Tras la asunción de Alberto Fernández en Argentina, expertos consultados por CRÓNICAS analizaron qué se puede esperar de su mandato y su relación con Uruguay. Pablo Moya, de Oikos, y José Rocca, de la Rediu, estimaron que Fernández cerrará su economía para impulsar la industria local; mientras que Santiago Rego y Federico Ferro, de CPA Ferrere, opinaron que se le prestará atención a resolver los problemas sociales, aunque deberá atender el tema clave que es la deuda del país.
Casi un mes y medio después de haber vencido a su contrincante Mauricio Macri en las elecciones nacionales de su país, el pasado martes 10 Alberto Fernández asumió como Presidente de Argentina.
La situación no es favorable para el nuevo mandatario, ya que recibe al país en medio de una profunda crisis económica, con niveles alarmantes de pobreza, una inflación que no da tregua, un dólar en ascenso y la necesidad de hacer frente a una deuda que parece imposible de pagar.
De hecho, en su discurso de asunción, Fernández debió dar una señal a uno de sus principales acreedores, el FMI, asegurando que existe una “relación constructiva y cooperativa”. A pesar de esto, afirmó que el país “tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad de hacerlo”.
A esto se le suma la elección de Martín Guzmán -discípulo del premio Nobel Joseph Stiglitz- como ministro de Economía. Se trata de un joven muy respetado por sus colegas y una gran promesa para los argentinos, pero sin experiencia en administración pública en el vecino país.
Ante el nuevo escenario y tras las primeras señales del Gobierno vecino, CRÓNICAS consultó a varios expertos para analizar qué se puede esperar del gobierno de Fernández y de su relacionamiento con el presidente electo uruguayo.
Cerrado y reactivado
Algunos valoraron que el cambio más notorio con respecto a las políticas establecidas por Macri será un mayor cierre de la economía. Fernández “va a fomentar más el mercado local”, opinó José Rocca de la Red de Economistas de Izquierda (Rediu). “No apostar tanto a la apertura indiscriminada sino a darle prioridad a la demanda interna”, explicó. A su vez, evaluó que esto podría generar un mayor desarrollo de toda una serie de industrias volcada precisamente al mercado local.
Pablo Moya, de la consultora Oikos, concordó con Rocca. Mantener medidas de control cambiario, así como las medidas anunciadas por Axel Kicillof -gobernador electo de Buenos Aires- de no hacer los ajustes previstos en las tarifas públicas son dos ejemplos que el economista dio de una economía más cerrada.
Santiago Rego y Federico Ferro, del Departamento de Economía de CPA Ferrere, fueron por un camino distinto. Según sostuvieron, “se podrían esperar políticas que busquen reactivar la economía prestando particular atención a resolver los problemas sociales que actualmente vive” el país.
Sin embargo, para los expertos de Ferrere, el desafío más inmediato a enfrentar es el de la deuda.
“Es un requisito necesario, aunque no suficiente, para iniciar una recuperación de la economía argentina”, expresaron. Ante esto, una buena relación con el Fondo “no va a resolver nada per sé, pero puede colaborar en solucionar el problema”; o, al menos, “no dificultar la negociación que enfrentará Argentina en los próximos meses”.
Mientras tanto, para Moya, “el FMI quiere tratar de encontrar algún punto de encuentro con el gobierno argentino para poder cobrar su deuda”. Esto va a implicar que va a tener que ser laxo en sus condiciones, o “claramente buscar una nueva renegociación”. En este sentido, el economista opinó que el FMI “le está dando una clara señal de que quiere renegociar”.
Buenos vecinos
Durante la campaña presidencial, Fernández mostró un buen relacionamiento con el presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou.
De esta manera, para Rocca, “va a depender hasta dónde Lacalle apunte a las políticas ortodoxas fondomonetaristas y hasta dónde se dé la flexibilidad de los organismos internacionales frente a esta nueva realidad”. De igual manera, sostuvo que espera que el escenario entre ambos países sea positivo.
Por último, Moya proyectó que no habría rispideces entre ambos mandatarios. “Uno no tendría que pensar que sería un gobierno negativo al Uruguay”, sostuvo.
Guzmán, bajo lupa
Con respecto a Martín Guzmán, el electo ministro de Economía, las opiniones fueron varias.
Rocca consideró que se dedicará a “buscar caminos propios”, y no “la sumisión al FMI como hizo el gobierno anterior”.
Moya, por su parte, analizó el rol de quienes han liderado la economía argentina históricamente. “Han tenido la figura casi de primer ministro, o de ser un hombre muy fuerte para poder alinear no solo al resto del gabinete, sino para llevar adelante un plan económico creíble”, expresó. Ante esto, dudó sobre si Guzmán llegaría a culminar un mandato entero.
Para Rego y Ferro, por último, Guzmán es un destacado economista que se ha dedicado a estudiar temas relacionados a la deuda soberana y procesos de reestructuración. Esta trayectoria “permite pensar que tiene solvencia técnica en lo que refiere al desafío más inmediato para el Gobierno argentino”.
No obstante, la interrogante que plantean es si efectivamente será capaz de llevar adelante las políticas que pretende implementar.