El director ejecutivo del CED, Hernán Bonilla, se refirió a los resultados obtenidos por Uruguay en la última edición del Índice de Libertad Económica (ILE), donde pese a una estabilidad de puntaje, el país ha perdido posiciones en la comparación internacional. Expertos que comentaron el estudio, destacaron la importancia de indicadores internacionales como el ILE, pero advirtieron alguna discrepancia con su enfoque.
Durante un after office el pasado lunes 29 en el Bar Tabaré, el director del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) presentó los resultados del ILE que había sido publicado el mes pasado (ver CRÓNICAS del 28 de setiembre), elaborado por el Centro en base a un informe similar de carácter internacional del Fraser Institute de Canadá.
Para medir la libertad económica de un país, el informe utiliza cinco áreas principales: tamaño del Estado, marco legal y derecho de propiedad, moneda estable, libertad de comercio internacional y la regulación (al mercado de créditos, de trabajo y de los negocios). A su vez, las cinco áreas son divididas en distintos subcomponentes, conformando así un total de 42 variables.
De acuerdo a este índice, Uruguay se sitúa en la posición número 65 con un puntaje de 7,16 sobre una escala de 0 a 10, siendo 10 una libertad económica plena. Directamente por encima se encuentra Indonesia con el mismo puntaje, y debajo está El Salvador, con 7,15 puntos. Los países de América Latina mejor puntuados según el informe son Chile (7,80, puesto 15), Guatemala (7,64, puesto 23), Panamá (7,58, puesto 27), Costa Rica (7,55, puesto 33), Perú (7,43, puesto 44), Nicaragua (7,27, puesto 54) y República Dominicana (7,18. puesto 62).
El primer puesto se lo lleva Hong Kong, con un puntaje de 8.97.
En cuanto a las cinco áreas principales, Uruguay tuvo un resultado disparejo en ellas. 6,84 en tamaño del Estado, 5,36 en marco legal, 8,97 en moneda estable, 7,79 en libertad de comercio internacional y 6,82 en regulación. A pesar de ello, el país obtuvo un resultado global positivo.
Según se observa en la gráfica, a partir de 2009 el ILE mostró para Uruguay un crecimiento positivo con respecto a resultados previos. Sin embargo, en los últimos años se destacó una tendencia a la baja, a excepción de 2017 donde se revierte la situación y mejora su puntaje, “que se presenta casi incambiado” este 2018, de acuerdo con Bonilla.
El director se propuso comparar a Uruguay con diversos países tanto de la región como de economías similares. De esta manera, observó que Uruguay se encuentra posicionado levemente debajo de Chile y de Perú, pero con una diferencia mayor con respecto a Nueva Zelanda (8,49), país que se encuentra tercero en el ranking global. Si bien Bonilla no nombró a Brasil, sí nombró a Argentina y Venezuela, dos de los países que peor se sitúan en el índice, con un puntaje de 4,84 y 2,82, respectivamente.
A modo de cierre de su exposición, Bonilla se planteó si existe una crisis del liberalismo como tal, y valoró hacer una distinción “entre lo que es ideológicamente el conservadurismo, el liberalismo y el socialismo”. Además, consideró que la sociedad “debe preservar” el “núcleo liberal (que) ha sido tan importante para la civilización”.
Ayuda pero no es todo
Una vez finalizado su discurso, los comentarios estuvieron a cargo del economista Rafael Mantero y el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Santiago Soto.
Mantero, quien fue el primero a cargo, apreció la existencia de informes como el ILE porque “un país tan chiquito como Uruguay, que siempre se mira a sí mismo y a sus cosas, poder compararse en un sentido internacional me parece que está bastante bueno”.
Dicho esto, procedió a hacer su análisis del informe, particularmente de la metodología utilizada. Así, señaló que la moneda estable es un indicador de salud de un país, por lo que incluirlo en el índice “se me hace un poco endogámico”. “No estoy seguro de que sea una característica exclusiva de un país con una alta libertad económica”, añadió.
Agregó también que el tamaño del Estado es otro punto a analizar, ya que, según opinó, “hay una relación mucho más cercana entre ineficiencia del Estado y crecimiento económico. (…) Querer aproximar lo que realmente es malo -que es la ineficiencia del Estado- mediante el tamaño se me hace como una aproximación de segundo orden”, indicó.
Por su parte, Soto también valoró positivamente la elaboración del ILE. Sin embargo, lo comparó con otros índices que también pueden servir para medir la satisfacción de la gente y “la expansión de las capacidades humanas”, como lo es el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
En este sentido, observó a los países vecinos de Uruguay en el ILE -Camboya, Indonesia, El Salvador y Macedonia-, y notó que estos países difieren mucho en cuanto a Índice de Desarrollo Humano. “Si uno mira ahí hay países mezclados en términos de IDH, tenemos países de IDH bajos como Camboya, es decir, si uno elige dónde vivir de este pequeño entorno de libertad económica en el que estamos en este índice”, afirmó, se podrían encontrar realidades distintas en ese sentido.
Por último, Soto detalló más en la visión de Uruguay del análisis. Expresó que el ranking “empeora” a Uruguay, pero si no se consideran a los países que cada año se introducen al índice, Uruguay “no varía sustantivamente”, sino que “mejora”, y lo viene haciendo desde 2005 “sin ser por ese salto raro de 2013”.