Pese a la recuperación “parcial” de la percepción sobre la situación económica personal, la caída de las expectativas sobre la economía del país y de la predisposición a la compra de bienes durables determinó una caída de la confianza del consumidor uruguayo durante el mes de setiembre. Aunque se verificó alguna señal de optimismo respecto a la posible evolución del consumo privado, se espera que el mismo “mantenga esa tónica contractiva en la medida que el dólar se continúe fortaleciendo”.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registró una contracción de 0,4 puntos durante el mes de setiembre, ubicándose en un nivel 47,9 puntos, lo que lo mantiene en la zona de moderado pesimismo, según el informe de la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos Consultores. De acuerdo al informe, el deterioro del mes pasado fue consecuencia de la caída de la Predisposición a la Compra de Bienes Durables (que se contrajo 1,7 puntos) y de la percepción sobre la Situación Económica del País (que cayó 1,3 puntos), que no alcanzaron a ser compensados por la mejora de la percepción sobre la Situación Económica Personal (que creció 1,9 puntos). Pero la recuperación registrada en la visión sobre la situación económica propia también es “parcial” -según detalla el informe-, ya que “no logra revertir su contracción del mes previo” cuando había retrocedido 3,8 puntos.
Por su parte, a nivel de la percepción sobre Situación Económica del País se observa una moderación del optimismo que se venía registrando para el más largo plazo, ya que las expectativas a 3 años se contraen (-2,8), por primera vez desde marzo. De esta manera, se podría concluir que el ligero retroceso en materia de confianza en el mes se explica porque el rebote de las expectativas a un año no compensa la contracción de las expectativas a tres años y de la Predisposición al gasto.
Al analizar el acumulado del tercer trimestre del año, se observa que medido en términos interanuales los tres subíndices muestran niveles superiores, siendo la mayor recuperación la de la percepción sobre la Situación Económica del País, que pasó de la zona pesimista a la optimista. Del otro lado, la menor recuperación la tuvo la percepción sobre la Situación Económica Personal actual respecto de un año atrás. Sin embargo, se advierte que el trimestre julio-setiembre de 2018 (punto de comparación del análisis trimestral) fue el de mayor pesimismo en los doce años en que se releva el ICC.
Por su parte, la Predisposición a la Compra de Bienes Durables del tercer trimestre también mostró una recuperación respecto al segundo trimestre del año. “Esto podría indicar que el consumo privado en julio-setiembre -dato que se conocerá en diciembre- podría haber relajado el signo contractivo de los últimos tres trimestres”, señala el informe. De todas formas, se advierte que pese a la recuperación, el promedio del año continúa siendo inferior al de 2018, y que al interior de este último trimestre, luego de la recuperación de julio, en los últimos dos meses la predisposición a comprar bienes durables viene cayendo. En ese sentido, “sería esperable (que) mantenga esa tónica contractiva en la medida que el dólar se continúe fortaleciendo frente al peso”.
Otros indicadores
Al analizar la evolución de los “otros indicadores” de confianza económica que releva el informe, se observa que en setiembre hubo un “comportamiento más homogéneo”, puesto que tres de los seis indicadores presentan cambios positivos, mientras la otra mitad se mantuvo estable. El mayor optimismo en el mes se refleja en dos indicadores que capturan expectativas a futuro (doce meses).
La mayor variación en setiembre la tuvo el Índice de Expectativas de Inflación para los próximos doce meses que se contrae 10,3 puntos, y alcanza el menor nivel de los exactamente últimos ocho años. Con un registro de 45,9, en setiembre el índice regresa a “zona de optimismo”, esto es, en que el número de respuestas de consumidores que creen que la inflación se desacelerará supera al de quienes creen que el aumento de precios será más dinámico. “Considerando que la inflación desde marzo de 2018 volvió a instalarse por encima del techo del rango objetivo, que en los últimos tres meses se estaría acelerando y que la depreciación de la moneda frente al dólar reduce los márgenes para su convergencia a dicho rango, cabría asociar el mayor optimismo en materia de evolución de precios con el mayor optimismo acerca de la Situación Económica del País para los próximos 12 meses”, explica el informe. En esa línea, se entiende que “el optimismo en materia de inflación podría estar replicando un ciclo electoral, puesto que, al margen de las particularidades de cada período, en setiembre de 2019 presenta desempeño similar al de 2009 y 2014”.
En sintonía con lo anterior, las Expectativas de ingresos de la familia para los próximos doce meses revierten totalmente la contracción de agosto al crecer 3,5 puntos, alcanzando así su máximo desde enero de 2018.
El tercer índice que mejoró fue el de la Preferencia por Moneda Nacional vs Extranjera (+1,7 puntos), aunque no logra repuntar la caída en agosto (-10,2), mes en que mostró el mínimo desde que se releva. Este indicador, que no releva expectativas a futuro sino preferencias actuales, es el único de entre los “Otros” que presenta mayor pesimismo en comparación con igual período de 2018.