Por Alejandro Sánchez (*) | @pachasanchez
Es frecuente escuchar por parte de actores de la oposición, duras críticas a la política económica de este gobierno. En la reciente discusión del proyecto de Rendición de Cuentas, aunque parezca absurdo, se llegó a decir que nuestro país atraviesa un momento de crisis semejante al de 2002. Estos relatos apocalípticos corren por carriles bastante alejados de la realidad. Tan lejanos que la prestigiosa revista Global Markets eligió a Danilo Astori como «Ministro de Finanzas del año para los países de América Latina». Pero este no es el único dato que desmiente las falaces acusaciones, en este artículo repasaremos datos objetivos y constatables que desmitifican algunas opiniones.
Mito 1: “La década perdida y el viento de cola”
La economía uruguaya experimentó el crecimiento más largo de su historia. Desde el año 2005 al 2017 se triplicó en PIB (dólares corrientes), se multiplicó por 3,7 el poder adquisitivo del salario mínimo y creció un 56% el salario real. El PIB Industrial pasó de 2.500 millones de dólares a 7.000 millones y el agropecuario se multiplicó por dos. Si bien es claro que hubo factores externos que propiciaron el crecimiento mencionado, como el aumento de precios de los principales productos de exportación, vale decir que fueron las políticas económicas implementadas por los gobiernos frenteamplistas las que estimularon la demanda interna, principalmente el consumo de privados y la inversión. Una muestra de ello es el consumo de hogares y empresas. El mismo se triplicó pasando de 12 mil millones de dólares a casi 40 mil millones y la inversión promedio registró un 20% del PIB (2005 a 2017) en contraste con el 14% de las décadas anteriores.
En varias oportunidades, la oposición asumió públicamente que el crecimiento económico que experimentaba nuestro país se daba gracias al “viento de cola” impulsado por las economías vecinas. Es decir, para ellos, crecimos porque otros lo hacían.
Sin embargo no sólo seguimos creciendo mientras que nuestros vecinos desaceleraron sus economías sino que tampoco nos hundimos junto a ellos. Las políticas de diversificación de mercados de exportación así como también las de atracción de nuevas inversiones productivas, junto a otras políticas macroeconómicas aplicadas desde el 2005 hasta hoy, permiten que la economía uruguaya haya crecido de manera ininterrumpida en todos estos años.
Del 2011 a la fecha la economía uruguaya experimentó un crecimiento acumulado del 20%, Argentina un 3% y Brasil 1%. Es importante destacar que estos resultados evidencian un claro desacople de la región.
Hoy Uruguay está votando una Rendición de Cuentas que incrementa el Gasto Público Social y no aumenta los impuestos. Se puede observar que el mismo creció 117% en términos reales desde 2006 al 2016, pasando del 20,9% del PIB al 26,5% en 2016. En este sentido, nuestro país también es una isla en la región, Argentina realizará un ajuste del 5% del PIB mientras que Brasil congeló su Gasto Público por ley durante 20 años.
Mito 2: “No se invirtió en Infraestructura”
En la última década el desarrollo de la infraestructura a partir de la inversión de las empresas públicas especialmente en energía y telecomunicaciones por parte de UTE y Antel, así como la promoción de inversiones en energía renovable, nos colocan a la vanguardia de la región y a la par de los países desarrollados.
Si analizamos la inversión en la matriz energética vemos que el aumento de potencia instalada en el período comprendido entre el 2005 y el 2016 se incrementó un 96% (de 2000 a 3.913 MW) en contraste con la década anterior del 1995 a 2005 en la que prácticamente no hubo incremento de la potencia instalada.
Otro dato importante a observar es la distribución de la matriz de abastecimiento, cuya estructura cambió notablemente en el período 2005 – 2016, las fuentes de energía renovable representaban casi el 40% en el 2005 y aumentaron a un 60% al 2016. Los cambios operados en la última década se deben, principalmente, a la inversión en fuentes de energía renovable en el Interior del país donde se destacan los 36 parques eólicos instalados en los departamentos Maldonado, Lavalleja, Tacuarembó, Florida, Rocha y San José y la producción de biomasa por parte de las industrias forestales y de biocombustibles.
Otro elemento a destacar es la tasa de electrificación la cual mide el acceso a la energía eléctrica por parte de la población, actualmente dicha tasa asciende al 99, 7% de la población, situándonos en uno de los países más electrificados de América Latina.
La inversión en telecomunicaciones e infraestructura tecnológica es fundamental para agregar conocimiento en todas las áreas productivas del país. La inversión en fibra óptica por parte de Antel nos permite estar a la vanguardia en la penetración de internet, inclusión digital, calidad y costo de tarifas en el mundo. La fibra óptica llega aproximadamente a 600 mil servicios y coloca a nuestro país entre los 10 países con más penetración de internet en los hogares (80%), por encima de los países europeos y con el costo más barato de la región.
Además de lo mencionado anteriormente, cabe recordar la instalación del Data Center Ing. Luis Massera ubicado en Pando y calificado como el mejor de América del Sur y la instalación en el Centro Nacional de Supercomputación, son hitos científicos para Uruguay porque permitirán potenciar las investigaciones científicas, tecnológicas, productivas y sociales del país.
Mito 3: “Se cobran más impuestos y la presión fiscal es muy alta”
Los uruguayos tenemos menos impuestos y son más bajos que antes. La reforma impositiva derogó catorce impuestos y sustituyó algunos otros. El Cofis se eliminó y por lo tanto el IVA que antes se sumaba al Cofis pasó de una tasa del 26% máxima y de 17% mínima, al 22 y 10% respectivamente. El IRAE grava la renta empresarial, el cual sustituyó al IRIC que pasó de una tasa del 30% al 25%. En el caso del IRPF que sustituye al IRP (Impuesto a Retribuciones Personales) lo tributan menos trabajadores que antes de la reforma tributaria, alcanzaba al 80 % de los trabajadores y ahora el 40 %.
Las modificaciones del IVA y la sustitución del IRP por IRPF generaron como resultado que los sectores con ingresos bajos y medios tributen menos en relación a su ingreso, antes de la reforma tributaria.
La recaudación impositiva ha crecido producto de la disminución de la evasión, el aumento de la formalización de los trabajadores y empresas, el incremento de los ingresos y la mejora en la capacidad de gestión de los organismos recaudadores. En ese sentido, podemos ver el aumento de cotizantes al BPS. En el 2005 existían algo más de 990 mil cotizantes y en el 2017 se encuentran registrados más de un 1.450.000, es decir un aumento de casi 50%.
Con relación a la evasión impositiva, se verifica una disminución formidable en la tasa, pasando del 40% en el 2003 al 13% en el 2017. Nuestro país se encuentra entre los países con menos evasión de la región. Este descenso es importante dado que el IVA es el impuesto que recauda el 50% aproximadamente de los ingresos impositivos.
Son varios los mitos a derribar, las mentiras a rebatir. Para la oposición, la campaña electoral comenzó hace rato, casi cuando el Frente Amplio asumió su tercer gobierno. Se acercan las próximas elecciones y los discursos se radicalizan y cada vez más se opera sobre las sensaciones, se construyen relatos para cimentar la idea de que el país es un desastre. Y eso no es cierto. Uruguay cambió y mejoró en tantos sentidos que no alcanza el espacio de este semanario para plasmar el avance que ha experimentado. Todavía no llegamos a concretar el país que soñamos, pero estamos cada vez más cerca.
(*) Diputado del MPP – Frente Amplio.