Otegui: «El país debe respetar las reglas de juego que están establecidas y que son conocidas por los inversores»

IGNACIO OTEGUI, PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE LA CONSTRUCCIÓN DEL URUGUAY


Importante generador de fuentes de trabajo, proveedor de sectores exportadores, del Estado y del consumidor final a través de viviendas, el sector de la construcción ha tenido siempre una importancia transversal en la actividad económica del país. En 2015, este sector ocupaba el tercer puesto en participación de las actividades económicas en el PIB, en términos nominales. En medio de un año «bisagra», donde la construcción lleva cinco trimestres de caída consecutiva, el presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay, Ignacio Otegui, analizó la realidad de la industria y pronosticó que la situación de desaceleración se mantendrá, al menos, durante el primer semestre del año próximo. En el mediano plazo, se esperan mejorías.

Por Federica Chiarino | @FedeChiarino

-¿Cuáles considera han sido los grandes hitos del sector de la construcción en los últimos 20 a 30 años?

-Creo que la construcción, de alguna forma, ha dado respuestas a un país que ha crecido, que se ha transformado, que es diferente de lo que era hace 25 o 30 años. Con muchas cosas para mejorar, con aspectos para cambiar pero que, en definitiva, es diferente al país que teníamos hace dos décadas.

Por otro lado, hay cosas muy importantes que el país ha construido en estos últimos 20 o 25 años. Podríamos, tal vez, focalizarnos en los temas comerciales o de crecimiento económico. Ahí, si es el viento de cola o las cosas bien hechas, o es la suma de las dos cosas, es una definición que me inclino más por la última. En realidad, es una suma de cosas bien hechas, más allá de errores que se han cometido, es bueno decirlo. Y se dio un flujo externo favorable para el país. En todo caso, lo que tenemos hoy es una situación un poco diferente…. hay un escenario de nuevos desafíos. El país tiene que ponerse en actitud de tratar de buscarle soluciones a ciertos problemas.

-¿Qué grandes obras realizadas en el país en las últimas dos o tres décadas que merezca la pena destacar?

-La construcción construye todo; el tema es todo lo que ha ocurrido en el país. Desde el punto de vista del parque edilicio, sin importar cuál es el fin último, está la construcción. Hay empresas constructoras detrás. Tan importante es el primer shopping que se hizo -el Montevideo Shopping-, como los que vinieron después y los últimos que se están haciendo. Pongo de ejemplo el shopping porque es una obra, o una serie de obras, que, de alguna forma, están transmitiendo un cambio importante en la forma de comercializar productos y que la gente pueda acceder a ellos. Ese es un tema que para mí es central.

Tenemos los grandes hoteles del Uruguay. Yo tengo 65 años y los hoteles que hoy tiene el Uruguay no los tenía hace 20 o 25 años. Eso es importante. Luego, todo lo que es la parte industrial. A partir de lo que hoy es UPM, que antes fue Botnia, empieza un proceso de reindustrialización del país, que ha ido generando insumos importantes.

“De alguna forma, nosotros hemos caído un poco más que los otros sectores. Eso es, entre otras cosas, porque somos un país chico y porque somos una industria que trabaja para terceros”

El país hoy es diferente desde el punto de vista productivo. De alguna forma, la palanca más fuerte que tuvo el sector agrícola-ganadero para desarrollarse fue la inversión en agricultura. También la madera, que es un episodio importante y que tuvo dos grandes obras, tanto Botnia o UPM en Fray Bentos, como Montes del Plata en Colonia.

-¿Qué evolución ha tenido la productividad del sector en las últimas décadas?

-Nosotros tenemos, de alguna forma, evaluado ese tema. En realidad, los datos los tiene el Centro de Estudios Económicos de la Construcción. En términos generales, la construcción del país está mejor, pero la productividad de la construcción no está mejor, está peor. Tenemos una caída de alrededor de 12 puntos y medio en los últimos años, a diferencia del país que ha crecido un 20 y pico por ciento. Ahí tenemos un desafío muy grande. Es un tema a abordar que estamos estudiando y analizando y que va a ser, probablemente, parte de las cosas que tenemos como desafíos para el nuevo convenio colectivo que debemos empezar a negociar.

¿Qué evaluación hace de la situación actual del sector?

-El país está en una situación de desaceleración y va a tener, probablemente, un 2016 con una economía que no crezca o crezca muy poquito, o con crecimiento negativo. Nuestro sector acompaña el crecimiento del país y también acompaña la desaceleración que sufre.

De alguna forma, nosotros hemos caído un poco más que los otros sectores. Eso es, entre otras cosas, porque somos un país chico y porque nuestra industria trabaja para terceros. Si hay demanda de viviendas, pues habrá inversión en viviendas. Si la demanda disminuye, lo que va a haber es menos inversión en viviendas.

“En términos generales, la construcción del país está mejor, pero la productividad de la construcción no está mejor, está peor”

Lo mismo ocurre con la obra pública, más allá de que compartimos la necesidad de focalizar un poco la atención en la obra pública. Después tenés el otro 50%. La vivienda es un 15% o un 16% de la inversión. La obra pública va a ser un 28%. El resto es obra privada no vinculada a la vivienda, que sigue siendo el motor nuevo que el país tiene, con siete u ocho años de actividad intensa, y que es parte de la demanda que la industria tiene, a la cual le tenemos que brindar respuesta. Todo eso implica un escenario siempre complejo que hay que analizar con mucho criterio e irlo evaluando con sentido común.

-¿Cómo viene la construcción de las viviendas de interés social?

-Ese es un tema que, en definitiva, está bien. Creo que ha habido una buena oferta para una demanda que todavía no tenemos claramente focalizada o analizada. Pero hay una oferta importante. Podría mejorarse en algunos aspectos como, por ejemplo, la reducción de los topes para ese 25% de viviendas que lo tienen. Y, en definitiva, en la medida en que haya demanda, va a haber oferta. El sistema es bueno, y creo que el sistema hay que tratar de mantenerlo en el tiempo. Esa es la opinión que tenemos con respecto a las viviendas de interés social.

-¿Cuál es la situación actual del empleo en el sector de la construcción?

-La construcción tiene hoy 48.000 trabajadores en obra, que es un número importante para lo que es el sector como tal. Pero es muy lejano de los 73.000 que teníamos cuando se estaba haciendo Montes del Plata. Esa diferencia es parte de ese proceso que ha hecho el país en los últimos años. Es un proceso que ha acompañado un escenario de desaceleración.

Cuando la industria estaba en 73.000 trabajadores, además de obras grandes como el caso de Montes del Plata, teníamos una industria inmobiliaria que nos requería un 24%. Todo ha caído y, en consecuencia, la industria ha caído. Cayó la obra pública, cayó la vivienda en términos generales y cayeron las inversiones privadas que no están dirigidas a la vivienda que, en general, van dentro del rubro de la Comap.

“Nuestra impresión es que este será un año bisagra. Ya estamos en setiembre y no hay un cambio importante en los comportamientos del sector. Creemos que eso se va a mantener, por lo menos, en el primer semestre de 2017”

-En un almuerzo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing el mes pasado con los directivos de algunas cámaras empresariales importantes, Diego O’Neill, vicepresidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay, habló de la importancia de promover un clima de negocios para incentivar la inversión. ¿Qué medidas cree que debería tomar el país en esta materia?

-Ese es un tema complejo. Lo primero uno tendría que decir es que el país debe respetar las reglas de juego que están establecidas y que son conocidas por los inversores. El cambiar continuamente las condiciones impuestas que tenemos arriba de la mesa o, por lo menos, en conocimiento del que invierte, parece un error. Tuvimos un episodio, durante un buen tiempo, de intentos del Poder Ejecutivo de empezar a cambiar esas cosas.

Creo que el seguir con las políticas que, de alguna forma, hacen atractivo al país para el inversor local, además del extranjero, es importante. Si el país logra mantener esas cosas, yo creo que tiene todavía la posibilidad de crecer. Para eso, un tema que es central es cuál es el escenario que le ofrecemos al que invierte y genera puestos de trabajo en esa relación natural. Es todo un desafío.

El país ha hecho mucha cosa y debería generar una articulación que permita incentivar a que los puestos de trabajo se generen, pero además que se mantengan. Para eso requiere una profundización en la relación laboral. Ese es un tema que tenemos pendiente, por lo menos en la construcción. Estamos dispuestos a transitar caminos de diálogo para tratar de encontrar caminos de entendimiento que nos permitan seguir.

-¿Cómo vislumbra el futuro del sector en el corto y mediano plazo?

-Creo que en el corto plazo no va a cambiar. En el mediano espero que sí, que encontremos el piso. Que podamos rebotar y empezar a tener mayor nivel de actividad. Nuestra impresión es que este será un año bisagra. Ya estamos en setiembre y no hay un cambio importante en los comportamientos del sector. Creemos que eso se va a mantener, por lo menos, en el primer semestre de 2017. Esa es la realidad que tenemos; no nos gusta, pero es así.