Luego de una semana de reuniones con sus “socios”, el candidato opositor Luis Lacalle Pou se perfila con ventaja para dirigir un eventual gobierno de coalición. El oficialista Daniel Martínez, por el contrario, deberá apelar a atraer a aquellos exvotantes frenteamplistas que el pasado domingo se volcaron por otra opción, dado que no tiene margen para acordar con ningún partido.
Hace varios meses, incluso desde antes de ganar la interna blanca, Lacalle Pou ya había comenzado a instalar la idea de que el Partido Nacional (PN) sería el encargado de liderar una coalición de gobierno en el próximo período. De hecho, en una entrevista publicada por CRÓNICAS el 12 de abril, el candidato sostuvo que el día después del balotaje, se imaginaba entrando a la Torre Ejecutiva para empezar la transición, pero con el respaldo de los demás partidos opositores.
Otra de las ideas que puso sobre la mesa fue que iba a haber mayorías parlamentarias, “conformadas por varios partidos”. En ese entonces, pese a que estaba en competencia con sus propios compañeros y con el resto de las fuerzas políticas, insistía en la necesidad de buscar las coincidencias hacia afuera del PN. Así lo hizo, primero, en sus respectivos programas.
Hoy, tras una elección en la que salió fortalecido como el líder de la oposición, esa tarea empieza a dar sus frutos. Además de que en la misma noche del domingo 27 los excandidatos Ernesto Talvi, por el Partido Colorado (PC), Guido Manini Ríos, por Cabildo Abierto (CA), y Edgardo Novick, por el Partido de la Gente (PG), le manifestaron públicamente su apoyo, durante esta semana comenzaron a negociarse los acuerdos temáticos que se concretarán si triunfa en la segunda vuelta.
Por su parte, Pablo Mieres, del Partido Independiente (PI), mantuvo una reunión con Lacalle Pou en la que le propuso algunos asuntos a considerar en el eventual consenso, aunque su partido tomará la decisión final el domingo que viene. Igualmente, Mieres espera que haya “un cambio político en el próximo período”, y ya rechazó de plano un acercamiento con Daniel Martínez, candidato por el Frente Amplio (FA). Los temas planteados tienen que ver con las normas de transparencia y corrupción, la agenda de derechos, las políticas ambientales, la integración social y la mejora de la competitividad.
El nacionalista sabe que tiene el compromiso de ser el candidato de varios partidos y que la fórmula que comparte con Beatriz Argimón es “multicolor”, según afirmó el pasado miércoles en la casa del PC. Allí recibió formalmente el respaldo de la colectividad colorada, a la que calificó de “histórica” y de gran trascendencia. “Les venimos a pedir, además del apoyo electoral, que destinen sus mejores hombres y mujeres para un gobierno de acuerdo”, explicó a la prensa.
Los colorados no hablan de poner condiciones para integrar la mesa interpartidaria de diálogo, pero sí hay medidas que consideran fundamental que se tengan en cuenta para implementar en el quinquenio 2020-2025, indicó a CRÓNICAS el senador electo por Ciudadanos y actual diputado, Adrián Peña. Entre ellas se encuentra el buque insignia de la campaña de Talvi, es decir, los 136 liceos modelo que proyecta para las zonas de contexto crítico, y la reforma educativa, que fue “un compromiso asumido”.
En el PC son optimistas sobre un posible pacto electoral para una posterior integración del gobierno, aunque hasta el momento tampoco mencionan oficialmente el reparto de cargos. El objetivo principal, en ese sentido, es “construir colectivamente un proyecto de país alternativo al que nos gobierna”, subrayó Talvi.
Ayer jueves, Lacalle conversó con el excandidato por el PG, Edgardo Novick, quien se refirió a que existen dos temas primordiales a tratar, que son la seguridad y el empleo. El empresario aseguró que no está interesado en ocupar ningún puesto, sino que su propósito es “ayudar a que haya un cambio en este país”.
Más tarde, el nacionalista mantuvo un encuentro con Manini Ríos para avanzar en los puntos en común con CA, que ya le prometió el respaldo electoral. Consultado por CRÓNICAS, Marcos Methol, uno de los fundadores del partido, expresó que la condición para participar de un posible consenso con los blancos es que se aborden tres asuntos esenciales: la lucha contra la corrupción, la mejora de la seguridad y los lineamientos para un “país productivo”.
Todas las voces
Los blancos deben culminar el documento que contemple los planteos de todos los partidos que serían eventualmente miembros de una administración de alternancia, para lo cual no han tenido dificultades en el proceso de intercambio. La redacción de los lineamientos básicos para negociar con los cuatro excandidatos a presidente le fue encomendada al asesor en educación del sector Todos, Pablo da Silveira. En los días venideros, esperan poder salir a presentarles la propuesta final a los ciudadanos de todo el país, confirmaron a CRÓNICAS fuentes partidarias.
La fórmula nacionalista corre con ventaja de cara al balotaje. Por un lado cuenta con el apoyo necesario para ganar en noviembre y, al mismo tiempo, en caso de que le toque gobernar, tendrá las mayorías parlamentarias suficientes para aprobar leyes. Sin embargo, si bien reina el optimismo en filas blancas, Lacalle se considera “lejos de decir que está todo el pescado vendido” ya que “esta es una elección distinta y la vamos a competir en la cancha”, enunció a los periodistas luego de culminado el diálogo con Manini.
El único expresidenciable que integrará el Parlamento y que ya decidió que votará anulado es César Vega, quien asumirá una banca en representación del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI). No obstante, el diputado electo entiende que es mejor un cambio de mando antes que la continuidad del FA, según informaron a CRÓNICAS miembros de su partido.
Lejos de la victoria
Mientras que los resultados de la votación nacional le dieron a Lacalle Pou el impulso para comenzar a imaginarse la transición, para el FA significó un golpe importante. Además de que la fuerza oficialista esperaba obtener tres o cuatro puntos por encima de lo que consiguió, quedó en gran desventaja si se considera que solamente la unión de blancos y colorados la empatan en cantidad de electores. Sumado a ello, CA le aseguraría al PN la victoria y la gobernabilidad en el futuro.
Aunque el FA sigue siendo el partido político con mayor caudal electoral luego de 15 años de mandato, quedó lejos de la mayoría legislativa y de poder llegar cómodamente al triunfo en noviembre, luego de perder un 9% de sufragios con respecto al 2014. Asimismo, Martínez, que debe remontar una elección adversa, no tiene la capacidad de negociar con otros partidos hacia la segunda vuelta, puesto que ya se definieron todos en forma contraria.
En ese aspecto, el candidato de izquierda se enfrenta al desafío de atraer a frenteamplistas desencantados y votantes que optaron por otra alternativa en octubre. Es por ello que parte de la estrategia a partir de la semana que viene será fortalecer el vínculo con la gente, señalaron a CRÓNICAS desde su comando de campaña.
En los últimos días hubo un viraje en el equipo que asesora al presidenciable oficialista y se decidió poner al intendente de Canelones, Yamandú Orsi, a coordinar la campaña. El jefe comunal dijo en conferencia de prensa que el uruguayo es mucho más independiente de lo que se cree, y que así quedó demostrado en la votación por la reforma constitucional “Vivir sin miedo” que, pese a que ningún candidato la apoyó formalmente, logró un 46% de adhesiones. A esa “independencia”, justamente, van a apelar en el mes que resta para el balotaje.
De igual modo, Martínez es optimista y sostiene que aunque el 39% que alcanzó el FA fue inferior a lo esperado, “es una buena base”, por lo cual considera que tiene chances de ganar en la segunda vuelta, aseveró entrevistado por Subrayado. En la misma línea, expresó que “el pueblo uruguayo es muy inteligente y va a terminar votando certezas y no proyectos que nadie conoce”, en referencia a la iniciativa programática de la alianza opositora.