Por Graciela Bianchi (*) | @gbianchi404
La Constitución de la República no puede desconocerse, y ha sido tradición de nuestro país su respeto irrestricto en los períodos democráticos. Desde el año 2005 con el advenimiento del Frente Amplio al Gobierno y hasta el día de hoy, se ha naturalizado la violación a la Constitución con el fundamento “el fin justifica los medios”, por los “pobres”, el “proyecto”, los “sectores vulnerables”, bases mismas del populismo.
El presidente de la República, o sea la Presidencia como tal, tiene funciones sumamente acotadas, establecidas en los arts. 160 y siguientes de la Carta Magna. Las competencias amplias las tiene el presidente actuando con un ministro o en Consejo de Ministros.
Las razones que llevaron al constituyente a tomar estas precauciones son precisamente para evitar la concentración del poder en Presidencia de la República, facilitando el funcionamiento del Poder Ejecutivo a través de la intervención de el o los ministros de Estado. No debemos olvidar que veníamos de un régimen colegiado, por lo que se buscó atemperar el Presidencialismo. No es casual, que solo se prevea con dependencia directa de Presidencia la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Cuando el constituyente quiso hacer una excepción, lo hizo a texto expreso como corresponde.
En consecuencia, todas las normas que han creado organismos dependientes de Presidencia de la República, son manifiestamente inconstitucionales. A modo de ejemplo: AGESIC, INE, JUTEP, ONSC, URSEA, URSEC, IMPO, INAC, COMISION HONORARIA PARA LA SALUD CARDIOVASCULAR, URUGUAY XXI, FONDO NACIONAL DE RECURSOS, PLAN CEIBAL, entre otras.
La dependencia de Presidencia tiene como objetivo fortalecer y concentrar el poder del Presidente de la República frente a los demás Poderes de Estado, incluso frente al Poder Ejecutivo mismo. Y por supuesto impedir todos los controles de los demás poderes, en especial del Legislativo.
Uno de los casos más emblemáticos es la creación del Plan Ceibal, en abril de 2007 por decreto presidencial Nro.144/007, dependiendo en forma directa de Presidencia de la República y de forma unilateral y en forma personal del Ingeniero Miguel Brechner. Hoy, la institucionalización mejoró un poco con la creación del Centro Ceibal, por la ley 18.640 en enero 2010, como persona pública no estatal; o sea, bajo el imperio del derecho privado. Igualmente se mantuvo la dependencia de Presidencia de la República.
Por lo anterior, no se audita como correspondería por manejar dineros públicos y tampoco puede ser intervenida por el Tribunal de Cuentas de la República. Esto quedó confirmado en la comparecencia del mismo en la Comisión de Presupuesto integrada con la de Hacienda en el año 2017 donde el Director de la División Auditoria del Tribunal de Cuentas expresa que “el mismo no ha incursionado en las auditorías de los fideicomisos. El Tribunal no tiene recursos disponibles para incursionar en las decenas y decenas de fideicomisos que existen a nivel público (…)”.
Es público y notorio que el Ing. Miguel Brechner es quien maneja el Plan Ceibal en forma discrecional. Existe un Consejo de Dirección integrado por el nombrado como presidente y en representación del Poder Ejecutivo, un representante del Ministerio de Educación y Cultura, otro de la Administración Nacional de Educación Pública y un representante del Ministerio de Economía y Finanzas.
Entendiendo que estábamos en el ámbito de nuestra competencia, ejerciendo el imprescindible control parlamentario sobre el uso de dineros públicos, realizamos un Pedido de Informes con fecha 24 de julio de 2018, a través del Ministerio de Educación y Cultura, sobre la base de su representación en el Consejo referido. Pedimos la siguiente información: 1) Informe cuántas ceibalitas se repartieron en los centros educativos, desde la implementación del plan. 2) Qué cantidad de máquinas se han roto desde ese momento. 3) Cuánto cuesta en moneda nacional, la reparación promedio de una ceibalita. 4) Cuántas máquinas han hurtado. 5) Cuánto cuesta reponer una ceibalita. 6) Informe si existe la contratación de un seguro. De ser afirmativa la respuesta, a cuánto asciende el abono mensual y qué servicios incluye. 7) Cuando comenzó el Plan Ceibal a comprar impresoras 3D y cuál es su costo. 8) Cuántas se compraron al día de hoy, cuántas se llevan entregadas y cuántas están en desuso. 9) Detalle en qué escuelas y liceos se han colocado las referidas impresoras. Incluya y distinga entre centros públicos y privados. 10) En qué grupos se han colocado y en qué consiste su utilización. 11) Cuántos kits robóticos llevan comprados y de qué marcas. 12) Cuál es su costo individualmente y cuál fue el mecanismo de compra. 13) Cuántos están adjudicados por cada centro de estudios y cuántos están fuera de funcionamiento.
La respuesta fue:“le informamos a usted (Presidente de la Cámara) y por su intermedio a la señora Representante, que el Plan Ceibal depende de la Presidencia de la República y es allí donde deben enviar las consultas correspondientes”. En el artículo 118 de la Constitución, Presidencia de la República no está dentro de los organismos a los que les podemos realizar Pedidos de Informes.
Es público que el Ing. Miguel Brechner está incluido en el artículo 9 de la Ley integral de Lavado de Activos, que establece la incompatibilidad de tener cuentas o empresas en paraísos fiscales. También es deudor de la Dirección General Impositiva desde el año 2002, con un embargo genérico vigente sobre su persona y empresas.
Estamos preocupados por la corrupción, queremos un Estado transparente pero se ha establecido a través de lo que decíamos al principio, la naturalización de la violación a la Constitución, la impunidad sobre posibles desviaciones que afectan al Estado de Derecho.
Siguiendo al Profesor Hoenir Sarthou en un interesante artículo de fecha 28 de setiembre de 2016, publicado en el semanario Voces: “Nacidos con la pretensión de inaugurar nuevas eras históricas (refiriéndose a los gobiernos de izquierda), de instaurar el socialismo y el “hombre nuevo” o al menos de “remover hasta las raíces de los árboles”, los desempeños izquierdistas en el gobierno, desde hace casi un siglo, son bastante frustrantes. ¿Por qué los sueños utópicos de la izquierda suelen terminar degradados ante la realidad que pretendían cambiar para siempre? Lo que hoy llamamos “izquierda” no fue concebida para ser gobierno”.
(*) Diputada de Aire Fresco – Partido Nacional