China le “mostró los dientes” a EEUU y la guerra comercial entró en una nueva fase

Ignacio Bartesaghi > “La guerra comercial termina afectando a todos”

La disputa comercial entre China y Estados Unidos (EEUU) entró en una nueva fase, definida como de “guerra de divisas” y que suma tensión al relacionamiento entre ambas potencias. Para expertos consultados por CRÓNICAS es la primera vez que China “muestra el potencial de agredir que tiene”, aunque “también se generan peligros”. En el plano local, si bien hay “un efecto positivo en materia financiera” desde el punto de vista comercial es negativo porque impacta en el crecimiento económico de las dos potencias y -en consecuencia- de todo el mundo.

Si la guerra comercial que está enfrentando a las dos mayores potencias del planeta se viera como una serie, podría decirse que la temporada actual trae varios episodios de creciente intensidad y con sorpresas dignas de las primeras temporadas de Game of Thrones.

Esta semana fue China la que “mostró los dientes” al permitir una devaluación del yuan, lo que para muchos implica el salto de una guerra comercial a una guerra de divisas, en la que el gigante asiático estaría devaluando su moneda para mantener su competitividad internacional.

El Banco Popular de China devaluó el yuan un 1,4% frente al dólar estadounidense el pasado lunes, superando la barrera psicológica de las 7 unidades por dólar y colocando la cotización en un nivel no visto desde el año 2008. La medida de depreciación es vista como una respuesta al anuncio del presidente estadounidense Donald Trump, que la semana pasada advirtió que impondría otro 10% en aranceles a productos procedentes del gigante asiático por un valor de US$ 300.000 millones.

Un yuan más débil implica un abaratamiento de los bienes y servicios que exporta el país asiático, mejorando la competitividad de sus productos manufacturados. De esta forma, si EEUU los encarece con impuestos, con esta medida China los abarata.

Por supuesto que el polémico Trump dio a conocer su descontento a través de su cuenta de Twitter, donde acusó a las autoridades chinas de llevar a cabo “una gran violación» y una «manipulación monetaria».

«China devaluó su moneda a un mínimo histórico. Eso se llama ‘manipulación monetaria’. ¿Estás escuchando Reserva Federal? ¡Esta es una violación importante que con el tiempo debilitará a China!», tuiteó.

El mandatario ha realizado duras críticas al manejo de la política monetaria de la Fed. Ayer jueves expresó nuevamente su descontento afirmando que “el alto nivel de tasas de interés de la Fed, en comparación con otros países, está manteniendo alto al dólar, lo que hace más difícil las cosas a nuestros grandiosos manufactureros, como Caterpillar, Boeing, John Deere, o a nuestras automotrices & otras empresas, para competir en un campo equilibrado”.

Capítulo estreno

En este mundo incierto en el que la realidad parece superar a la ficción en muchos aspectos, es difícil vaticinar qué es lo que puede suceder en el corto plazo y más aún en el largo plazo. Sin embargo, CRÓNICAS dialogó con varios expertos para tratar de analizar los últimos acontecimientos y conjeturar posibles finales de un conflicto que tiene un nudo que amenaza con traer varias temporadas más.

En diálogo con CRÓNICAS, el doctor en Relaciones Internacionales, Ignacio Bartesaghi evaluó que las medidas de las últimas semanas están “abriendo un nuevo capítulo de la guerra comercial, que ahora le llamaron ‘guerra de divisas’”. A su entender, es un capítulo nuevo porque “por primera vez China muestra el potencial de agredir que tiene, liberalizando -en este caso- el tipo de cambio”.

“China puede dejar (al yuan) flotar un poco más, quiere decir que puede devaluar la moneda, y si lo hace, generaría un impacto enorme en la competitividad de las exportaciones chinas que aumenta. Entonces, le pasa por arriba al arancel que le pone EEUU”, explicó el académico.

Esta situación genera que los fondos de inversiones internacionales se vuelquen hacia activos más seguros, lo que provoca la depreciación de las monedas emergentes, entre ellas el peso uruguayo.

“La lectura que hace la economía es que se profundizó la guerra comercial. Pero el martes, (…) China vuelve un poquito para atrás y da señales claras de que no va a devaluar su moneda de forma persistente”, agregó.

Para Bartesaghi, lo que hace China es “mostrar los dientes” advirtiéndole a EEUU que tiene sus instrumentos para defenderse de un aumento de aranceles. No obstante, matizó que China tampoco puede utilizar la devaluación como una estrategia persistente porque genera efectos negativos en su economía y la pérdida de valor del yuan es contraproducente a la intención de China de convertirlo en una moneda internacional.

“La propia economía china y el momento en que se encuentra China en cuanto a su estrategia de desarrollo le impide (entrar en una guerra de divisas), y la estrategia de internacionalización del yuan, le impide a China tener ese margen de poder utilizar estas herramientas de forma persistente”, fundamentó.

A prueba de spoiler

Para Alfonso Capurro de la consultora CPA Ferrere no hay un horizonte claro. Explicó que las tensiones comerciales “tienen un componente político muy fuerte y un componente estratégico” lo que hace “muy difícil vislumbrar hacia dónde va”.

Explicó que lo claro es que hubo una escalada en la guerra comercial que a corto plazo impacta en los mercados financieros generando “un comportamiento de refugio en activos de calidad” lo que provoca la apreciación del dólar y el descenso de las tasas de interés. “Es un típico en momentos de incertidumbre”, explicó.

Lo más “novedoso y peligroso” fue la respuesta de “medidas espejo” que ha instrumentado China, las cuales evaluó como “razonables” dado el contexto general, pero que “también generan peligros para el resto de los emergentes” porque trae consigo “toda una serie de movimientos en cadena”. Detalló que la medida china llevó a varios países como India, Nueva Zelanda y Tailandia, a recortar tasas de interés. “Cuando surgen estos episodios lo importante es seguir monitoreando la situación y no quedar afuera. (…) Si Uruguay no acompaña esas tendencias puede entrar de nuevo en un escenario de pérdida de competitividad como el que tuvimos los últimos años”, advirtió.

Drama y tragedia

Ignacio Munyo, Profesor de Economía y Director del Centro de Economía Grant Thornton del IEEM, escuela de negocios de la Universidad de Montevideo, sostuvo que el punto de quiebre en las tensiones entre China y EEUU fue a mediados de 2018, cuando se comenzó a profundizar el incremento de las tarifas bilaterales. Eso generó un cambio de contexto: de esperar que la Fed aumentara su tasa de interés este año, pasamos a un contexto donde ya tuvimos una baja y “probablemente tengamos otra” antes de fin de año.

Si bien evaluó que para los titulares queda “muy lindo” hablar de Guerra de divisas, evaluó que se trata de algo “irrelevante”, ya que lo importante más allá del nombre es la incertidumbre que esta serie de medidas genera. “Estos focos de incertidumbre global (hacen que) los grandes fondos vayan hacia (…) los activos seguros y hacen que suba el precio finalmente del dólar”. “Hay que ver cómo sigue, hay que mirarlo con cuidado, pero yo no creo que tenga consecuencias fundamentales”, desestimó Munyo.

El académico subrayó que más allá del posible impacto positivo que pueda tener la suba de los aranceles por parte de EEUU en el corto plazo, o “algun rédito electoral” para el Gobierno de Trump, a largo plazo tiene efectos negativos para ambas potencias. “Esto que está pasando entre EEUU y China es negativo para los dos. Una guerra comercial o de divisas entre los dos países, lo que se sabe que genera es menor crecimiento potencial al futuro de los dos”, subrayó.

Respecto al impacto en Uruguay, subrayó que esta coyuntura es “comercialmente negativa para nuestro país, porque nuestros compradores tienen menos plata”, lo cual compensa “el efecto positivo en materia financiera” que tiene el descenso de la tasa de interés.


Impactos sobre Uruguay

Al analizar los posibles efectos sobre Uruguay de este conflicto comercial a escala global, los expertos consultados por CRÓNICAS, coincidieron en el impacto positivo en el cambio de las condiciones financieras, pero también en que el impacto negativo de la guerra comercial es mayor.

Para Munyo, el contexto financiero internacional “es mucho mejor” de lo que se esperaba un año atrás, cuando se proyectaba un encarecimiento del crédito, que hacía más dificil financiar la deuda pública y atraer inversión extranjera. “La nueva caída de las tasas, abre oportunidades muy importantes para el país y nos da tiempo -a nivel de gobierno- para que se implemente un programa de ajuste fiscal de reducción de gastos, acompañado de medidas pro-crecimiento, reformas que el país necesita para que el nivel de deuda pública no se vuelva exponencial y para que se vuelva a recomponer (…) el crecimiento productivo que no lo tenemos desde hace más de cuatro años”, señaló.

Capurro también evaluó que es importante aprovechar las condiciones financieras favorables, pero subrayando que ello requiere de mejorar la “consistencia macroeconómica”. “Esto es tener una política fiscal que sea más prudente y más anticíclica que te permita jugar con la política monetaria para compensar lo que pasa en el resto del mundo”, sostuvo el experto.

Por su parte, Bartesaghi señaló que lo positivo para la competitividad de Uruguay es que el peso se deprecia respecto al dólar, porque hay un corrimiento de los inversores hacia las “monedas seguras”. De todas formas, dijo que se deberá “seguir los efectos” de los próximos días.

Pero más allá de ese posible impacto positivo, Bartesaghi subrayó que el impacto de la guerra comercial es claramente negativo. “Lo que está generando la guerra comercial primero es que China crezca menos. Y el hecho de que China crezca menos afecta a Uruguay porque tiene a China como su principal destino de exportación”, sostuvo.

Si bien reconoció que en el corto plazo algunos bienes se pueden ver favorecidos por los aranceles que se aplican mutuamente EEUU y China, en el largo plazo el impacto será claramente negativo.“La guerra comercial termina afectando a todos”, subrayó.

Bartesaghi evaluó que hay pocas cosas que Uruguay puede hacer ante este escenario. “Lo que Uruguay puede hacer es seguir apostando al respeto de las normas multilaterales”, pero “no puede hacer nada respecto a que la primera y segunda economías mundiales estén en guerra comercial”.


“Instituciones y organismos internacionales están debilitados y en procesos de reforma”

Consultado por CRÓNICAS respecto a esta nueva configuración internacional, a la que algunos analistas ven como el resurgir de una nueva guerra fría, Bartesaghi analizó que los “fenómenos de tensión están contenidos, no tanto por el sistema internacional que está en crisis (…) sino más por una lógica de equilibrios de poder”.

Reconoció que estamos en una “etapa de debilitamiento de los organismos internacionales” frente a “actores muy fuertes en cuanto a liderazgos” y con visiones nacionalistas, como Trump en EEUU, Vladimir Putin en Rusia, e incluso Jair Bolsonaro en Brasil. “Obviamente uno apela a que el sistema internacional ponga límites a las acciones de los Estados. Y ese es el factor más complicado, estamos en un momento en que las instituciones y los organismos internacionales están debilitados y en procesos de reforma”.

Para el experto, estamos en un período de “transición hacia una nueva etapa (…) que no sabemos muy bien en qué va a terminar, pero es una etapa en la cual sin lugar a dudas los organismos internacionales que velaron por el sistema internacional de los últimos años van a verse reformados”. “La ONU va a tener que verse reformada, los organismos multilaterales de crédito también, la propia OMC Organización Mundial del Comercio) va a tener que verse reformada; (…) la propia Europa se está reformando, porque  la UE también está viendo procesos de cambio muy fuertes”, comentó.

Bartesaghi evaluó que el debilitamiento de estas instituciones abonan el terreno para que aparezcan estos liderazgos fuertes.

Pero más allá de eso, estimó que aunque la institucionalidad no los limita, los “equilibrios de fuerza” sí lo están haciendo. “Hay una especie de atomización del poder: EEUU solo ya no puede hacer lo que quiere, China tampoco, Rusia tampoco, la propia Europa tampoco. Entonces, hay un equilibrio de fuerzas que en definitiva están manteniendo una estabilidad internacional”, comentó, aunque agregó que “es una estabilidad internacional que podría durar poco”.

Para Bartesaghi podrían emerger conflictos que tengan cierto impacto global, aunque cree que no están “dadas las condiciones de pensar en un enfrentamiento entre China y EEUU más allá de lo razonable. No creo que tampoco exista ese problema entre Rusia y EEUU, y no creo que tampoco con India -por nombrar otro país relevante en la región- o que el conflicto entre Irán y EEUU pase a mayores”.

“Todos esos fenómenos de tensión están contenidos, no tanto por el sistema internacional que está en crisis (…) sino más por una lógica de equilibrios de poder”, concluyó.