En una situación “similar a la de Alemania en 1923”, el FMI prevé que la inflación en el país bolivariano cierre el año en 1.000.000% lo que implica “la destrucción del sistema de precios”. «No se ve ninguna línea de política económica que apunte hacia una corrección de la situación de profunda crisis económica, social y humanitaria que vive este país», lamentó el Director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo.
Imagínese que un producto que al día de hoy se vende a cien pesos, en un año cueste más de un millón de pesos. Bueno exactamente eso es lo que está sucediendo en Venezuela, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé que la inflación cierre el año en 1.000.000%.
Si bien la estimación anterior del organismo ya asombraba por su dimensión (en abril proyectaba una inflación de 13.800%), parece que se quedó bastante corto, y evidencia la debilidad que muestra el dinero venezolano en la economía ese país.
“La situación es similar a la de Alemania en 1923 o la de Zimbabue en 2008”, señala Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, al comparar la situación de Venezuela con otros precedentes históricos. Los precios, insiste el organismo, están descontrolados y el dinero está perdiendo valor a una velocidad exponencial al tiempo que se desploma la demanda.
Ante esta situación, el presidente Nicolás Maduro prevé realizar una reconversión monetaria eliminando cinco ceros en la moneda. De acuerdo a lo informado por la agencia de noticias Reuters, el jerarca ordenó postergar la decisión de reconvertir la moneda por segunda vez, y ahora entraría en vigencia el próximo 20 de agosto pero con una eliminación de cinco ceros y no tres como se había previsto.
No existís
Pero esta medida difícilmente pueda solucionar en algo los problemas.
Un salario mínimo en Venezuela está fijado 5.196.000 bolívares. Algo así como un dólar y medio al cambio no oficial. Es decir, con esa prestación no puede ni siquiera comprar una lata de atún, cuyo valor supera los seis millones de bolívares. El Gobierno sube estas asignaciones periódicamente, pero el efecto que produce en el marcado está lejos de paliar las consecuencias de la hiperinflación, puesto que de forma automática, cada aumento supone una multiplicación de los precios de la cesta básica.
La nueva estimación refleja la gravedad de esta situación. El dinero, indican desde el organismo, no tiene ya valor. Eso, señalan los técnicos, provoca que cualitativamente no cambia muchos las cosas para el ciudadano. La diferencia entre una inflación del 10.000%, el 100.000% o del 1.000.000%, señalan los economistas, es menor cuando el dinero ya perdió su función y refleja la ausencia de control. «La destrucción del sistema de precios ya está hecha», insiste Werner, que indica que esta proyección está sujeta «a un alto grado de incertidumbre».
Eso ha llevado a que muchos encuentren nuevas funciones en la moneda. En algunos puestos ambulantes pueden encontrarse productos de artesanía como bolsos y carteras fabricados con bolívares.
El FMI señala que Venezuela va a encadenar en 2018 su tercer año consecutivo con una contracción de doble dígito en su economía y va camino de perder la mitad de su PIB en los últimos años. La caída de la actividad este ejercicio la atribuye principalmente a la caída en la producción de petróleo y a las distorsiones que sufre la economía al nivel micro, lo que provoca que se desequilibren todos los indicadores macroeconómicos. Las cuentas públicas seguirán deteriorándose.
«No se ve ninguna línea de política económica que apunte hacia una corrección de la situación de profunda crisis económica, social y humanitarias que vive este país», lamentó Warner.