Los monopatines eléctricos son un nuevo fenómeno que logró que los montevideanos, poco a poco, comenzaran a apostar por una nueva opción de movilidad. Todo indica que estos vehículos llegaron para instalarse, pero ahora se espera una regulación que permita su utilización de forma segura.
Cuando los monopatines verdes de la empresa mexicana Grin empezaron a aparecer en las esquinas de Montevideo, también surgieron las interrogantes respecto a esos artefactos sobre los cuales las personas se trasladaban tan velozmente sin bajar ni una vez el pie a la acera. Como estatuas, firmes y con la mirada atenta, los usuarios despertaban las miradas curiosas de los transeúntes que se preguntaban acerca de la nueva novedad.
Se trataba de los monopatines eléctricos arribados a Uruguay de la mano de la empresa Mono, dirigida por Martín Larre, Country Manager de Grin en Uruguay; y Nicolás Mescia, Business Developer & Marketing Director de la misma compañía.
En diálogo con Empresas & Negocios, Larre recordó que el servicio de monopatines les llamó la atención durante un viaje al exterior, y señaló que no dudó en querer duplicar este modelo de negocio en nuestro país. Pocos meses después, la empresa de origen mexicano se contactó con los uruguayos y las negociaciones comenzaron.
Pero, una vez instalados en la ciudad capitalina, comenzó el debate por parte de la opinión pública acerca de qué reglas viales tenían que seguir los conductores de los monopatines. Acerca de una posible regulación, Larre señaló que se está trabajando en ella desde la Intendencia de Montevideo (IM).
Al mismo tiempo, el empresario explicó que considera que esta medida por parte de la IM puede ser beneficiosa para el modelo.
En otras ciudades del mundo, donde los monopatines ya se encuentran instalados, el gobierno ha ido interfiriendo en mayor o menor medida. Las regulaciones suelen darse meses después de que llegan al lugar. Por el momento, las leyes de control que se han dictado han sido a nivel de las ciudades y no normativas nacionales.
En el caso de Montevideo, Larre comentó que por parte de las autoridades municipales ya se ha avanzado mucho en movilidad urbana, lo que le parece “bueno” para una futura regulación.
Detrás de los monopatines, en Uruguay se encuentra un equipo de más de 50 personas. En otros países se están contratando personas a las que se las llama “cargadores”, que son quienes toman el monopatín por la noche y lo cargan en su casa, para el otro día llevarlo a la zona que le toca. Esa modalidad aún en Uruguay no se ha aplicado, por eso es un equipo más reducido.
No son un juguete
Si bien al verlos, pueden parecer un juguete, en realidad, no lo son. Los monopatines están dirigidos a mayores de 18 años. Desde Grin explicaron que es necesario que los adultos entiendan que no es para el uso de pequeños, así como tampoco se puede utilizar de a dos personas.
El servicio que Grin brinda a los usuarios uruguayos, es una nueva forma de trasladarse que permite realizar cortas distancias de manera rápida y ecológica. “En ese aspecto, creo que sumamos una nueva opción de movilidad que los ciudadanos están usando. Estamos en una etapa de educación de ese usuario porque hay que enseñarle por dónde puede ir, y por dónde no”, comentó Larre.
Acerca de cómo los montevideanos han adoptado el servicio, mencionó que se han mejorado las expectativas que se tenían para el primer mes de inserción de los monopatines en la ciudad.