La economía local seguirá creciendo, aunque “hay un conjunto de debilidades que persisten”, según evaluó Gabriel Oddone, socio de CPA Ferrere. Destacó que “el gobierno se ha mostrado sensible” y ha adoptado medidas para mitigar las dificultades, aunque a su entender no atacan el problema de fondo que es la baja rentabilidad.
“Competitividad, estabilidad macroeconómica y equilibrios distributivos: tres desafíos para 2018”, fue el título de la conferencia organizada por la consultora, donde el experto aseguró que las autoridades de gobierno tienen varios “dilemas” por resolver en materia presupuestal y de competitividad, y a su entender, optarán por “introducir la menor cantidad de innovaciones posibles”.
Sobre el escenario internacional, Oddone describió que “no hay eventos externos que amenacen a Uruguay al menos en el corto plazo”. De todas formas, la calma financiera global pareció encontrar “una cierta tensión” en los primeros días de febrero, pero que luego se fue diluyendo paulatinamente. Pese a ello, la Fed continúa anunciando que continuará aumentando la tasa de interés, el mercado anticipa que así será y las tasas a largo plazo están subiendo. Sin embargo, ello no ha repercutido en un fortalecimiento del dólar, sino que por el contrario, muestra una trayectoria de debilidad. En ese sentido, evaluó que en Uruguay no es factible pensar en una trayectoria del billete verde en un sentido opuesto. “Hoy en el mundo hay un escenario de dólar débil (…) y pensar que Uruguay puede jugar un partido diferente en relación a la evolución de su moneda en este escenario internacional es poco probable”, argumentó.
En cuanto a la región, destacó que hay un rebote de las economías de nuestros dos vecinos, pero que ambos siguen “expuestos a un cambio en las condiciones financieras”. Recordó que Argentina consolidó el rebote de su economía, mientras que Brasil creció un 1% el año pasado, pero aun así, sus abultados déficits (7,5% del PIB en Brasil y 6,1% en Argentina) los hacen vulnerables a los cambios. Por último, explicó que las expectativas a futuro son “más favorables” para el caso de Brasil, pese a la incertidumbre política, mientras que “hay una mirada menos favorable para Argentina”.
Algunas debilidades
En medio de estos dos gigantes, Uruguay continuó con una expansión de su actividad económica, la que continuaría este año creciendo en el entorno del 3% según las estimaciones de CPA Ferrere. No obstante, alertó que “hay un conjunto de debilidades que persisten”.
Entre las notas positivas, resaltó que si bien el gasto de los turistas se desaceleró, se está frente a “un nivel de gasto importante”. Asimismo, las exportaciones han mostrado buenos resultados, la recaudación de IVA sigue mostrando gran dinamismo, la industria parece haber tenido un cierre de 2017 positivo, y la inversión en maquinaria y equipos parece “insinuar una recuperación de la inversión”.
Sin embargo, estos indicadores también muestran “algunas fragilidades”. Oddone explicó que el nivel de inversión es “bajo” (comparable con el del año 2009) y la capacidad ociosa del sector productivo “es mayor a la que se tenía hace unos años”. Adicionalmente, el empleo no mejoró de la mano de la economía, y desde el pico registrado en 2014 se perdieron unos 40 mil empleos, con contracciones generalizadas en todos los sectores de actividad.
Además, evaluó que el crecimiento entre sectores es “muy heterogéneo”.
Oddone interpreta que “el gobierno se ha mostrado sensible” frente a estas dificultades, y anunció cambios en el régimen de promoción de inversiones. Aunque valoró que “las medidas están bien orientadas”, advirtió que “adolecen de atender un problema clave” que es el de la baja rentabilidad. “Rentabilidad Baja, incertidumbre sobre condiciones financieras, y fragilidad financiera en algunos sectores”, son las principales dificultades que enfrenta el país.
Cuentas públicas: “La mirada es pesimista pero sin que implique un problema grave para Uruguay”
Otro aspecto donde el gobierno reconoció la debilidad de la economía fue en las pautas de los próximos Consejos de Salarios, que son similares a las últimas, pero más bajas. Se trata de pautas de ajustes nominales que distinguen entre sectores en dificultades, en estancamiento y dinámicos, con crecimientos nominales diferenciales. Al entender de Oddone, “el gobierno prioriza el empleo en su ronda salarial”.
En materia fiscal, planteó que el déficit se alejó de la meta del gobierno y cerrará el período en el entorno del 3,5%, un punto porcentual por encima de la meta oficial (2,5%). “La mirada es pesimista pero sin que implique un problema grave para Uruguay”, sostuvo. Al respecto, descartó que esté comprometido el grado de inversión del país. Explicó que las agencias calificadoras reconocen que pese al incumplimiento de la meta, el gobierno ha actuado para resolver el problema cuando se les han presentado.
En materia de inflación, señaló que subió por encima del rango objetivo antes de lo esperado, y que es esperable que permanezca así en los próximos meses. De todas formas, Oddone no espera que regrese a los niveles anteriores y cerraría el año “levemente por encima del techo del rango”. Incluso podría cerrar dentro del rango si el dólar no se aprecia significativamente, estimó.
“La buena noticia”, según Oddone es que además de la descompresión de la inflación en los rubros transables (que se comercializan con el exterior) por el descenso del dólar, también hubo una “una desinflación en los no transables”, que se explicó por los menores aumentos de salarios nominales establecidos en la ronda de negociación anterior.
Un poco caros
Respecto a los reclamos de algunos sectores productivos, en cuanto a que el país atraviesa por un fuerte atraso cambiario, Oddone reconoció que “parecería que estamos caros en dólares” tanto contra el promedio histórico de Estados Unidos como con otros países relevantes como Argentina, Brasil, Australia, Nueva Zelanda y China. De todas formas, explicó que el términos atraso cambiario es “un término periodístico” y no técnico, que se empezó a utilizar en la década del 70’ cuando el tipo de cambio estaba administrado. Por el contrario, actualmente no hay una acción deliberada del gobierno en fijar una trayectoria del tipo de cambio, por lo que “la discusión es conceptualmente errónea”.
Bajo nivel de inversión, elevada capacidad ociosa del sector productivo y pérdida de empleos, son algunas de las principales fragilidades que muestra la economía local
De todas formas, puso sus reparos a los argumentos esgrimidos del lado del gobierno respecto a que no hay un problema grave ni un riesgo sistémico, sino sectores en problemas, lo que se refleja en los buenos datos del sector externo. Oddone relativizó asegurando que “el argumento de que la situación no es grave es correcto pero tampoco son los datos tan fríos”. Fundamentó que la mejora general del sector externo del país “está apuntalada en factores transitorios” que pueden cambiar repentinamente: mayores ingresos por turismo (por mejor paridad con Argentina), exportación de bienes agrícolas apoyados en cosechas récord (por buenas condiciones climáticas), e importaciones bajas que se explican en menores importaciones de bienes de capital (menor inversión) y a menores precios internacionales de petróleo.