Ya son 62 los cajeros explotados, pero “hasta que no estén todos entintados, lo van a seguir haciendo”, alertó en conversación con CRÓNICAS el ministro del Interior, Eduardo Bonomi. Además, se refirió a la dificultad que tuvieron para capturar a una de las bandas que se dedicaba a robar dinero mediante esta modalidad, porque nunca recibieron la autorización.
Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo
El 24 de setiembre de 2017 se realizó el primer atentado a un cajero automático, que se hizo con oxicorte. Al mes siguiente se volvió a atacar otro expendedor de dinero en efectivo, pero en esa instancia se llevó adelante mediante una explosión. Fue en el cajero Banred ubicado en Rivera y Colombes, en el supermercado Devoto. Pese a los daños que sufrió el cubículo, los delincuentes no lograron acceder al cofre.
Fue justamente en el mes de octubre del año pasado cuando Bonomi mantuvo un encuentro con su par en Paraguay, quien le contó la experiencia que padeció su país en esta modalidad delictiva, y qué hicieron para solucionarla. Tras unas 28 explosiones en 2015, llevaron adelante un proceso de entintado de los billetes en todos los cajeros, y fue así como lograron terminar con el problema.
Inmediatamente el ministro uruguayo planteó esa solución, pero lo que vino después no fue lo esperado, dejó entrever en diálogo con este semanario. Las discusiones iban desde el plazo que debía darse a los bancos para realizar el procedimiento, hasta el tipo de tinta que tenía que utilizarse para el mismo.
Esas demoras, admitió, llevaron a que siguieran atacando los cajeros, y ya han sido explotados 62. “Algunos están entintados, otros no, entonces hoy revientan uno que está entintado y la quedaron, pero van al siguiente, y a veces le pegan a alguno que no lo está. Hasta que no estén todos entintados, lo van a seguir haciendo”, advirtió el jerarca.
Más retrasos
Esta semana se cumplieron tres meses desde que el gobierno anunciara que obligaría a las instituciones bancarias a utilizar un sistema de entintado en todos sus cajeros, para cuya instalación tendrían un plazo de 90 días. Si bien la norma empezaría a regir a la semana siguiente de realizado ese comunicado, el tiempo establecido por el decreto 214/018 no ha empezado a correr. ¿La razón? Que las autoridades todavía no han finalizado el instructivo de ese decreto. Si bien el MI ya envió al Ministerio de Economía y Finanzas su aporte para elaborarlo, no está terminado, confiaron a CRÓNICAS fuentes del Poder Ejecutivo.
Ante esto, Bonomi es optimista y espera que en uno o dos meses estén todos los cajeros entintados.
La orden que no llegó
Pero las demoras en el proceso para solucionar este inconveniente no han sido la única dificultad a la que se enfrentó el ministro. De hecho, contó que cuando comenzaron a realizarse las explosiones, se encontraron con una banda de criminales chilenos que eran muy efectivos en esta práctica, pero que por motivos ajenos a su cartera, no pudieron capturarlos en ese momento.
“Nosotros los detectamos a todos, eran 13 chilenos, entonces pedimos orden para detenerlos, y no nos la dieron. Ahí la policía los empezó a seguir. El director de la Policía venía y me decía que estaban relevando los cajeros de la costa de Canelones, los de Maldonado, pero la Fiscalía no nos daba la orden para agarrarlos”, lamentó.
En febrero, seis de esos 13 delincuentes robaron un supermercado en Bello Horizonte (Canelones), y fue recién ahí que los capturaron, gracias a que la policía ya seguía sus pasos. “Cuando los agarraron, saltó lo de los cajeros, y los procesaron por este robo y por las explosiones, pero estos eran la mitad de los que teníamos identificados, y no nos dieron la autorización para detener a los demás, que se fueron del país”, explicó.
A este grupo lo había traído un uruguayo desde España –que más tarde fue detenido- para que les enseñara a delincuentes del país cómo llevar adelante la modalidad de la explosión. Según dijo Bonomi, los chilenos no fallaban y no ejercían violencia sobre las personas, a diferencia de los uruguayos, que usan armas largas y se enfrentan sin problema, además de que le erran en el procedimiento. “Les sale una bien y dos mal”, sostuvo, mientras que los chilenos “eran especialistas”.
“No comparto la iniciativa de Larrañaga, pero por lo menos es una propuesta”
Para el ministro del Interior, la oposición sistemáticamente ha usado el tema de la seguridad como una forma de acumulación política basada en el crecimiento del delito, pero no ha propuesto absolutamente nada. Sin embargo, “cuando el senador [del Partido Nacional, Jorge] Larrañaga hace una propuesta, estamos en otro nivel”, destacó, aunque volvió a afirmar que no comparte el proyecto del legislador.
Bonomi prefirió centrarse en uno de los puntos del plebiscito que impulsa el nacionalista bajo el lema “Vivir sin miedo”, que es la creación de una Guardia Nacional militarizada para realizar tareas policiales, y así ayudar al MI en la lucha contra la delincuencia.
Al respecto, señaló que no está de acuerdo con la medida de sacar al ejército a la calle para combatir la inseguridad, puesto que ya se ha hecho en otros países, y ha quedado demostrado que no solo no funciona, sino que agrava el problema.
Además, explicó que a los militares se los prepara para la defensa del territorio y para la guerra, donde deben aniquilar al enemigo. “Si un soldado ve a alguien robando, no sabe qué hacer”, aseguró, y agregó que al policía lo educan para la seguridad interna, no para pegarle un tiro a un ladrón.
“No comparto esto, pero por lo menos discutimos una propuesta”, remarcó.