Ayax elaboró, en conjunto con The Electric Factory, un sonido especial para incorporar en los autos híbridos, que cuida la naturaleza potenciando el crecimiento de la vegetación y su reparación en la estructura celular. El proyecto uruguayo ha valido reconocimiento en varias partes del mundo y ahora se orienta que sea incorporado en los vehículos Toyota en su casa central de Japón.
Por Anahí Acevedo | @AnahiAcepov
Imagine, por un momento, un embotellamiento en hora pico. Visualice la aglomeración de autos. Usted vuelve luego de una larga jornada de trabajo a su hogar y se encuentra atrapado allí. Escuche el sonido de los motores, el bullicio. No colabora en nada, ¿cierto? Ahora, imagine que el ruido de fondo disminuye, los vehículos en conjunto emiten una onda sonora calma, al unísono, casi como un arrullo. Y aún más, permítase pensar que esta frecuencia hace crecer la vegetación alrededor, que las aves se comuniquen entre sí, y colabora a un mundo más verde. Pues no tiene que imaginárselo, porque esta tecnología acaba de ser creada en Uruguay.
El gigantesco cambio por el que transita la industria automotriz ha hecho que hoy un vehículo se asemeje más a un teléfono con ruedas que a una máquina. Además, empresas como Facebook, Amazon y Google han salido a la cancha, comenzado a generar un sistema de autos autónomos. A pesar de que en nuestro país los autos eléctricos se encuentran rezagados, los híbridos comienzan a crecer, aunque de forma paulatina, y en el mundo surgen legislaciones para acoplarse a la nueva realidad.
Al respecto, surgió en el último tiempo una normativa que obliga a que los autos eléctricos e híbridos de Europa y América incorporen un sonido para alertar al peatón de su circulación, dado que el mismo no se escucha. Fue entonces cuando Ayax, con espíritu innovador, puso manos a la obra. Otros fabricantes mundiales habían inventado hasta el momento un ruido que simulaba un motor, pero ellos deseaban ir más allá. En el proceso de investigación, descubrieron estudios de la Universidad de Oxford y University of Western Australia que aseguraban que cierto rango de frecuencia del sonido, desde un punto de vista epigenético, que lograba cambios en la estructura del ADN de las plantas fomentando un crecimiento más sólido, haciendo que se reparen y que crezcan más rápido.
Pero, ¿qué pasaría si ese sonido a inventar, aparte de ser funcionar y cumplir con la ley, generara un impacto ambiental? Esa fue la pregunta que se realizó Ayax. De esa forma, entonces, fue que se unieron con The Electric Factory, Juan Ciapessoni y el Lic. en Composición Guzmán Calzada, quien llegó directo desde La Haya hasta Montevideo y generó un plano de ingeniería en el cual se incorporó su frecuencia. De esta forma, el sonido fue luego introducido a una plaqueta de software que, a la vez, se conecta con el auto, el que emite, de acuerdo al aceleramiento o no, un sonido. El proyecto se denominó HY, por las letras en inglés de la palabra armonía.
El motivo de esta iniciativa respondió puramente a un compromiso con el mundo en el que se vive, detalló Alejandro Curcio, presidente de Ayax, en entrevista con Empresas & Negocios. “Los estándares de vida de la población en los últimos 100 años se multiplicaron por cuatro, pero la calidad de vida no acompañó este crecimiento. La temperatura promedio mundial viene aumentando y las empresas automotrices deben pensar algo para contribuir”, mencionó.
Una de las novedades que surgió mientras se elaboraba el proyecto fue que el ancho de banda que lograron con este sonido es considerablemente menor a los de Nissan o Tesla, permitiendo que las especies se puedan comunicar entre ellas. Estudios señalan que las aves que no se pueden comunicar entre sí son presas más fáciles de depredadores, mientras que ranas que dejaron de hacerlo a causa de las autopistas fueron devoradas por otros animales, teniendo consecuencias en la reproducción de insectos, propagándose enfermedades y, en definitiva, afectando el ecosistema.
Este proyecto, de origen uruguayo, tuvo una repercusión casi inmediata, ganando numerosos premios, como cuatro galardones en El Ojo de Iberoamérica y están inscriptos en un concurso en Texas.
Por otro lado, ya ha comenzado a ser llevado a la práctica. Luego de la interface inicial, lo implementaron en la fase de autos híbridos de nuestro país y en el espacio de carsharing de Toyota (Toyota Mobility Services) y ya se cerraron negociaciones con Toyota Latinoamérica, al tiempo en que Brasil y Argentina los colocará en su flota de autos híbridos. Pero, conscientes de que el trabajo en colaboración es lo que realmente brinda resultados, la estrategia es que salga de fábrica para todos los autos híbridos y eléctricos del mundo.
Genética de inventiva
Consultado sobre el motivo de las inversiones tecnológicas de la compañía, Curcio señaló que tienen incorporado en su genética la inventiva heredada de la familia Toyota, la cual representan hace medio siglo en Uruguay. “Cuando analizo la situación, me doy cuenta que los valores están muy vinculados con los creadores de Toyota, porque se hereda la mejora continua y el respeto al ambiente”, observó el ejecutivo. De esta forma, recordó que Uruguay fue el primer país del mundo, luego de Japón, en ensamblar la camioneta Hilux en el año 71, lo que les da el sitial de pioneros. Además, la compañía cuenta hoy con una fábrica de tapizados de cueros que se colocan en la mitad de la flota del Mercosur.
En línea con este pensamiento es que este año Toyota lanzó el proyecto de carsharing, convirtiéndose en la primera empresa automotriz uruguaya en lanzar un plan de autos comunitarios y compartidos, impulsado en conjunto con Argentina y que se está implementando en Brasil. Así, los clientes de Toyota podrían ir tanto a Argentina como al país norteño y alquilar un vehículo híbrido.
Además, dentro del proyecto de la reducción de la huella de dióxido de carbono, cuentan con un 70% de venta de vehículos de pasajeros que son híbridos. “Se podría decir que nuestros clientes son los que más contribuyen a cuidar el ambiente, haciendo que, además del ahorro en combustible, haya un 40% menos de dióxido de carbono. A su vez, Curcio señaló que lideran todos los segmentos donde participan con autos híbridos. “Esto es muy importante, porque los clientes sienten que colaboran con el planeta”, confesó. Añadió que Uruguay es un caso de éxito en la región y que ningún otro país de Latinoamérica tiene un porcentaje tan alto.
Próximos planes
En otra línea, Ayax cuenta con un proyecto de reducir brechas con el cliente, por lo cual se encuentran en el proceso de apertura de nuevos locales en distintos departamentos de Uruguay, a lo que se le suman los 52 talleres autorizados en todo el país. El motivo, además, es estar más cerca del cliente de la región si se tiene en cuenta la llegada de turistas argentinos y brasileños durante la próxima temporada estival.
Además, cabe mencionar que el año pasado la compañía inauguró un polo logístico en la Ruta 1 donde rediseñaron la logística de respuestas. Pensando en el futuro, aseguran que continuarán trabajando en el comercio y la industria; en esta última, con la fábrica de tapizados y siendo proveedor de Toyota Argentina. Por otro lado, continuarán incursionando en el mundo de la movilidad, puesto que es para allí hacia donde se dirige el futuro, enfatizó Curcio. Otras metas que tienen es atacar la problemática de los accidentes de tránsito.
Cuestión de herencia
Ayax fue fundado por Emilio Curcio –padre de Alejandro- hace 75 años. En un comienzo, comercializaba General Motors, luego fue representante de Fiat, en 1978 se sumó Toyota y más adelante Suzuki. Alejandro se sumó a la empresa hace 26 años, aunque reconoce que desde el primer momento estuvo, de uno u otro modo, involucrado. En 1995 se convirtió en el director de la compañía.
Su padre falleció este año. “Fue un gran maestro, tuve la suerte de aprender de él y que me diera alas para volar, aunque luego depende de cada uno como seguir”, observó. Añadió que la herencia más grande que le dejó fue un legado formado por valores, reglas y creencias que trata de transmitir a las futuras generaciones. “Todo lo demás se va. Las empresas están sujetas a la ley de la entropía, se deforman con el tiempo si quedan estáticas, uno debe aggionarse”, describió.
Además, confesó que la clave del liderazgo es formar un gran equipo, tener una buena visión y un coraje para implementarla, comunicarla y poder actuar rápido cuando haya un problema. “Podríamos decir que es una estrategia, una acción y un resultado, y lo más importante siempre es la inteligencia emocional”, detalló Curcio. De todas formas, hizo hincapié en que los logros no son de él sino del equipo, y que la línea es continuar una gran obra comenzada 75 años atrás.