Santiago Oitaben, director de Álamo Logística y vicepresidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios del Uruguay (AJE)
La de Santiago es la historia de un joven que se arriesga para cumplir su objetivo de ser empresario. Tras culminar sus estudios en el Colegio Seminario, decidió ingresar a la Facultad de Ciencias Económicas, cursó hasta tercer año, pero entendió que si priorizaba el trabajo llegaría a su meta, y así lo hizo. Santiago Oitaben hoy es director ejecutivo de Álamo Logística. A su vez, y gracias a su vinculación temprana con AJE, asumió la vicepresidencia de la organización y actualmente impulsa a jóvenes que, como él, persiguen su objetivo de ser empresarios a través de la certeza de que sí se puede.
Por Jessica Vázquez | @jessvazquezl
¿Cómo y cuándo surgió la posibilidad de ser vicepresidente de AJE?
Era un socio activo de AJE, como tantos. Me había entusiasmado mucho la misión y visión de la Asociación y el secretario, Nicolás Lamas, y el presidente, Pablo Buela, me invitaron a ser vicepresidente en el nuevo período, lo cual acepté gustoso. Siempre les estaré agradecido.
¿Cuáles fueron los motivos?
En una organización que está creciendo a pasos agigantados, entonces se necesitaba un nuevo equipo directivo que destinase tiempo y cabeza a AJE. Por tanto, se armó un equipo donde más del 60% eran socios y socias sin cargos previos; y yo fui uno de ellos.
¿Qué servicio o apoyo ofrece la organización a quienes se asocian?
Brinda una red de trabajo y contactos a los cuales puede acceder a buscar clientes, proveedores, experiencias. Es una asociación con un sentido de pertenencia cada vez mayor, donde se aglomeran jóvenes empresarios con distintos desafíos y proyectos pero con algo en común: la certeza de que sí se puede.
¿Cuáles son los principales objetivos del organismo?
El objetivo es ayudar a construir, impulsar y fortalecer la nueva generación de empresarios de nuestro país. Nuestro lema es “más y mejores empresarios”, debido a que apostamos a un concepto de “éxito” vinculado directamente con un equilibrio de bienestar personal, saludable, entendiendo la competencia de forma sana y apoyándonos en equipos de trabajo liderados de manera horizontal y en búsqueda de objetivos que favorezcan al empresario, a sus colaboradores y a la sociedad en su conjunto.
¿Qué cosas son las que distinguen a AJE de otro organismo similar?
Respecto a otros organismos del sistema, la principal diferencia puede ser que apuntamos a jóvenes que ya tienen una empresa en funcionamiento con todas las complejidades que eso genera. La mayoría de las organizaciones que existen en el ecosistema están más enfocadas a una etapa más temprana de emprendedurismo.
¿Cuántos empresarios se encuentran asociados?
Al día de hoy tenemos 215 socios y creciendo a una tasa de entre ocho a 12 socios por mes. Este año superaremos los 300, lo cual nos enorgullece enormemente.
¿Cuál es el ABC o los puntos esenciales de la organización?
Entiendo que es su equipo ejecutivo, conformado por Florencia Álvarez y Gabriela Blanco que permiten que todo esto funcione tan bien. Hay un equipo directivo comprometido con la causa, donde hay socios de AJE que, de forma voluntaria, integran las distintas comisiones de trabajo y agregan mucho valor a los asociados. También los partner -Movistar, Scotiabank y Blue Cross & Blue Shield- que permiten que sea una asociación saneada.
¿De qué manera AJE se mantiene actualizado en cuanto al apoyo que brinda a sus asociados, teniendo en cuenta que abarca muchos rubros?
Intentamos generar actividades que sean trasversales a todos los rubros, y siempre tomamos en cuenta las preocupaciones que los socios nos trasladan en el censo anual.
Por ejemplo, el año pasado generamos desayunos informativos sobre cómo ser rentables; internacionalización de las empresas, el futuro del trabajo -donde nos acompañó el Ministro de Trabajo, Ernesto Murro, el empresario Pablo Brenner y María Eugenia Amarilla, de Juventud del PIT-CNT-.
¿Cómo fue el 2017 para AJE en cuanto a asociaciones?
Duplicamos la cantidad de socios, por lo que consideramos fue un gran año, pero sobre todo seguimos consolidando la identidad de AJE como jóvenes empresarios que entienden el éxito de una forma sana. Si bien AJE tiene ya 11 años, estos últimos han sido de gran crecimiento gracias al equipo que está trabajando desde bastante antes de que yo asumiera.
¿Qué proyectos a futuro tiene la organización?
En estos momentos nos encontramos colaborando estrechamente con el programa de yoga y valores en las cárceles en distintas áreas, y apostamos a que este vínculo se siga profundizando para ayudar a cambiar la realidad de una población tan vulnerable y muchas veces abandonada por la sociedad toda.
Además de ser vicepresidente de AJE es empresario. ¿Cómo es ser empresario en Uruguay? ¿Cuáles son las ventajas y mayores dificultades que se afrontan?
Como cualquier rol que se cumpla en la sociedad, ser empresario en Uruguay tiene sus desafíos intrínsecos de la profesión, así como otros coyunturales a nivel país.
En cuanto a la profesión, la incertidumbre y el vértigo, a no saber con exactitud cómo se desarrollarán los factores que afectan al negocio en el mediano plazo. Todo eso nos obliga a estar permanentemente actualizándonos e informándonos en las distintas áreas que afectan a la empresa.
Ser empresario en Uruguay tiene la enorme ventaja de pertenecer a un ecosistema donde nos conocemos todos y eso nos permite poder llegar a personas que nos aporten valor para el giro de nuestro negocio. En cuanto a la coyuntura actual del país, eso depende del rubro en el cual esté cada empresario; siempre hay ganadores y perdedores.
Entiendo que en Uruguay tenemos en algunos rubros todavía mucho por hacer y, por tanto, la oportunidad de destacarnos a nivel regional. Al día de hoy existen varios socios de AJE que se encuentran trabajando en y para ello. Los actuales jóvenes empresarios del país no somos solo presente, sino también futuro.
Señas de identidad
Hace 26 años en la ciudad de Montevideo nacía Santiago Oitaben. Los primeros años de su vida tenía la idea de ser astronauta, en cambio abandonó ese sueño y actualmente se encuentra conforme con su rol de joven empresario, trabajando en un escritorio que instala industrias y centros de distribución en las rutas perimetrales de Montevideo y Canelones.
Santiago se considera valiente por su disposición a enfrentar miedos y correr riesgos. Es fanático de trabajar en equipo porque ve en ese hecho la posibilidad de cada integrante se potencie para hacer lo que sabe. Si tuviera que elegir un libro se queda con “Economía y Felicidad”, del uruguayo Alejandro Barbieri.
La frase que lo identifica en su vida es “Mi semblante de estudiante en esencia es ser feliz.
Siendo el eterno postulante, el eterno aprendiz”, como dice la letra de la canción ‘El Aprendiz’ del Cuarteto de Nos. Su lugar favorito es Villa Serrana, en Lavalleja. Y sus hobbies principales son jugar al tenis o mirar el atardecer.
El empresario posee una gran admiración por su madre Virginia, quien le enseñó a base de ejemplos que se puede lograra lo que se sueña y que en la vida se viene, al menos, a dejarlo todo por intentarlo.