internacional que le generó el manejo de la pandemia, evaluaron tanto Bartesaghi como Vaillant.
Según el profesor de la UdelaR, el país “presenta varias oportunidades que tienen que ver con el hecho de haber consolidado su reputación” en términos internacionales y de fortaleza institucional. Uno de ellos es, como adelantó Bartesaghi, la inserción de alimentos en mercados externos (ver segundo recuadro), lo cual continúa como un “vector importante” para Uruguay. “El acceso a los mercados más dinámicos en términos de compradores de estos productos -en particular en el sureste asiático-, son lugares evidentes de la inserción internacional del Uruguay”, detalló Vaillant, optando por ver esta realidad más como una oportunidad que como un desafío.
Ahora mando yo
Así, uno de los primeros retos para Uruguay -mientras continúa enfrentando al virus- es asumir la presidencia pro témpore del bloque económico del que forma parte junto con Argentina, Brasil y Paraguay.
Para Vaillant, esto implica terminar la ratificación de los acuerdos con la Unión Europea (UE) y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), ambos cerrados el año pasado. Hodara también reconoció este desafío como uno de los primeros que Uruguay debe enfrentar, aunque el pacto sellado con la UE conlleve más conflictos que el segundo y que “el mundo está paralizado”.
A su vez, Hodara también recordó que se estaban negociando acuerdos con Corea del Sur, Singapur, el Líbano y Canadá, y que es “muy importante” que Uruguay los continúe.
Más allá de los pactos comerciales firmados, o por firmar, que Uruguay tendrá por delante, Vaillant también enfatizó en que nuestro país debe plantear la modernización del Mercosur “en términos de un modelo que sea más adaptado a que cada país pueda suscribir los acuerdos con terceros que mejor entiendan, y que eso, al mismo tiempo, esté alineado con mejorar el funcionamiento de la zona de libre comercio” del bloque.
Bartesaghi, por su parte, mostró otra mirada del tema. A pesar de haber afirmado que se está yendo no sólo hacia una paralización, sino hacia un retroceso del Mercosur, el analista internacional no apoyó una reforma interna del bloque. “No hay coyuntura para plantearlo ahora porque estamos en crisis”, apuntó.
De igual forma, sí reconoció que Uruguay debería buscar durante esta presidencia un mecanismo que le permita negociar en forma diferencial y avanzar en ese aspecto para no quedar relegado en su política exterior. “Lo que no puede ocurrir nuevamente es que Uruguay quede paralizado porque los demás miembros lo están (…) Uruguay entiende que se sale de la crisis con mayor apertura, no con menos apertura”, finalizó el experto.
Reunión vecinal
En el marco de la cumbre del Mercosur, el presidente Luis Lacalle Pou hizo énfasis en la necesidad de sincerarse en cuanto a las relaciones del bloque, apelando al consenso pragmático. Expresó, además, que es importante avanzar en aquellas acciones que los gobiernos estén dispuestos a concretar.
En esta línea se mostró Bartesaghi, quien consideró oportuno coordinar en el bloque que los países no apliquen políticas proteccionistas para protegerse debido a la crisis provocada por la pandemia. “En este escenario, lo que se tiene que intentar hacer es que se mantengan en curso las negociaciones que ya se venían desarrollando”, reforzó el analista.
Hodara concordó, acotando que Uruguay “debería marchar hacia una mayor autonomía de su política comercial” en relación al bloque económico. Vaillant profundizó estas ideas al afirmar que el Mercosur debería tener una estructura que permitiera que fuera posible desarrollar relaciones comerciales con países terceros “sin estresar” el funcionamiento de lo que se tiene.
“Creo que (deben) plantearse cosas verosímiles de conseguir, y no como suele ocurrir en el Mercosur de plantearse cosas inverosímiles que no dejan avanzar a las verosímiles”, puntualizó el docente de Comercio Internacional.
Uruguay Masterchef
Los tres expertos coincidieron en que el nivel de producción alimentaria de Uruguay es un gran punto a favor en la inserción internacional del país, especialmente post-pandemia.
Uruguay ya venía especializándose en la elaboración de alimentos previo al Covid-19, y eso sumado al éxito en asegurar una situación sanitaria muy buena en la producción de esos productos, “va a hacer que nosotros seamos proveedores de nichos de relativa excelencia”, formuló Hodara. Según el experto, Uruguay intentará ser proveedor de alimentos de nicho alto para mercados de ese nivel, y eso, seguramente, redundará o en mejores precios o en menos variabilidad de volúmenes de exportaciones.
“Esto no solo se limita a la carne, puede ir desde el vino al caviar, y desde los quesos a la miel”, ejemplificó Hodara.
“Sé que algunos de estos sectores parecen pequeños; no lo serían si nosotros logramos consolidar esa imagen de país serio, con respeto por la calidad fitosanitaria de sus productos y por su orientación a los segmentos más altos”, profundizó.
En este sentido, esta realidad le da la oportunidad al país de recuperarse más rápido de la crisis, argumentó Bartesaghi. “Uruguay tiene todo para verse menos impactado y recuperarse más rápido, porque su oferta exportable está muy concentrada en alimentos procesados que necesitan seguir siendo demandados a nivel internacional”, subrayó.