Charles Carrera, senador del MPP – Frente Amplio
Aunque el Frente Amplio (FA) logró bajar la pobreza del 40% al 9%, todavía persisten en la sociedad algunos problemas que no ha podido cambiar. Así lo reconoció el senador del MPP, Charles Carrera, quien hasta hace poco se desempeñaba como director general de Secretaría del Ministerio del Interior (MI). En entrevista con CRÓNICAS, el legislador admitió que el gobierno debería poner más esfuerzo para mejorar la realidad en lugares como Casavalle y Marconi. Se refirió también a las manifestaciones de la gente que pide seguridad, al uso político que hace con ese problema la oposición, y a las posibles candidaturas de la coalición, entre otros temas.
El menú En la cava de Panini’s, el senador optó por una entrada para compartir de salmón ahumado, pepinillos y mostaza en granos, pulpito confitado y papas al pimentón, salchicha casera de cordero y berenjena, langostinos grillados, costillitas de cordero y mollejas al limón. Más tarde degustó salmón a la plancha, sobre risotto de quinoa y vegetales. Para beber eligió agua sin gas, y finalmente un té.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-En la última entrevista con CRÓNICAS, cuando recién se había incorporado al Parlamento, destacó el gran trabajo de transformación en seguridad que se hizo en su pasaje por el MI. ¿El balance es enteramente positivo?
-Sí, porque cuando asumimos en el 2010 sabíamos que nos íbamos a enfrentar con una institución que tenía un atraso tecnológico, cronicaadministrativo y hasta ideológico. Teníamos el desafío de cambiar la norma, la forma de trabajo de los recursos humanos, la tecnología. Todo eso se cumplió, pero hay que seguir profundizando.
No dejamos de reconocer que en algunos aspectos tenemos problemas de seguridad y convivencia. Por eso, desde el gobierno estamos desarrollando un conjunto de programas como el PADO (Programa de Alta Dedicación Operativa), la instalación de videovigilancia, entre otros, que lo que buscan es cambiar esta situación.
El análisis es satisfactorio, pero tenemos que tener claro que vivimos en una sociedad mucho más violenta, y el delito no va a dejar de existir porque es una construcción humana.
-¿Más violenta en comparación con qué época?
-La sociedad uruguaya siempre tuvo un grado importante de violencia. La tasa de homicidios del año 2016 fue de 7.6 cada 100.000 habitantes, la de muertos en accidentes de tránsito fue de 14.2, es decir, casi el doble, y la de suicidios, casi el triple. Eso muestra cómo el uruguayo soluciona sus conflictos; un gran porcentaje de homicidios se da entre personas que se conocen, por problemas familiares, vecinales, entre criminales, violencia de género.
-Justamente, en noviembre hubo en promedio un homicidio por día, lo que representa un aumento del 58% con respecto al mismo período en 2016. Pero el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, había anunciado que bajaría ese delito. ¿Hoy está fuera del control estatal?
-No, es un tema de coyuntura, de este momento, pero no podemos decir que está fuera del control estatal.
-Dice que el balance es positivo, pero Bonomi es el ministro más cuestionado.
-Bonomi ha sido un gran ministro porque ha tenido la capacidad de modificar esta institución, que la oposición siempre tuvo intención de reformar, pero hizo reformas parciales. Bonomi lo hizo en forma integral, y su gestión está empezando a dar resultados.
-¿Por qué la sociedad no logra captar esos resultados?
-Lo que pasa es que la derecha en nuestro país decidió que uno de los motines para hacer campaña política sería el tema de la seguridad y la convivencia, lo cual es lamentable porque es hacer política con el dolor y el temor de la gente. La mayoría de las personas tienen un reconocimiento hacia la gestión, pero es un tema que está muy partidarizado.
Nosotros nunca utilizamos los problemas de seguridad con fines electorales. Cuando interpelábamos a un ministro, lo hacíamos desde una perspectiva de denunciar y de contraponer proyectos diferentes de país. Hoy uno no ve eso.
Mirando hacia el pasado, yo pensé que la oposición iba a actuar diferente en el gobierno de Pepe [Mujica], ya que él convocó a realizar grandes acuerdos en temas estratégicos para el país. Hoy tengo la convicción de que parte de la oposición actuó durante la negociación de esos acuerdos por la contrapartida que tuvo, que fue la posibilidad de acceder a cargos públicos.
-¿Cree que las personas que se manifiestan para reclamar seguridad se ven afectadas por esa politización?
-Yo no quiero cargar en contra de las manifestaciones de las personas; hay algunas que pueden ser hechas con buenas intenciones, porque están sufriendo una problemática real, y a veces ven que la única forma de llegar a la autoridad es a través de esa vía.
La sociedad uruguaya en sí está fuertemente politizada, hoy estamos como divididos en mitades, pero no quiero decir que las manifestaciones son consecuencia de la politización.
-En las últimas semanas hubo una ola de manifestaciones en distintos barrios de Montevideo y del interior del país, de gente que reclamaba seguridad.
-Hay diferentes casos. En estos días estamos viviendo una situación de mucho dolor por los homicidios de Valentina y Brissa, y hay un grupo de personas que se han manifestado, a las que hay que darles contención. Por otro lado, ha habido algunas manifestaciones bastante raras.
“La sociedad uruguaya está fuertemente politizada, hoy estamos como divididos en mitades”
-¿Por ejemplo?
-Hubo una manifestación en Casavalle cuando una madre se olvidó de su hija en la policlínica [a la que supuestamente habían secuestrado], y parecería como que estaba todo armado. Ahí lamentablemente la Justicia no actuó como debería haber actuado, porque eso no se resuelve solo con un pedido de disculpas. La madre después reconoció que se olvidó de su hija, lo que aparentemente ya se había dado en otras oportunidades.
Hubo otra situación… un padre que llevaba a su hija a la escuela en Canelones, dijo que un auto frenó y salieron dos adultos que intentaron secuestrarla. Él lo impidió y la llevó al centro educativo. Más tarde la fue a buscar y recién ahí fue a hacer la denuncia, y se fue a una manifestación con quema de cubiertas frente a la escuela. Si sos una persona racional y te intentan secuestrar a tu hijo, lo primero que hacés es acudir a la Policía a hacer la denuncia.
Pero no quiero mezclar estos casos con lo de la derecha, que yo creo que ideológicamente no se ha propuesto realizar políticas de Estado en materia de seguridad.
-¿Con qué objetivo cree usted que algunas personas inventan falsos secuestros para organizar esas actividades?
-Es muy temprano para evaluarlo, pero diferentes actores del MI han señalado que existe una preocupación y aparentemente hay algo más detrás de eso. En algunas situaciones hay inquietudes reales de los vecinos, pero hay otras que son bastante raras. Te olvidaste de tu hija, no denunciás a la Policía pero convocás a una manifestación, tenías neumáticos para quemar y cortar la calle… es raro y me llama mucho la atención, pero se está investigando.
-Cadena perpetua, pena de muerte, castración química y registro público de abusadores fueron las medidas más escuchadas que reclamó la gente tras los asesinatos de Valentina y Brissa. ¿Cree que alguna de esas opciones son posibles soluciones?
-Desde el Poder Ejecutivo nosotros hace más de un año presentamos un proyecto de ley integral contra la violencia de género, que busca generar una política pública en la materia. Ahora a lo que debemos aspirar es a votar esa ley –tiene media sanción del Senado-.
Sobre esas opciones, estaría dispuesto a dar cualquier tipo de debate, pero no sé si son posibles soluciones porque nuestro Código Penal ya establece penas bastante altas. Por ejemplo, en el caso del asesino de Brissa, la pena puede llegar a ser de 45 años. Eso ya tiene un montón de consecuencias. Me parece que es un momento de mucho dolor socialmente y por eso se dan este tipo de propuestas.
-Pero ¿son personas rehabilitables?
-Deberán tener un proceso de rehabilitación especial. Tengo conocimiento de que en el Instituto Nacional de Rehabilitación están estableciendo un programa de atención para personas con este tipo de conductas, que son aberrantes, y no sabría decirte si son rehabilitables o no.
-¿Volvería a hacer todo de la misma forma en el Ministerio?
-Sí. Logramos cosas importantes. El MI fue el primer Ministerio en el Estado uruguayo que pudo desarrollar un contrato de participación público-privada (PPP), que es de los más complejos. También desarrollamos el mecanismo de las compras públicas, trabajamos en la reforma de la currícula policial, adquirimos tecnología y equipamos a la Policía.
-¿Le quedó algo pendiente como director de la cartera?
-No. Nosotros este año íbamos a culminar algunos procesos importantes. Mi partida del MI se dio porque había una aspiración de mi organización, en particular de Lucía [Topolansky], de que pasara al Parlamento. Lo que me quedó pendiente fue la inauguración de la PPP, que será entre fines de este año y principios del que viene, y la instalación de las 3.200 cámaras, cuyo despliegue ya empezó. O sea, pendientes en sí no me quedaron, sino que me faltó ver la concreción de estos procesos.
Carrera a Orsi: “Lo políticamente correcto es no hablar de las herencias que nos dejó la derecha”
-En el programa Quién es Quién de Diamante FM afirmó que la inseguridad es producto, en parte, de la herencia maldita de gobiernos anteriores al FA. Por el contrario, consultado por CRÓNICAS sobre qué autocrítica debe hacer la fuerza política, Yamandú Orsi sostuvo: “Ahora ya no se puede aludir a una herencia de los otros, porque yo estoy comparándome conmigo mismo. En eso a veces fallamos, en no darnos cuenta que tenemos la obligación de cambiar nuestras propias propuestas”. ¿Qué opinión le merece?
-En materia de seguridad y convivencia, en algunos aspectos hay herencia maldita, y el proceso de exclusión que vivimos en el pasado hizo que muchas personas no pudieran reincorporarse al mundo social con los códigos que tenemos nosotros. Por ejemplo, el valor que le damos al trabajo y a la educación, hay un conjunto de ciudadanos que no se lo dan.
Desde el gobierno nacional hemos trabajado y cambiado mucho: bajamos la pobreza de un 40% a un 9%, y los desempleados de 20% a 7.8%. Pero los efectos negativos de algunas políticas que se aplicaron en esa época, más que nada en materia de seguridad, se perciben y son reales. Lo que buscamos es cambiar la realidad y lo estamos haciendo, pero también debemos reconocer que tenemos algunos problemas que son complejos y que nos falta cambiar.
-¿Qué tipo de problemas?
-Asentamientos irregulares, lugares como Casavalle, Marconi, donde hay situaciones muy complejas. Ahí hay un grupo de personas que están excluidas socialmente y que buscan el mundo del delito como su forma de vida.
-¿Le ha costado al FA cambiar esa realidad?
-Es el núcleo duro, es eso lo que nos queda por cambiar, pero cuesta. Eso tenemos que reconocerlo, pero también es parte de esa herencia. Los problemas de violencia que hoy tenemos se deben a que en su momento oportunamente no fueron resueltos. Cuando un conjunto de ciudadanos salen del circuito lógico y real de la sociedad, después es muy difícil volver a incluirlos.
-¿Hoy el gobierno busca mejorar esos ámbitos?
-Se está haciendo. No sé si estamos siendo tan efectivos como deberíamos ser, pero hay programas que están buscando eso, quizás lo que haya que hacer es poner más esfuerzo. Es decir, logramos bajar del 40% a un 9% la pobreza, pero todavía en ese 9% nos crea un trecho, y un gran porcentaje son niñas y niños. Lo que tenemos que hacer es focalizar, intervenir con más fuerza para cambiar esa realidad, porque ahí se nos va el presente y el futuro como sociedad.
Por otro lado, parecería que en este momento lo políticamente correcto sería no hablar de las herencias que nos dejaron los gobiernos de derecha, pero no hacerlo, de mi parte, sería un error, y además no sería honesto conmigo mismo.
Yo creo que el militante político, cuando busca cambiar estructuras sociales, tiene que hacer un razonamiento: se tiene que preguntar de dónde venimos, cómo estábamos antes, cómo estamos hoy y hacia dónde vamos en el futuro. Y en materia de seguridad uno busca cambios muy profundos, sociales, y tiene que hacer referencia a esos núcleos duros de los excluidos que nos dejaron los gobiernos de la década del 90 y la crisis del 2002, que nos rompió como sociedad.
“Estamos lejos de las elecciones, es el momento de cumplir con el programa de gobierno”
-Hasta su llegada al Senado, el FA no tenía ningún abogado en su bancada. ¿El hecho de tenerlo mejora el trabajo parlamentario?
-Yo creo que uno puede aportar en la tarea diaria y es importante que haya un compañero que tenga formación jurídica.
-Lucía Topolansky dijo a CRÓNICAS que es “la mayor opositora” de la candidatura de José Mujica. ¿Usted qué opina sobre esa posibilidad?
-Ahora, que estamos lejos de las elecciones, es el momento de cumplir con el programa de gobierno, y sobre fines del año que viene el FA va a decidir el nuevo programa y las candidaturas. Por ahora nosotros hacia la interna del MPP no hemos discutido nada de lo que tiene que ver con fórmulas. Las encuestas le dan muy bien a Pepe, pero depende de lo que defina él, su familia –que es Lucía-, y lo que se discuta en la interna nuestra.
-La vicepresidenta aseguró en esa misma entrevista que la aprobación del intendente Daniel Martínez es solo en Montevideo. ¿Coincide?
-No sabría decirte si es solo en Montevideo o no, pero Daniel tiene una proyección. Igualmente, como te dije recién, en este momento los frenteamplistas tenemos que estar enfocados en el cumplimiento del programa de gobierno que la ciudadanía votó.
-Más allá de eso, ya se escuchan algunos nombres. ¿Qué otras figuras del oficialismo cree que son potenciales candidatos?
-Hay buenos compañeros con mucha proyección. Por ejemplo, Yamandú Orsi, Pepe, Danilo [Astori], Daniel Martínez, Mario Bergara.
-Desde el MPP afirman que usted merecía una proyección política, y que la forma de hacerlo era concretar su ingreso en el Senado. ¿Dónde le gustaría estar a futuro?
-Yo soy un militante político, y donde mi organización defina que tenga que estar, voy a estar.