Gustavo Quartino, presidente de la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU)
Más de 22 empresas que representan cerca de 50 marcas son las que constituyen la Asociación de Comercio Automotor del Uruguay. Desde el organismo se vaticinan grandes dificultades para el próximo año, debido a las incertidumbres económicas del país. Pero como desafío, se plantea alcanzar la rentabilidad mínima.
¿Cuáles son las expectativas que tiene el sector para 2019, sin perder de vista que es un año electoral y que todos los anuncios apuntan a una desaceleración de la economía?
Lamentablemente las expectativas no son buenas. El Mercado Total Automotor del presente año -automóviles, utilitarios, camiones y ómnibus-, finalizará con una caída de entre 15 y 20% aproximadamente, comparado con el año 2017. Y lo más preocupante es que la tendencia es claramente descendente, ya que desde hace nueve meses los índices de comercialización empeoran sucesivamente. A nivel de la macroeconomía todos los datos disponibles son deficitarios. Dos últimos trimestres sin crecimiento, quinto año consecutivo de caída de la inversión privada, aumento del desempleo, entre otras cosas.
El sector automotor es muy sensible a las incertidumbres. La inestabilidad del dólar, la campaña preelectoral, la temporada veraniega a la baja, un déficit fiscal que no cede o los problemas de la región, hacen que los potenciales compradores dilaten su decisión, o en los casos de mayor necesidad busquen las alternativas de menor inversión inicial. A nivel de nuestros asociados, estamos convencidos que 2019 será más desafiante que 2018; de hecho, hay quienes también piensan que hasta bien avanzado 2020 no se verá una inflexión en la curva de resultados.
En ese contexto que hablábamos antes, ¿cuáles son los desafíos que tiene por delante el sector y cuáles los temas de preocupación?
El principal desafío será nuevamente alcanzar la rentabilidad mínima, que permita a las empresas operar sin tener que cancelar actividades fundamentales, reducir personal y hasta bajar infraestructuras. Los temas de preocupación ya nombrados deben transformarse rápidamente en temas de ocupación para cada uno de los integrantes de ACAU, haciendo jugar la mejor negociación posible con nuestra matrices a efectos de presentar paletas de productos atractivos y competitivos, procurando reducir costos operativos donde se pueda, y buscar mayor eficiencia en las prospecciones activas para identificar a los potenciales clientes que el mercado presente.
¿Qué le pediría al próximo gobierno?
Sea cual sea el signo del próximo gobierno, nuestro planteamiento sigue siendo el mismo: que al momento de estudiar nuevas regulaciones para el sector, nos permitan aportar la experiencia y el conocimiento que tenemos de la operativa automotriz, como actores con muchos años de presencia en el mercado. Una ley, un decreto o una reglamentación incompleta, afectan en la mayoría de los casos a los usuarios y por ende al rendimiento de la comercialización, y en la mayoría de los casos modificar algo ya promulgado es una tarea difícil, lenta e incluso a veces imposible de corregir.
No pretendemos sustituir a los legisladores ni a las autoridades de los diferentes organismos, ellos siempre tendrán la última palabra al momento de establecer qué se pondrá a votación; pero una visión realista, técnica, conocedora de la plaza y asesorada por matrices de todas partes del mundo como es la de ACAU, no debe ser soslayada.
Estamos para sumar, no para impedir. Queremos colaborar y buscar entre todos el mejor desempeño posible del sector automotor, que, en definitiva, es un gran aportante a la economía del país en materia de inversiones, empleo, capacitación, impuestos y desarrollo de infraestructuras, que luego se derrama hacia múltiples actividades conexas tales como la comercialización de piezas de repuesto, talleres mecánicos, compañías aseguradoras, proveedores de opcionales, consumos de combustibles y lubricantes, patentes, y más.