Por Álvaro SanjurjoToucon
Kollontai. Apuntes de Resistencia. Argentina 2018
Dirección: Nicolás Méndez Casariego. Dirección Arte: Julieta Dolinsky
Dirección de Fotografía: Diego Saguí.Montaje: Nicolás Méndez Casariego.Producción: Mariano Mindlis/ Adriana Moreira Ruiz.
Cuando una cinematografía amordazada por un régimen dictatorial, siente las manos libres para volcarse sobre ese pasado, en particular desde el género documental, se plantean algunas cuestiones que impregnarán ese material de muy diversa manera.
A saber:
- si los autores y/o personajes que aparecen en el film fueron testigos presenciales o protagonistas de los hechos.
- si trabajan sobre materiales bibliográficos, periodísticos u otro orden generados por terceros.
- si en cualquiera de las dos alternativas precedentes, los involucrados participan activamente de las acciones políticas.
Todo ello confluye en “Kollantai. Apuntes de resistencia”, film rioplatense en torno al gobierno de Pacheco Areco, el posterior de Bordaberry y la dictadura militar que le siguiera.
La realización a medida que avanza, siempre con el acento puesto en la combatividad sindical, no oculta su filiación de raíz anarquista, así como el proceso en que con la irrupción de la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE) y diversos grupos de acción directa, culminará con la organización de un partido político: el PVP (Partido por la Victoria del Pueblo). Es que “Kollontai” es una historia del PVP, creada por el PVP, y no puede negarse ni cuestionársele ser un vocero de su ideología. Esa condición aparece sin disimulos y es uno de los méritos. Será opinable el escaso lugar otorgado a sectores liberales del Partido Nacional (un enemigo de la izquierda principista en democracia, un aliado en la dictadura), o la casi inexistencia de esa masa de una clase media igualmente perseguida y castigada, que debió ingeniárselaspara sobrevivir y en el film queda constreñida a la audacia de oponer, el 9 de Julio de 1973, su sentido democrático, a las armas de fuego de la dictadura en nuestra principal avenida, a votar por el NO (faltaron las caceroleadas) y concurrir “en familia” a la manifestación del 1 de mayo de 1983. Lo cual podría ser grave si se pretendiera una historia del Uruguay de la dictadura, y no como se desea y consigue, de testimoniar para el futuro a un sector determinado en el escenario nacional.
Cinematográficamente es este un film sumamente creativo, que cuenta con imágenes poco o nunca vistas e inteligente montaje. Reconstruye con actores situaciones existentes por sobre toda discusión de las que no hay registros fílmicos (contactos clandestinos, fabricación de cócteles “molotov”, viejas grabaciones de discursos, etc. Asimismo suple la escasez de recortes de periódicos con animaciones de los mismos trasmisoras de las premuras y tensiones del momento.
La banda sonora, sobria, parca, elocuente, está atenta a la fiel reconstrucción de sonidos ambientales, utiliza intérpretes para poner en boca de estos escritos de sus figuras emblemáticas, y cuando estos hablan en borrosas grabaciones, la palabra aparece en forma de subtitulos. La casi prescindencia de canciones tradicionales, aleja al film de todo impacto emocional extradiegético; con la excepción de una fugaz presencia final del himno anarquista “A las barricadas”, en grabación de época, posiblemente de tiempos de la Guerra Civil Española.
El otro lado de la esperanza (Toivontuolapuolen). Finlandia / Alemania 2017
Dir. Y guión: AkiKaurismaki. Con: SakariKuosmanen, SherwanHaji, KatiOutinen.
Llegado accidentalmente a Finlandia, un sirio que huye de la guerra en su país, solicita asilo en la nación nórdica. Mientras aguarda resolución acerca de su solicitud, el film presenta un muy digno y confortable centro de acogida de refugiados a su vez el sentimiento de generalizado rechazo por parte de autoridades, empero más benévola que la violenta persecución ejercida por minorías racistas.
Al igual que en el cine de Chaplin: ley, policía y otras manifestaciones de la autoridad (bomberos, inspectores de salubridad, etc) conforman un conglomerado antipático. Mientras el ciudadano común, autor de ilícitos menores (no abonar impuestos, ayudar en la fuga de un pobre perseguido, etc.) concentra la bondad.
El sirio perseguido, será auxiliado por el propietario de un restaurante, hombre de gran corazón, experto tahúr, dispuesto a albergar a quien le agrede.
Esa constante de soluciones, o el dejar puertas abiertas para una posible felicidad a alcanzar en el futuro, ligaría a Kaurismaki con los films “rooseveltianos”, de Frank Capra.
Como ocurriera con Chaplin y Capra, sin vínculo formal entre sí, y de ambos con Kaurismaki, lo ofrecido aquí es una tragedia desdramatizada por constante atmósfera de comedia. Y el realizador guionista mueve su asunto con la soltura que hace posible la aceptación (desaparecida una vez fuera de la sala se puede repensar seriamente al film) entusiasta de una realización tan falsa en su guión como simpática.
En un mundo signado por gente en perpetua huida de sus países, seguramente, los eternos exiliados, verán en el film algo muy diferente a lo contemplado por quienes recién comenzamos a participar de la vorágine de los extranjeros que llegan a casa.
Frost (Frost). Lituania / Francia / Ucrania / Polonia 2017
Con: Mantas Janciauska, LylaMaknaviciute, AndrzejChyra, Vanessa Paradis.
Una pareja de jóvenes lituanos, supuestamente novios, recibe el encargo de transportar ayuda humanitaria al frente ruso ucraniano, en plena guerra entre las dos naciones. En una pequeña camioneta atravesarán fronteras de su país, Rusia, Polonia y Ucrania, sorteando las mismas merced a documentos y contactos personales que inducen a pensar nos hallamos ante una sobria historia de un factible mercado negro. Insinuaciones fundadas en la parquedad de indicaciones a quienes irán en el vehículo.
La oscuridad de la trama, acompañada por una fotografía en permanentes ámbitos de escasa luminosidad, dominando la primera de las dos extensas horas del film, acentúa las interrogantes. Máxime que el film carece de todo informe acerca de una guerra en la que intervienen factores históricos de compleja naturaleza.
En la hora final, y a propósito de un encuentro en el que asoma un dejo de involuntario surrealismo, el film descubre planteos morales de carácter genérico, volcando al film hacia planteos filosóficos puestos de manifiesto por unos personajes de muy escaso diseño, cuya presencia no va mucho más allá de su condición de recitadores de textos más literarios que cinematográficos.
“Frost”, con un relato de estilo monumentalista, lleva a añorar el cine del polaco AndrzejWajda, principalmente en sus títulos iniciales (Kanal, Cenizas y diamantes), donde elocuentes planteos bélicos se imbricaban con ineludibles cuestiones morales.