Si bien el organismo corrigió al alza sus previsiones de crecimiento para este año, advirtió que el desempeño en varios países sigue siendo débil y la inflación continúa por debajo de la meta en la mayoría de las economías avanzadas. Asimismo, interpreta que “es necesario que las autoridades eviten medidas proteccionistas y hagan más por lograr que los frutos del crecimiento estén mejor distribuidos”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) corrigió levemente al alza sus previsiones de crecimiento de la economía mundial, interpretando que el nivel de actividad “está cobrando ímpetu”. El organismo recuerda que la economía mundial registró en 2016 su menor tasa de crecimiento desde la crisis financiera internacional (3,2%), pero que este año repuntará a 3,6% y el próximo a 3,7%, según la última actualización del informe Perspectivas de la Economía Mundial (conocido como informe WEO por sus siglas en inglés). Ello implica una décima de punto porcentual más respecto a las proyecciones de ese mismo informe divulgadas en el mes de abril pasado.
“Las revisiones generalizadas al alza en la zona del euro, Japón, las economías emergentes de Asia, las economías emergentes de Europa y Rusia -cuyo crecimiento durante el primer semestre de 2017 superó las expectativas- compensan holgadamente las revisiones a la baja para Estados Unidos y el Reino Unido”, señala el FMI.
Sin embargo, el organismo observa que “la recuperación no es completa”. Aunque las perspectivas de base mejoran, el crecimiento en muchos países sigue siendo débil y la inflación continúa por debajo de la meta en la mayoría de las economías avanzadas. Asimismo, “los exportadores de materias primas -sobre todo, combustibles- han sufrido un golpe especialmente duro, ya que continúan adaptándose a la fuerte disminución de los ingresos del exterior”. De todas formas, sostiene que los riesgos a corto plazo están equilibrados, mientras que a mediano plazo “siguen inclinándose a la baja”.
Avanzados y emergentes
En los mercados emergentes la economía se dinamizará debido a la mejora de factores externos: un entorno financiero mundial favorable y la recuperación de las economías avanzadas. En China y otras economías emergentes de Asia, el crecimiento conserva el vigor, al tiempo que mejora la difícil situación de varios exportadores de materias primas de América Latina, la Comunidad de Estados Independientes y África subsahariana.
Por su parte, en las economías avanzadas, el repunte del crecimiento es generalizado, y la actividad es más pujante en Estados Unidos y Canadá, la zona del euro y Japón. Sin embargo, las perspectivas a mediano plazo son más moderadas, ya que las brechas negativas del producto se están comprimiendo (lo cual resta margen para una mejora cíclica) y los factores demográficos y la débil productividad frenan el crecimiento potencial.
Teniendo en cuenta esa situación, el FMI espera que este año las economías avanzadas crezcan un 2,2%, dos décimas por encima del 2% pronosticado en abril, debido a la intensificación del crecimiento en la zona del euro, Japón y Canadá. Sin embargo, se revisaron a la baja las expectativas para el Reino Unido en 2017 y de Estados Unidos tanto en 2017 como en 2018, lo cual implica un recorte del crecimiento agregado de 0,1 puntos porcentuales para las economías avanzadas en 2018.
Por su parte, las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo fueron revisadas al alza en 0,1 puntos porcentuales, tanto en 2017 como en 2018 en comparación con el informe publicado en abril, primordialmente gracias al afianzamiento del pronóstico de crecimiento de China, que se estima crecerá un 6,8% este año (en abril se esperaba una expansión anual de 6,6%). También se modificaron al alza los pronósticos para las economías emergentes de Europa y Brasil en 2017, y de Rusia en 2017 y 2018.
Políticas
El FMI interpreta que desde el punto de vista estratégico, los países deben aplicar reformas estructurales y políticas fiscales favorables para estimular la productividad y la oferta de mano de obra, para así incrementar el producto potencial. Asimismo, llama a lograr afianzar la recuperación a través de políticas monetarias acomodaticias que lleven la inflación a los objetivos de cada gobierno.
Al mismo tiempo, es necesario vigilar de cerca las elevadas valoraciones de los activos y el creciente grado de apalancamiento en algunas partes del sector financiero, con un enfoque proactivo en la supervisión micro y macroprudencial. “La orientación de la política fiscal debería estar alineada con las medidas de reforma estructural, aprovechando las condiciones cíclicas favorables para imprimir a la deuda pública una trayectoria sostenible, respaldando a la vez la demanda cuando sea necesario y pertinente hacerlo”, señala.
Por último, el organismo hace énfasis en “intensificar la cooperación internacional”. “Para preservar la expansión económica mundial, es necesario que las autoridades eviten medidas proteccionistas y hagan más por lograr que los frutos del crecimiento estén mejor distribuidos”, señala el FMI. En ese sentido, insta a “preservar un sistema abierto de comercio internacional”, pero también a “salvaguardar la estabilidad financiera mundial, imprimir equidad a los sistemas tributarios y evitar una carrera hacia abajo; seguir respaldando a los países de bajo ingreso en su avance hacia las metas de desarrollo, y tomar medidas para mitigar el cambio climático y adaptarse al mismo”.