Lejos de tomar el ejemplo de Finlandia como un país con una educación modelo, o de percibir a EDUY21 o al Plan Ceibal como opciones para formar a las nuevas generaciones, desde Unidad Popular (UP) consideran que es posible apostar a otras alternativas. De esa manera, proponen que los niños puedan crecer con el aprendizaje de los trabajos manuales.
La semana pasada, CRÓNICAS informó que los entonces precandidatos presidenciales estaban dispuestos a buscar acuerdos con el objetivo de reformar la educación. En ese marco, los postulantes consultados opinaron al respecto de la propuesta elaborada por EDUY21. Pero uno de los partidos, la UP, se define de forma enfáticamente contraria a sus planteos, tal como dijo su candidato único, Gonzalo Abella.
En diálogo con este semanario, el dirigente explicó por qué no comulgan con las ideas de esa organización –que no tiene color político-, y contó cuál es la educación que promueve su partido.
La UP es “la antítesis de EDUY21, porque con el pretexto de que la sociedad civil tiene que incidir en la educación, la pone al servicio de las trasnacionales”, dado que prepara a los estudiantes para los trabajos que ellas ofrecen, afirmó.
En la misma línea, aseguró que EDUY21 “niega lo más importante de nuestra tradición educativa, que es la construcción, desde los docentes, de una propuesta popular”, además de que allí nunca se verá una iniciativa vinculada a ruralizar la educación, a una huerta orgánica o a la construcción de una propuesta de manejo manual.
De hecho, indicó que “todo eso está relacionado con lo mismo que está implementando el Plan Ceibal”. Abella no está en contra de la ceibalita que es entregada a cada escolar o liceal. Sin embargo, opina que el proyecto del Plan Ceibal “ideado en Estados Unidos, que tiene 12 gerentes que ganan 260.000 pesos mensuales, tiene que ver con el espionaje, el control y la manipulación de las nuevas generaciones”. Así, ejemplificó que ni los padres ni los docentes de los alumnos conocen realmente qué es lo que a estos les interesa buscar en internet, mientras que quien controla el satélite sí lo sabe, y por ende tiene el poder de manipularlos.
Asimismo, sostuvo que hay estudiantes que a través del Plan Ceibal construyen robots, lo que implica aplicar fórmulas y combinarlas, pero que de todas maneras “no saben” lo que es un circuito integrado o cuál es el principio básico de la numeración binaria. “Todos estos proyectos son educación pensada para los ricos y entrenamiento de esclavos para los pobres, con el adorno de la tecnología”, apuntó.
Dijo, a su vez, que desde esas organizaciones se intenta convencer a la población de que la tecnología cambiará las formas de trabajo y que los oficios del futuro serán distintos, pero “estamos en un mundo donde las plantaciones en las que la gente se llena de agrotóxicos son la base de toda la riqueza del planeta, y eso va a seguir siendo así”.
Por otra parte, Abella mencionó a Finlandia, país que es considerado como un modelo a seguir en materia de educación en algunos sectores políticos, aunque aseguró que en realidad tiene “uno de los movimientos educativos más egoístas, competitivos e individualistas” que él ha conocido. Si bien rescata que allí “hay cierta excelencia y tienen una estructura fenomenal”, criticó que sus educadores forman “monstruos y suicidas”.
Un impulso manual
Consultado acerca de cuál es la educación que se promueve desde la UP, el candidato puso como referencia a Alemania y señaló que allí, por ejemplo, el niño tiene que ser carpintero o sembrador, porque eso le fortalece el intelecto y le prepara la capacidad mental para las formaciones más abstractas. “En última instancia la educación debe ser, desde el niño al adulto, una recapitulación de la historia de la humanidad, y esta implica que sobre la base de la mano es que se desarrolla el cerebro”, concluyó.