Economistas prevén una economía estancada durante 2019

Margen > para realizar acciones preventivas es poco en un año electoral

Los datos de la actividad económica uruguaya del primer trimestre dan cuenta de una economía con escaso o nulo crecimiento, en un contexto internacional que también se muestra complicado. Analistas consultados por CRÓNICAS, esperan que la economía local registre durante este año “algo parecido al estancamiento”.

Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl e Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

En el último trimestre de 2018 Uruguay entró técnicamente en recesión. Si bien el PIB creció un 1,6% en el conjunto del año, la leve contracción trimestral registrada en octubre-diciembre fue la segunda caída trimestral consecutiva, lo que marca desde el punto de vista técnico el ingreso en recesión. No obstante, más allá de ese aspecto, los datos del conjunto de 2018 -que se conocieron en marzo- daban cuenta de una economía local estancada.

El arranque de 2019 no ha sido demasiado auspicioso. Los datos oficiales del primer trimestre del año en curso se conocerán recién el próximo 18 de junio, pero lo indicios no parecen ser muy optimistas: el sector turístico tuvo un bajo desempeño, las exportaciones de bienes (incluyendo las ventas desde zonas francas) cerraron el primer cuatrimestre del año con una caída de 0,9%, mientras que la industria cayó un 2,3% interanual durante los tres primeros meses del año. Paralelamente, el desempleo alcanzó un nuevo máximo desde julio de 2007 al cerrar en marzo en 9,5%, y si bien la confianza del consumidor repuntó levemente en abril, en el acumulado del primer cuatrimestre se constata una caída de 1,5 puntos en términos interanuales.

Son datos aislados, pero dan cuenta de una situación económica compleja, en un entorno global y regional sumamente inestable.

Con este telón de fondo, CRÓNICAS dialogó con diversos economistas para que analizaran la situación actual y las perspectivas que muestra la economía para el resto del año.

Lo que pasó, pasó

A grandes rasgos, todos los expertos consultados coinciden en que el primer trimestre del año fue poco favorable para la economía uruguaya.

Ignacio Munyo, Director del Centro de Economía del IEEM.UM y Consultor de Negocios de Grant Thornton, opinó que sería “muy sorpresivo” ver un crecimiento en la actividad; Hernán Bonilla, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), espera un dato “algo parecido al estancamiento, con alguna probabilidad de recesión”; y Santiago Rego, de CPA Ferrere, también señaló que los datos “seguramente” muestren una economía estancada.

Rego, incluso, se animó a ponerle un número concreto a la situación: según su equipo de análisis económico, el crecimiento del primer trimestre de 2019 será cercano al 0%. Sin embargo, “esto podría tener un impulso por el lado del sector agropecuario”, apuntó, “en especial el agro y la ganadería que en ambos casos enfrentan buenas condiciones climáticas en relación al año 2018”.

Matilde Morales, de PwC dijo que el primer trimestre del año pasado fue de sequías, por lo que la base de comparación con este año “es baja”. Además, reconoció que este año Uruguay tampoco tiene el efecto de la reapertura de Ancap, que fue uno de los factores impulsores de la actividad el año anterior.

Por otra parte, Pablo Moya, de Oikos, tuvo una mirada más amplia respecto al tema. Él explicó que “está claro” que la economía está estancada, pero “no hay que olvidar que la medición de PIB es una mirada agregada de varios sectores de la economía”. Así, puede estar compensado por “muy buenos desempeños” de algunos sectores -como han sido transporte y comunicaciones en períodos anteriores- y con áreas “en franco retroceso” -como la industria-.

Lo que nos espera

A su vez, los expertos proyectaron acerca del crecimiento esperado para el cierre del año. En todos los casos, el resultado es el mismo: crecimiento moderado/estancamiento.

Para Munyo, será un crecimiento de entre 0,5% y 0,6%.

Bonilla, espera una expansión “algo por debajo” del 1%, lo cual “confirmaría básicamente todo el actual período de gobierno de un crecimiento muy magro en una situación que, aunque los datos anuales van a ser positivos, se puede hablar de una situación de estancamiento”.

Rego también pronosticó un 0,6% de crecimiento, que sería “reflejo” de la situación regional, la depreciación del peso y una economía uruguaya que está estancada desde el segundo trimestre de 2018.

Por su parte, Moya no arrojó ninguna cifra  específica. Más bien, indicó que “no están dados” el entorno -por la guerra comercial y estancamiento en las economías de países vecinos- ni los fundamentos económicos “como para que haya una reversión rápida de la situación macro”.

Cómo aprontarnos

Posibles soluciones a los problemas que azotan al país pueden ir por el lado de una mejora en las situaciones internacional y regional, de acuerdo con Moya. Esto permitiría que la economía local “vaya mejorando de forma gradual”.

En tanto, más a mediano y largo plazo, la concreción de la segunda planta de UPM “generaría un impulso al crecimiento del sector y de la economía en general”, dijo el economista.

Rego mostró coincidencias con Moya, ya que para él “es probable” que el proyecto del Ferrocarril Central amortigüe parcialmente la desaceleración. Sin embargo, el experto de Ferrere advirtió que el margen para aplicar medidas que permitan mejorar los números de la economía es “prácticamente inexistente”.

“Por el lado monetario, no deberíamos esperar una expansión dado que la inflación se mantiene elevada. (…) Por el lado fiscal, no hay margen presupuestal para hacer políticas anticíclicas porque el déficit es elevado”, añadió Rego.

No obstante, Munyo consideró que sí hay margen de acción; “el tema es que es muy poco esperable que se confirmen las medidas -y la magnitud de estas medidas que hay que llevar a cabo para que tengan resultado- en un año electoral”. Según el experto, si Uruguay no hace reformas internas para volverse competitivo y atractivo de nuevo para invertir, es muy difícil que pueda volver a crecer.

“El asunto está en cómo lograr dinamizar la economía sin poner en juego el recurso fiscal”, acotó Bonilla. La clave, según el ejecutivo, está en revertir el deterioro de competitividad que tiene el país. Con este objetivo en mente, se pueden aplicar medidas tanto de corto como de mediano plazo: el tema tributario, que en el corto plazo no se puede tocar “porque no hay margen para bajar impuestos hoy”; el tema atraso cambiario, “que en eso sí se podría aplicar una política en que se dejara que el dólar fuera más hacia los movimientos a los que está llevando el mercado”; y sería “una muy buena señal del gobierno” derogar el decreto que permite las ocupaciones en lugares de puestos de trabajo.


¿Los de afuera son de palo?

La coyuntura económica por la que atraviesa el país vuelve a plantear una interrogante que se repite a lo largo de la historia: ¿Uruguay depende exclusivamente de los vientos externos, o puede defenderse por la suya?

“En gran medida sí”, opinó Moya, ya que Uruguay es vulnerable al ser una economía pequeña y abierta.

Es “inevitable”, consideró Bonilla, y agregó que Uruguay puede hacer cosas para que le vaya mejor, como “estar mejor parados del frente fiscal” o tener más diversificado el comercio exterior. “Hay cosas que se hacen -o no se hacen- acá que también determinan nuestra suerte”, enfatizó.

En tanto Munyo resaltó que “los entornos de afuera siempre importan”.

Pero más allá de la cuestión de fondo, Munyo valoró que actualmente no se vislumbra “un cambio radical en lo que está pasando afuera más allá de la región”. Detalló que por un lado la política de aumento de tasas de la Fed se frenó y no se esperan variaciones en los próximos meses, “lo que es una buena noticia para nosotros”, y tampoco se esperan “cambios muy relevantes a nivel de commodities y de precios”. “Pueden haber sorpresas con hechos puntuales (…), pero más allá de esos aspectos imposibles de pronosticar, hoy aquellos que se encargan de hacer pronósticos de precios de alimentos y de commodities no muestran grandes cambios”.

“Hoy la pelota la tiene el país que tiene que hacer los deberes que no hizo en los últimos años para volverse de nuevo competitivo y por ende atractivo para esa inversión”, concluyó.