La Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), en sus primeros tres años de gestión, destinó un total de US$ 46.100.000 para el fomento de pequeñas y medianas empresas. De esta suma, US$ 30,8 millones fueron a fondos reembolsables, mientras que los US$ 15,3 millones restantes se derivaron a fondos no reembolsables. Este último monto, a su vez, se dividió en cuatro principales ejes: Emprendimientos, Articulación Productiva, Desarrollo Empresarial e Institucional, y Servicios Financieros.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
ANDE realizó su primera Rendición de Cuentas para el período 2016-2018. De esta manera, su presidente, Martín Dibarboure, afirmó que la agencia destinada a brindar apoyo a las pymes invirtió US$ 46,1 millones en este objetivo.
Una parte de dicha cifra, US$ 15,3 millones, se destinó a fondos no reembolsables, dividiéndose en cuatro principales ejes o pilares: Emprendimientos (US$ 6 millones), que busca incrementar la cantidad y calidad de nuevos emprendimientos, desde la idea inicial hasta su puesta en marcha; Articulación Productiva (US$ 4,4 millones), que promueve asociaciones estratégicas entre actores privados y públicos para una mejor productividad y competitividad en la empresa; Desarrollo Empresarial e Institucional (US$ 4,2 millones), que desarrolla capacidades tanto en empresas como instituciones para el desarrollo productivo; y Servicios Financieros (US$ 700.000), que facilita el acceso a servicios financieros para las pymes.
En diálogo con CRÓNICAS, el presidente de la agencia analizó los tres años de gestión y se refirió al deseo de los uruguayos por emprender.
Echar raíces y a crecer
“La evaluación es buena, en la medida que había que poner en marcha -con todo lo que eso implica- una institución desde el punto de vista organizativo”, comentó Dibarboure.
A esto se le suma, además, “poner en la góndola” los instrumentos para uso de las pymes, lo cual implica “todo un desafío” que ANDE está “muy contenta” de haber enfrentado.
Asimismo, el titular de la agencia indicó que los resultados del período marcan una “muy buena demanda” de los productos ofrecidos, así como también una “muy buena articulación” con el sector privado. En este sentido, señaló que existe un deseo de los uruguayos por emprender, acompañado por un fomento de la institución por cumplir ese deseo, ya que “el gran enemigo de un emprendedor es la incertidumbre; ese es el riesgo”, enfatizó Dibarboure. “Nosotros fomentamos la toma de ese riesgo y tratamos de ayudarlos en el cómo llevarlo adelante”, añadió, y aseguró que hoy es una posibilidad emprender en Uruguay; sin embargo, reconoció que esto “no es garantía de resultados”.
De todas maneras, resaltó que tres años es “muy poco tiempo” para la vida de una institución. Así, subrayó que lo importante para este tiempo era “echar raíces” de una agencia que “tiene mucho para crecer”.
Mirar para adelante
A la hora de pensar desafíos a futuro para la organización que preside, Dibarboure listó varios, todos relacionados al desarrollo de las nuevas tecnologías, como digitalización, comercio electrónico, articulación con el sector privado y el desarrollo de nuevas formas de comercio.
Ante estos retos, el presidente de ANDE indicó que, de no aggiornarse, las pymes se verán rezagadas ante este “mundo nuevo”. Es por eso que, desde la agencia, busca fomentar esos nuevos desafíos “de una economía que ya hoy globalizada nos permita seguir generando empleos diferentes”.