La Cátedra Sura de Confianza Económica informó que el Índice de Confianza al Consumidor (ICC) cerrará 2018 por cuarto año consecutivo dentro de la zona de moderado pesimismo y registra un mínimo histórico en términos anuales, solo comparable con 2011, que también fue un año de importante pesimismo. Además, este año el índice no superó en ningún mes la “barrera de los 50” puntos, que es la que divide al optimismo del pesimismo.
Silvia Vázquez, economista del Departamento de Economía de la Universidad Católica (UCU), presentó el pasado jueves los resultados del ICC de noviembre, elaborado en conjunto con la Cátedra Sura de Confianza Económica y Equipos Consultores. Además, se presentó un balance del 2018 y algunas expectativas para 2019.
El informe mostró que, en noviembre, el índice aumentó 0,8 puntos (1,9% más respecto a octubre), situándose en 43,6 y permaneciendo en zona de moderado pesimismo. Asimismo, se sitúa 2,7 puntos por debajo del mismo mes de 2017.
La leve recuperación fue liderada, según se enuncia, por la predisposición a la compra de bienes durables (2,7 puntos), seguido del subíndice de situación económica personal (1,9), y contrarrestado en parte por una baja del subíndice de situación económica del país (-2,1).
De acuerdo con el informe, el promedio del ICC en el período enero-noviembre de 2018 resultó 3,9 puntos menor al del mismo lapso del año anterior.
Por otro lado, en cuanto a los otros indicadores de confianza económica, se apreció una suba en cuatro de seis de ellos. La expectativa de ingresos, capacidad de ahorro, preferencia por moneda nacional y expectativas de desempleo aumentaron, respectivamente, 1,9 puntos, 1,8, 2,8 y 0,2. Sin embargo, se dio una baja significativa de 4,7 puntos en las expectativas de inflación, acompañada por una baja de 1,1 puntos en la preferencia por depósitos en el país.
Cierre de año y expectativas
A pesar de aún no contar con los números del mes de diciembre, Vázquez realizó un balance de los valores del ICC durante 2018 a enero-noviembre, con “datos preliminares”. No obstante, indicó que, una vez esté disponible el dato de diciembre, “seguramente va a haber cambios marginales”, pero recalcó que ya “están definidas las tendencias, los comportamientos, y lo que tiene que ver con el año”.
De esta manera, señaló que es el cuarto año consecutivo que este indicador cierra en zona de moderado pesimismo.
Más aún, según la economista, 2018 representó un mínimo histórico en términos anuales equiparado únicamente con 2011, que también fue un año de importante pesimismo. Además, este año marcó la primera vez que el índice no superó, en ningún mes, la “barrera de los 50”, alcanzando al menos la zona de moderado optimismo.
“Estuvo instalado rigurosamente en zona de pesimismo”, explicó la economista, “pero además esta variación negativa es el resultado de la caída generalizada de los tres subíndices que lo componen”. Tanto la situación económica personal, como situación económica país, como la predisposición a la compra de bienes durables mostraron bajas durante el año, siendo el último de ellos la caída más notoria.
Vázquez destacó que la perspectiva para los próximos tres años también mostró una baja, con la situación económica del país sufriendo un mínimo histórico. Según expresó la experta, la caída “no solo refleja coyuntura, sino que refleja aspectos estructurales que están también preocupando al consumidor”.
En líneas generales, Vázquez indicó que el 2018 va a cerrar “con un consumo que dejó de ser el motor del Producto Bruto” (PIB) y que “va a estar creciendo, en términos anuales, pero a un ritmo “más modesto”.
Para 2019, en tanto, utilizó como proyecciones del producto aquellas que provienen de la encuesta de expectativas del Banco Central (BCU), “donde tenemos una proyección de 1.6 y 1.4 para 2018 y 2019” respectivamente.
El consumo el próximo año, sin embargo, está sujeto a una serie de distintos escenarios: depende de lo que suceda en el escenario global, en el regional -en el que se espera una posible estabilización-, con el ciclo electoral y con el tipo de cambio.
Sobre el tipo de cambio, Vázquez profundizó que se espera una mejora en el ámbito regional, una equidad en lo global, una mejora en los objetivos de empleo (con un efecto más a largo plazo), pero una baja con el objetivo de inflación (con efecto a corto plazo).
Para finalizar, comentó que “ojalá las noticias que traigan las plataformas electorales puedan inducir un tipo de confianza en cuanto a cambios que tengan que ver con la productividad, con la educación, que tengan que ver con aquellos factores que sí cambian las proyecciones a largo plazo que no es solo un problema coyuntural”.