Próximo gobierno deberá hacer ajuste fiscal y encarar reforma integral de la seguridad social

Coyuntura > “El mundo ha empeorado para nosotros”

La economía seguirá creciendo pero hay riesgo de estancamiento, y las metas de déficit del gobierno no se cumplirán, según evaluaron Gabriel Oddone y Alfonso Capurro de la consultora CPA Ferrere. Si bien el grado inversor no corre riesgo actualmente, hay un deterioro de los fundamentos y la próxima administración deberá hacer un ajuste fiscal de casi un punto del PIB para “recomponer la credibilidad”, e iniciar el debate de una reforma de la seguridad social.

Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl

¿Se seguirá fortaleciendo el dólar a nivel global?  ¿Pasó lo peor en Argentina?  ¿Hay riesgos de estancamiento en Uruguay?  ¿Está amenazado el investment grade?

Esas fueron las cuatro preguntas sobre las que giró la disertación organizada por CPA Ferrere “Los desafíos de una nueva coyuntura: shock regional sin ancla fiscal”, donde los dos expertos de la consultora trazaron un panorama complejo en materia económica pensando a futuro.

Oddone se enfocó en las dos primeras interrogantes, evaluando que efectivamente el dólar se apreciaría en el corto plazo pero a no así a mediano plazo (ver recuadro), mientras que interpretó que en Argentina aún no pasó lo peor (ver nota página 13).

Capurro fue el encargado de las cuestiones locales. Opinó que existe un “riesgo de estancamiento” y que si bien el investment grade no peligra en lo inmediato existe un deterioro de los fundamentos económicos que el próximo gobierno deberá corregir mediante un ajuste fiscal y una reforma integral de la seguridad social.

Explicó que cuando se analizan las perspectivas de crecimiento de un país, siempre se piensa en dos factores fundamentales: el contexto internacional y la situación interna. Respecto al primero, comentó que “el mundo ha empeorado para nosotros” lo cual está “repercutiendo a la baja” en las proyecciones económicas. En cuanto a los aspectos locales, valoró que “no hay margen de maniobra” ni desde el punto de vista fiscal, ni del monetario.  Si bien evaluó que quizás el término estancamiento no es el correcto para la situación actual, señaló que sí existe un escenario de muy bajo crecimiento y con riesgo de estancamiento si se materializan algunos problemas de la región.

Respecto a los datos de la economía, recordó que el crecimiento del PIB “se moderó y continuó siendo asimétrico” y están incididos al alza por la parada por mantenimiento que realizó la refinería de petróleo de Ancap durante buena parte de 2017, que la mantuvo sin actividad en ese período.

Fundamentos

Para el experto, desde el lado de los fundamentos existen dos grandes problemas. En primer lugar, la inversión registró una fuerte caída en los últimos años, pasando de representar un 22% del PIB en 2012 a ubicarse en el primer trimestre en 16,4%. Para reactivarla, el gobierno aplicó cambios en el régimen de la Ley de Inversiones y estableció beneficios transitorios para proyectos de construcción. Capurro reconoció que los cambios han generado la concreción de algunos proyectos importantes, pero si bien facilitan la decisión de inversión, no van a cambiar el telón de fondo de aquellos sectores que tienen problemas de fondo.

El segundo gran problema es el empleo. Desde 2014 se perdieron unos 50 mil puestos de trabajo y la tasa de empleo se ubica en niveles de 2007. Paralelamente hubo una reducción de la tasa de actividad –menos personas buscando trabajo- lo que ha permitido que el desempleo no haya aumentado de forma significativa. Un desafío ante esta coyuntura son los Consejos de Salarios, que por primera vez se desarrollan en un ciclo recesivo en el que demasiada rigidez podría afectar los niveles de empleo. Agregó que si bien la inflación permanece en torno a la actual “zona de confort”, el aumento registrado en los últimos meses “no ayuda” a las negociaciones.

CPA Ferrere prevé que la economía uruguaya crezca este año 2,2%, (más de medio punto respecto a la proyección anterior) y para 2019 calcula una expansión de 1,9%, (más de un punto de caída respecto al pronóstico anterior de 3%). Capurro explicó que a grandes rasgos “no se evidencia un cambio muy grande”, pero alertó que al depurar los factores “de una sola vez” el crecimiento es menor: 1,9% este año y 1,6% el próximo. “Se parece más a un virtual estancamiento”, comentó.

Capurro advirtió además que este comportamiento no incorpora ningún efecto negativo fuerte desde Argentina, que de ocurrir podría afectar el crecimiento que podría expandirse a un ritmo menor del 1%, lo que ya habla de una economía estancada.

Cuidando la nota

En cuanto a si se corre el riesgo de perder el investment grade, Capurro detalló que el gobierno cambió la meta fiscal, manteniéndola en un déficit de 2,5% del PIB, pero difiriendo su cumplimiento al 2020 y no a 2019. Recordó que hasta ahora las metas no se han cumplido y ya se acumulan cuatro años con un déficit fiscal superior al 3,5%. Asimismo, evaluó que la Rendición de Cuentas no incorpora un escenario internacional más restrictivo y los supuestos de ingresos y egresos en los que se basan “son demasiado optimistas”.  En ese sentido, indició que “las metas no se cumplirán y el déficit seguirá por encima del 3,5%”.

Advirtió que pese a medidas de ajuste implementadas (más impuestos, postergación de aumentos de tarifas o evitar rebajas cuando había margen) el gasto sigue aumentando -incidido fundamentalmente por las jubilaciones- lo que ha evitado la reducción del déficit.

En cuanto al nivel de deuda pública, comentó que se ha venido incrementando, pero el perfil de endeudamiento “permite postergar los ajustes”.

“Creemos que Uruguay no va a perder el investment grade mañana, pero estamos en una situación que le agrega presión fundamentalmente al  próximo gobierno”, señaló Capurro, agregando que en 2020 el nuevo gobierno deberá realizar un “ajuste fiscal” de casi un punto del PIB para recomponer la credibilidad, y al mismo tiempo encarar el debate de una reforma de la seguridad social.

Respecto a esto último, Oddone comentó que es necesaria una reforma de la seguridad social amplia y que incorpore en el debate a las cajas deficitarias –como la policial y la militar- y también a las potencialmente deficitarias –profesionales, bancaria o notarial-.  “Estos regímenes son especiales, están dirigidos a colectivos especiales, tienen un régimen de derechos mejor que el régimen general y son potencialmente deficitarios, es decir que rentas generales -esto es el conjunto de la población-, potencialmente puede terminar subsidiando regímenes con derechos jubilatorios mejores que el promedio. Esto es una situación insostenible desde el punto de vista de la equidad, desde el punto de la justicia”, comentó. Para Oddone, “la integración de todos los regímenes en un régimen único donde los subsidios cruzados sean explícitos y no implícitos, y no haya financiamiento del tipo que tenemos hoy, es un debate impostergable”. En la misma línea, evaluó que también hay que discutir “sobre la paramétrica”, lo que implica modificar la edad de retiro y evaluar la tasa de reemplazo.

“Esto va a estar en la mesa del próximo gobierno. No es un debate fácil. Ojalá la situación internacional mejore, porque discutir esto en una fase de bajo crecimiento como el que hoy tenemos sería muy difícil”, concluyó.