Hernán Bonilla: “La inserción internacional deberá lograrse con la negociación de acuerdos que nos permitan superar la actual vulnerabilidad”

EDICIÓN ESPECIAL 2019

Hernán Bonilla, economista y director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo


Las fortalezas del país deben cuidarse, pero al mismo tiempo es necesario que el nuevo gobierno tome decisiones que apunten a mejorar problemas como el deterioro fiscal y la pérdida de competitividad.

¿Cuáles son los desafíos en materia económica que tiene Uruguay en lo inmediato –año 2020-, ante un escenario de escaso crecimiento, en medio de una región que tampoco crece y que tiene problemas sociales, y en un mundo donde la guerra comercial entre Estados Unidos y China acelera la desglobalización?

El panorama internacional para Uruguay mostrará señales mixtas. Por un lado, es una buena noticia la disminución en 2019 de la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal, por otro lado los precios de los commodities, si bien están sensiblemente más bajos que en la etapa del boom hasta 2014, no se encuentran en un nivel bajo en términos históricos. En cuanto a la región, tendremos buenas noticias de Brasil y malas de Argentina. Mientras que el primero está logrando aprobar en el Parlamento reformas estructurales relevantes, mejorar su situación fiscal, abrirse al mundo e incrementar su tasa de crecimiento, Argentina atraviesa una recesión que seguramente continuará en 2020, a lo que se suma la incertidumbre por las medidas que tomará el nuevo gobierno.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, cuyo fin aún no se divisa, comprometerá el desarrollo del comercio internacional y es parte de un escenario con connotaciones de largo plazo: Un Estados Unidos proteccionista y refractario a la globalización y una China que por primera vez en su historia se abre voluntariamente al comercio internacional. Esta situación puede afectar a Uruguay pero también debemos estar atentos a las oportunidades que se generen.

Por lo tanto, no es un panorama de viento a favor como el que tuvimos entre 2004 y 2014 ni uno con todas las variables en contra como en la última crisis. Debemos saber aprovechar las condiciones que brinda la economía internacional para reducir las vulnerabilidades que tenemos mientras aún conservemos el grado inversor, lo que requerirá un gran esfuerzo.

¿Cómo evalúa las propuestas económicas de las autoridades recientemente electas?

El gobierno electo enfrentará dos problemas fundamentales de corto plazo: el deterioro fiscal de los últimos años y la pérdida de competitividad que afecta la inversión, el crecimiento y la generación de empleo. En este sentido, las propuestas del próximo gobierno están bien enfocadas, ya que se centran en atacar estos dos problemas. El elevado déficit fiscal debe comenzar a bajarse desde marzo, con la dificultad de que el presupuesto del nuevo gobierno entrará en vigor en 2021. La decisión del gobierno electo de que el déficit fiscal debe disminuirse con reducción del gasto público y no con el incremento de impuestos, es acertada dado el importante aumento de la presión fiscal de los últimos 15 años. Este camino requerirá una firme decisión política y un detallado examen presupuestal, que la próxima administración deberá encarar desde el primer día buscando oportunidades de ahorro, un plan de reducción de la cantidad de empleados públicos y un mejor funcionamiento de las empresas públicas, entre otros elementos.

Respecto al problema de la competitividad, el próximo gobierno ha anunciado medidas auspiciosas en cuanto a la evolución del tipo de cambio, reducción de tarifas en términos reales cuando la situación fiscal lo permita, medidas de estímulo a las pequeñas y medianas empresas y apertura comercial. En este sentido, si bien la herencia recibida dificulta la toma de decisiones con costo fiscal, el camino anunciado es el que debe transitarse.

En materia económica, ¿cuáles son los temas más urgentes a resolver en el corto y mediano plazo?

Los principales problemas de corto plazo, como mencionamos anteriormente, son el frente fiscal y la competitividad. En el mediano y largo plazo hay otros temas fundamentales como una mejor inserción internacional, que deberá lograrse con la negociación de acuerdos comerciales que nos permitan superar la actual situación de vulnerabilidad. La inversión en infraestructura es otro aspecto central en el mediano plazo, para ello será necesario recuperar niveles de inversión pública, mejorar el mecanismo de participación público-privada y generar incentivos para la inversión privada en distintos sectores de la economía.

¿Cuáles son las fortalezas que tiene el país para afrontar ese contexto de turbulencias y guerras comerciales que mencionábamos en la primera pregunta?

Uruguay cuenta con sólidas instituciones políticas, una democracia plena y un Estado de Derecho que se ha sostenido desde 1985 con gobiernos de los tres principales partidos de nuestro sistema. El respeto a las libertades individuales, a la propiedad privada y la previsibilidad de las reglas de juego también ha sido un activo importante, especialmente en comparación con otros países del continente. Las instituciones económicas, por otro lado, muestran en distintos índices internacionales, una calidad sensiblemente menor, que brinda un amplio espacio de mejora. Un sistema financiero estable, un tipo de cambio libre, el nivel de reservas internacionales y la capacidad de acceso a financiamiento internacional también son fortalezas, que deben cuidarse mejorando lo más pronto posible los problemas señalados en materia fiscal para lograr mantener el grado inversor.