Déficit fiscal será el principal problema económico del próximo gobierno, según expertos

Análisis > Empleo y competitividad son otros dos temas prioritarios

La administración de Luis Lacalle Pou asumirá con varios temas sobre la mesa: problemas de empleo, de la competitividad y bajos niveles de inversión. Sin embargo, el más preocupante para atender es el elevado nivel de déficit fiscal y la necesidad de reducirlo sin afectar la economía, o al menos, minimizando su impacto. Así lo expresaron diversos economistas consultados por CRÓNICAS, quienes evaluaron el estado de situación para cuando asuma la coalición.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

El 2019 se fue y el 2020 ya está en marcha. A nivel local el año en curso estará marcado por la asunción de un nuevo gobierno el próximo 1º de marzo. Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, liderará una coalición que deberá tomar las riendas de una economía con débil crecimiento, un alto déficit fiscal y niveles de desempleo que aunque no son alarmantes, se deberá observar con cuidado.

Estos son solo algunos de los temas que deberá afrontar la próxima administración en materia económica, según la visión de expertos consultados por CRÓNICAS, que aventuraron qué puede llegar a esperarse de la próxima administración y el margen de acción del que dispondrá el nuevo gobierno.

Lo que se viene

Varios son los desafíos que tiene por delante la economía del país.

Para Ignacio Munyo, director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa de la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo (IEEM-UM), el principal es reimpulsar el crecimiento económico generalizado de la economía a través de la inversión privada.

Matilde Morales, economista del Departamento de Consultoría Económica de PwC, enumeró una serie de retos para Uruguay. Estos son la sostenibilidad de las cuentas públicas y seguridad social; la competitividad de la economía e inserción internacional; los bajos niveles de inversión; y el deterioro del mercado laboral.

Respecto al primer tema, las cuentas públicas, Morales argumentó que “se deberían adoptar medidas inmediatas”, y en el mediano y largo plazo “establecer una regla fiscal y reforma del sistema de seguridad social del pilar de reparto”. Por otra parte, en lo referido al mercado laboral, la economista indicó que se deberían pensar medidas para incentivar el empleo, así como cambios en temas regulatorios “y quizá una adecuación también de las negociaciones salariales a la nueva coyuntura”.

En otro orden, Pablo Moya de la consultora Oikos marcó una diferencia entre los desafíos de la economía y los desafíos que tendrá el gobierno.

Según explicó, el principal será atender la actividad económica y de esa forma encarar el problema del empleo. Para hacerlo, se debe encontrar la manera de estimular a las empresas a generar mayor actividad, particularmente en aquellas áreas que más demandan puestos de trabajo, para que así puedan generar mayor empleo.

En tanto, el mayor reto para la economía es volverla más competitiva y atender el déficit fiscal.

El más malo de los malos

Es este último, el problema del alto déficit fiscal y las dificultades que ha tenido la actual administración para bajarlo, el que muchos evalúan como el gran tema a resolver.

Morales señaló que la necesidad de equilibrar las cuentas públicas podría implicar medidas de ajuste con efecto negativo sobre la actividad económica a corto plazo. Moya, en tanto, aclaró que el déficit fiscal se deberá atacar de forma inmediata y estimó que este problema “tiene su correlato en la competitividad, porque Uruguay es caro y por eso es poco competitivo, porque tiene una carga impositiva pesada”.

Munyo, por su parte, comentó que ajustar el déficit “no implica que se deba procesar un ajuste brusco”. “Lo relevante es tomar medidas para encauzar el gasto público sin subir el gasto. La situación financiera del país permite tener una ventana de gracia para procesar los cambios necesarios sin exabruptos pero sin pausa”, añadió el director del IEEM.

De acuerdo con el experto, para atacar el problema “habrá que adaptar el sistema de seguridad social a la realidad actual”. Además, será necesario “un trabajo de microcirugía en el que previamente se evalúe qué se hace y cómo en cada rubro del presupuesto nacional, oficina por oficina”, insistió.

Asimismo, se mostró en desacuerdo con que se deban subir los impuestos para encarar el déficit. “No solo sería muy contraproducente como señal, sino que inconveniente en el contexto recesivo”, comentó.

De esta manera, opinó que la tarea de disminuir el déficit fiscal “no será ni grata ni inocua, pero no habrá más remedio”. “Lo fácil ya se hizo”, concluyó Munyo.


 Marchando a trabajar

En materia de empleo, Moya proyectó que en 2020 habrá “una mejora marginal”. Quien marcó al empleo como el mayor problema para el gobierno dijo que espera un aumento “de 1,2% o 1,3% quizás” en esta área; sin embargo, no va a dinamizar de forma importante la economía, aclaró.

Por otro lado, Munyo se refirió al problema como un “trípode”.

La primera pata hace referencia a la rentabilidad empresarial; “en una situación de suba generalizada de los costos para producir, los costos laborales han adquirido un peso relevante”, analizó. “Si en algún momento se recupera la actividad”, continuó el director del IEEM, “es muy probable que pueda sustituir ese puesto de trabajo por tecnología”. Aparece, entonces, la segunda pata: la automatización. Según Munyo, la incorporación de tecnología para sustituir tareas rutinarias es una realidad instalada que se profundiza día a día porque es cada vez más simple y barata.

El “trípode” se completa “con una regulación laboral que mira pasar por la ventana los hechos de la realidad”. De esta manera, llamó a actualizar los Consejos de Salarios para que los empresarios no sigan “dudando y recalculando” antes de contratar a un nuevo trabajador.


El billete verde

Intentar aventurar qué valor tendrá el dólar en un futuro es la pregunta del millón de dólares. Es una de las principales preocupaciones que tienen los uruguayos y así se lo hacen saber cuando conversan con un economista, e incluso con un simple periodista de economía.

Si bien es difícil evaluar qué puede ocurrir con el billete verde en el futuro, los economistas consultados por CRÓNICAS estimaron que posiblemente se aprecie aunque no registraría un “salto” abrupto.

Pablo Moya estimó que esperar una apreciación de la moneda cercana al 10% sería “lo natural” y no implicaría “un salto” brusco o fuera de fundamentos. “Están dadas las condiciones para que el dólar crezca porque, si uno compara con la canasta de monedas latinoamericana, todas se han depreciado”, señaló Moya, quien no ve condiciones para que el dólar “salte” por arriba de un 10% en su cotización.

Por su parte, Ignacio Munyo estimó que “Uruguay se encuentra en una situación de encarecimiento real relativo del entorno del 15-20% con respecto al dólar y de un 30% con respecto a la región”. En ese sentido, señaló que tomando en cuenta “modelos de tipo de cambio real en base a sus fundamentos, se observa un desalineamiento cercano al 15%, con respecto al valor que debería tener el dólar en términos reales”. Munyo aclaró que ello no implica que deba haber un salto en el dólar en esa proporción, pero sí que el “valor de equilibro debería tender a ser superior”.


 Mirar para afuera

En materia de comercio exterior, tanto Munyo como Moya observaron el futuro con buenos ojos.

El primero consideró el buen posicionamiento de la carne uruguaya, afirmando que es el producto de exportación que tiene mejores perspectivas. Asimismo, proyectó que las exportaciones a mercados asiáticos deberían subir sustancialmente, para lo cual “sería muy relevante reducir los costos de acceso que tiene Uruguay”.

El segundo, por su parte, también indicó que las exportaciones aumentarán, “porque Uruguay tiene su mirada hacia el resto del mundo muy marcada y es la forma de crecer”. Añadió, además, que las importaciones en términos agregados no caerán; las que sí podrían disminuir son las de bienes. “Bienes de capital no creo, sobre todo por el impacto que va a tener la planta de UPM, pero no debería dinamizarse de forma sustantiva”, opinó.