La locomotora de Europa y sinónimo de estabilidad para la Unión Europea en los peores momentos de la crisis financiera internacional, atraviesa por una seria crisis política que amenaza con infectar de incertidumbre a una región que aún no logra consolidar definitivamente su recuperación.
Desde que la crisis financiera impactó con fuerza en Europa sobre el año 2010 y hasta hace unas pocas semanas atrás, Alemania era considerada como la fuente de estabilidad y certidumbre dentro de una región que mostraba grandes turbulencias a nivel internacional. Las miradas para encontrar la forma de salir de la crisis, siempre estuvieron puestas en la denominada “locomotora de Europa”, la economía más grande del viejo continente.
Sin embargo, esa estabilidad parece estar siendo erosionada. La canciller Angela Merkel no logra sentar las bases para alcanzar una alianza entre su bloque conservador, con el Partido Liberal (FDP) y los ecologistas y opta por la repetición de elecciones. De esta forma, la denominada “coalición Jamaica” (por los colores que representan a cada fracción: negro, amarillo y verde, respectivamente, que coinciden con la bandera del país caribeño) parece fracasar y abre un gran signo de interrogación sobre el futuro político del país teutón.
Sin embargo, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier descarta la posibilidad de convocar una nueva cita a las urnas.
Merkel lamentó públicamente el fracaso de las conversaciones para formar gobierno ya que, asegura, habría sido posible.
Tras cinco semanas de negociaciones, el presidente del FDP, Christian Lindner, anunció que su partido abandonaba las negociaciones debido a que no se había llegado a acuerdos sobre temas fundamentales. «Es mejor no gobernar, que gobernar mal», indicó.
En respuesta, Merkel dijo que se contactará con el presidente Steinmeier para informarle “del estado de la situación” y analizar “cómo se desarrollan las cosas”.
Como era de esperar, la crisis política se reflejó inmediatamente en los mercados. “La situación actual es una decepción para la economía alemana”, reconoció Eric Schweitzer, presidente de la Cámara de Comercio e Industria.
Sin embargo, nada apunta a que Alemania tenga razones para sufrir. La economía germana creció en el tercer trimestre del año un 0,8% respecto al trimestre anterior, según informó ayer jueves la Oficina Federal de Estadística (Destatis). El PIB ya había crecido fuertemente en el primer semestre de 2017: 0,9% en el primer trimestre y 0,6% en el segundo.
De todas formas, se advierte que la probable repetición de elecciones y la posibilidad de que el motor económico de Europa vuelva a sufrir una fragmentación política que le dificulte la formación de mayorías amplias sí puede tener un impacto a largo plazo.