Por Anahí Acevedo | @AnahiAcepov
Siempre fue una entusiasta. De pequeña deseaba ser desde azafata hasta comerciante, pero con el tiempo definió su vocación hacia el marketing y el trabajo con las personas. La gerente de Marketing de Nestlé nació en Montevideo y es Licenciada en Estudios Internacionales. Tuvo su primer trabajo en un estudio de arquitectos, a los 19 años. Desde entonces, recordó a Empresas & Negocios, nunca dejó su ritmo laboral, salvo cuando tuvo a sus mellizos. Luego, volvió al ruedo, pasó por un medio de comunicación y, más tarde, por Conaprole.
En Nestlé ingresó hace cinco años y medio como Marketing Manager para cafés. “Toqué el cielo con las manos porque es una empresa espectacular en la cual estoy muy orgullosa de trabajar”, confesó. A pesar del trayecto que la separa entre las oficinas y su hogar –vive en San José-, realiza este camino diariamente con alegría, señaló.
Consultada sobre qué es lo que más le agrada de la compañía, detalló: “Me gusta la gente, los productos que son los mejores del mercado, como fomenta el trabajo en los jóvenes, la responsabilidad con que encaramos todo, y el cuidado que ponemos en cada cosa que hacemos”.
El desafío de su área es diario. En productos de consumo masivo, y en un mundo que constantemente cambia, es necesario mantenerse actualizados, para ofrecerles a los consumidores productos de calidad e innovadores.
En sus dos décadas en el mercado laboral, Stirling continúa aprendiendo, tanto del diario vivir como del equipo laboral, así como también de los éxitos y, por supuesto, de los malos momentos. “Hay que saber leer qué fue lo que hicimos bien para volver a repetirlo, que no muchas veces lo hacemos”, señaló.
En sus horas libres disfruta de estar con su familia –además de los mellizos Francisca y Pedro de ocho años, también es madre de Justina, de 12 años-. Su marido, Sebastián, es Ingeniero Agrónomo y trabaja en un tambo, motivo por el cual vivir en la ciudad maragata es fundamental para que todos los integrantes de la familia estén juntos todos los días.
De la vida aprendió que debe ser vivida con alegría, que hay pocas cosas graves y que todo se lleva mejor con humor. En su oficina no puede faltar un café y una calculadora y, como se considera una amante de la música, sus compañeros de trabajo le otorgaron el “Premio a la DJ”.
Reconoce que su pasión ha cambiado a lo largo de la vida, y que en este momento es el café. “Cuando empezás a incursionar en este mundo descubrís que es muy variado y no podes creer todo lo que puede incidir en una taza de café”, observó. Desde el origen del grano, el cultivo, la altura, el momento de la cosecha y el tipo de filtrado, cada paso de este mundo sofisticado la atrapó. “No puedo dejar de aprender”, confesó. Su lema es que la vida merece ser vivida y que debe ser aprovechada. En este sentido, indicó que de aquí a una década se ve dejando una huella.