Farragoso guión acerca de treintañeros y su problemática existencial rezumando ideas ajenas

Los modernos > CUIDADO CON LAS IMITACIONES

 

Los modernos. Uruguay 2016. Dir. y guión: Mauro Sarser y Marcela Matta. Con: Noelia Campo, Mauricio Sarser, Federico Guerra, Stefanía Tortorella, Marie Helene Wyaux, María Paz Rodríguez.


Por A. Sanjurjo Toucon

Desde su título, “Los modernos”, este film uruguayo exhibe alarmante falta  de originalidad. Así se llamó un conocido film que Alan Rudolph rodara en 1988. Por cierto que allí termina toda semejanza con Rudolph. Más grave es la ausencia de originalidad del guión: parejas de treintañeros con problemática generacional. Padres divorciados riñen respecto a custodia de hijos, amores entrecruzados (incluye variante lésbica con escena “pour épater le bourgeois”), incertidumbres, traiciones sentimentales y laborales, las alternativas de limitar el desarrollo profesional a causa del amor (la familia y los hijos) y otras complejidades indisimuladamente tomadas de la magistral “Manhattan” de Woody Allen y demás comedias dramáticas del genial neoyorkino.  Hasta puede parecer un acertijo individualizar fragmentos del film de Mauro Sarser y Marcela  Matta, determinando de cual film   proceden.

Sería injusto tildar a Sarser y Matta de  plagiarios. En todas las artes son admitidos los palimpsestos  por parte de autores deseosos de expresarse a la vez que rinden tributo a alguna admirada figura mayor. El respeto por las fórmulas allenianas no conoce límites: desde los créditos en letras blancas sobre fondo negro, a la utilización de escenarios urbanos. El Parque Rodó suplanta a Central Park; la rambla Sur hace lo propio con los  puentes de Nueva York; la asistencia a un espectáculo teatral de vanguardia y sus comentarios se corresponden con las apreciaciones acerca del cine que Allen efectúa a la entrada de un cine en la citada “Manhattan”; y así la lista  podría ampliarse ilimitadamente. No son planteos originales y no es imprescindible  que lo sean, es imprescindible sí que ante esta opción exista una justificación de su existencia.

La enorme debilidad de “Los modernos” reside en un libreto sin ingenio (no es suficiente con repetir a figuras admiradas y talentosas), por momentos desbordadamente empecinado en filosofar a nivel de mesa de café (y en mesas de café tributarias de conocidos reductos neoyorkinos) acerca del complejo tríptico trabajo-familia-realización personal.

A la salida del cine, un espectador halló una frase precisa para definir  a este film en relación con sus modelos: “Es como escuchar una historia de Landriscina narrada por mi tía”.

Con enorme creatividad, Woody Allen utiliza todo tipo de música de su agrado complementando (y comentando) el relato. Sarser y Matta acuden a música clásica y popular seguramente de su preferencia. Si bien el tratamiento de la banda sonora en ese sentido exhibe feroz rudimentarismo. Las piezas musicales entran caprichosamente; como lo haría un aficionado musicalizando su film, con indiscriminado agolpamiento de temas. La utilización de Gardel bordea lo indignante; con su voz  parece querer suplirse la carencia del guión.

Esta comedia olvida también desarrollar lo dramáticamente humorístico de todo el asunto. Imprescindible en una imitación de Allen.

El elenco no sobrepasa la corrección generalizada, que no logra disimular esa sensación en cuanto a que los intérpretes actúan pero no viven sus personajes.

El director de fotografía y camarógrafo German Luongo no es Gordon Willis, si bien exhibe la sensibilidad necesaria para recrear en blanco y negro este montevideano universo frustradamente woodyalleniano.

Sarser, que como intérprete es bastante endeble, se reservó una presencia constante en pantalla, más allá de lo que pide un guión estructuralmente bien armado y montado.

Sarser y Matta saben cómo narrar, el problema está en el material narrado y unas cuantas cosas más.

 

Horizonte profundo / Marea negra (Deepwater Horizon) EE.UU. 2016

Dir.: Peter Berg. Con: Mark Whalberg, Kurt Russell, Douglas Griffin.

Desastres naturales (terremotos, tsunamis, tornados, inundaciones, etc.) y accidentes (aéreos, marítimos y terrestres), atentados, y otras hecatombes ligadas con los comportamientos humanos, han alimentado al “cine catástrofe”, recurrente género que el cine de Hollywood cultiva, casi en exclusivo, desde tiempos remotos.

Esas hecatombes reproducidas cinematograficamente, producto de avezados guionistas, suelen tener su base en hechos reales. Tal lo acontecido con “Horizonte profundo”, acerca de un muy real accidente ocurrido  en  abril de 2010, cuando una plataforma petrolera norteamericana, ubicada en el Golfo de México, se incendió y estalló.

El guión de “Horizonte profundo” es  ejemplo perfecto de cómo construir un film de “cine catástrofe”. Una vivisección del mismo, deja al descubierto el eficaz despliegue de elementos atractivos para lo que no es  (ni pretende ser) más que un pasatiempo fácilmente vendible.

  • el film comienza con la idílica vida doméstica de un técnico que se despide cariñosamente de esposa e hija, ya que durante varias semanas trabajará en aislada plataforma petrolera. Con menor desarrollo es presentada la relación de pareja de una mujer que también desempeña tareas en ese marítimo enclave.

 

Un veterano realizador y maestro del cine argentino, señala, acertadamente, que todo film ha de contener una historia de amor. Tarea cumplida.

 

  • un automóvil que no arranca, el sacudón de un helicóptero y alguna contrariedad menor, preanuncian un contratiempo mayor.

 

  • El bien y el mal son encarnados por el técnico encargado de velar por el correcto funcionamiento de la plataforma y por el empresario que en aras de dinero obliga a saltear controles.

 

Un habilidoso montaje y adecuado uso del tiempo, enfatizan la amenazante presencia de peligros indefinidos.

 

  • El incendio estalla en la plataforma petrolera amenazando la vida de quienes allí trabajan y procuran escapar. Con escasísimos diálogos, se asiste al progresivo avance de la debacle, articulado sobre alud de breves tomas. El previsible final (del film y de la plataforma) se siente próximo. Acción y más acción con hierros que caen y personajes atrapados por el fuego.

 

  • La guardia costera –all igual que el 5º de infantería- aparecerá sobre el final ofreciendo apoyo.

 

  • Algunos mueren (son los anónimos partícipes de la historia); otros se salvan y reciben el cariño de familiares y amigos.

 

El film concluye. Un inicio brioso aunque ya transitado, se contrapone con el largo, algo tedioso, y efectivo camino hacia el final.