Tras cerrarse el TPP, 11 países conformaron un megabloque vanguardista. En este marco, el analista internacional Ignacio Bartesaghi detalló a CRÓNICAS los pormenores del acuerdo y fue crítico con la posición de Uruguay ante este nuevo escenario.
Por María Noel Durán | @MNoelDuran
-¿Es correcto afirmar que el TP11 es el acuerdo internacional más importante en la actualidad?
-Hoy es el acuerdo más grande en número y ningún otro en el mundo que tenga tantos miembros reunidos en un tratado con estas características. Es un acuerdo muy moderno que tiene 30 capítulos y que, si perdió al salirse Estados Unidos, sigue siendo un acuerdo que tiene cerca de 500 millones de personas y con economías muy relevantes como Canadá y Japón; sin dudas es muy ambicioso.
-Pueden darse el lujo de negociar sin la presencia de Estados Unidos…
-Sí, pueden dárselo porque todavía hay economías que ganan mucho aunque no esté Estados Unidos. Un claro ejemplo es la relación entre Canadá y México con Japón o Vietnam, es un vínculo muy fuerte, tienen mucho por ganar en acceso. Vietnam y Japón serían otros de los grandes ganadores y en menor medida Malasia. Después la otra categoría compuesta por Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Brunei, Chile y Perú ganan poco, mejoran preferencias que ya tienen pero no ganan al nivel de los demás.
-Se califica como un acuerdo vanguardista. ¿Qué diferencias tiene con respecto a otros tratados?
-No hay ningún tratado de estas características que tenga esa cantidad de capítulos. No se trata solo de comercio de bienes y servicios, también hay capítulos específicos sobre contratación pública, comercio electrónico, medio ambiente, cooperación, desarrollo, pymes, corrupción. Genera un espacio de normas y regulaciones común; es mucho más que aranceles.
-¿Trump debería estar preocupado frente a este bloque que se le abre en paralelo?
-Preocupado no, pero su primera reacción cuando se firmó el TPP11 fue decir que a él le puede interesar volver. Obviamente que a Trump no le conviene que en un momento de renegociación del Nafta, dos de sus principales socios comerciales como Canadá y México tengan un acuerdo con Japón y con Vietnam y él no lo tenga. El impacto mayor de la salida de Estados Unidos del TPP es romper la relación con Japón. En el TPP original eso fue lo más difícil de negociar. Tanto se da cuenta de que no puede irse del todo en su relación con Asia Pacífico, que aceleró su relación con Corea del Sur y se reúne varias veces con Japón para cerrar un TLC bilateral. Al final se sale del TPP pero obtiene lo más importante que es el vínculo con Japón y, en paralelo, renegocia el Nafta con Canadá y México. Lo que sí le debería preocupar es que los megabloques siguen estando a pesar de la ausencia de Estados Unidos. Esta es una señal bien importante para China que tiene su propio megabloque (el RCEP, que une a China, India y Japón) y, desde el momento en que se cerró este tratado, volvió a activar su relación con Corea y Japón.
Si China logra cerrar ese acuerdo con Japón y el TPP11 entra en vigencia, le hace tener una relación con Japón a Canadá y México. ¿Cuánto va a demorar Estados Unidos en tener una relación con Japón? Muy poco porque no se puede dar el lujo de no tener un acuerdo con Japón si lo tienen China, México y Canadá.
Siempre los movimientos en comercio internacional preocupan cuando se sacan ventajas.
Trump no es un experto en comercio pero el establishment que lo rodea sabe que no puede quedarse sin nada, no se puede levantar de todas las mesas de negociación.
Uruguay aislado
-¿Cómo se para Uruguay en este esquema internacional? Hubo una solicitud por parte de Cancillería para acercarse a la Alianza del Pacífico. ¿Podría ocurrir algo similar con el TPP11?
-Uruguay se está insertando mal desde el momento en el que no logra avanzar. La estrategia de cerrar un TLC bilateral con Chile, lo mismo que se pretendía hacer con México, Colombia y Perú era acercarse a poder solicitar ser Estado asociado a la Alianza del Pacífico. Al lograr esto se está más cerca de las disciplinas del TPP11, hoy Uruguay está lejos y el Mercosur también de las disciplinas del TPP11. Por más que se hable, estamos muy lejos de poder cerrar un acuerdo entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico.
Para Uruguay la noticia fue mala porque competidores directos acceden a otros mercados. Australia y Nueva Zelanda, por ejemplo, ganan nuevos mercados mientras que Uruguay sigue viendo si avanza o no con la Unión Europea, inicia una negociación con Canadá que es incierta, y con la Asociación Europea de Libre Comercio, que es un bloque muy pequeño. Hoy no hay ninguna otra negociación de impacto en términos de acceso. Da la sensación de que Uruguay está jugado a cerrar un TLC con la Unión Europea, por más que se vuelve a hablar de la posibilidad de un acuerdo con China aunque ya se le había dicho que no.
La estrategia de Uruguay tendría que ser ver qué pasa con el Mercosur pero dar una señal clara de que el mundo va a otra velocidad. Hasta África cerró un acuerdo continental con 44 países. Todos cierran acuerdos comerciales que mejoran el acceso, es decir que bajan los aranceles o abren mercados a las empresas de bienes o servicios. Nosotros llevamos más de 26 años en el Mercosur sin lograr avances sustantivos en este sentido, ¿cuánto más hay que esperar? Uruguay tiene que apretar el acelerador. Hay que continuar con las negociaciones que abre el Mercosur y tener, en paralelo, un plan B que es el acuerdo con China. Si no, puede ocurrir que termine el 2018 con un TLC trabado con Chile en el Parlamento, una negociación que no esté cerrada con la Unión Europea ni con Canadá y ningún acuerdo en concreto. Hoy Uruguay está con las manos vacías.