Si bien hay rubros menos afectados -como el agro-, la gran mayoría está mostrando un comportamiento “muy malo”, según evaluó el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Gerardo García Pintos. En ese sentido, aunque no se deben olvidar los objetivos macroeconómicos de fondo, evaluó que en este momento “deben ser dejados de lado”. A su entender, el foco está en ver “cómo vamos apagando los incendios para mantener prendidos los motores de la economía”.
El presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE), Gerardo García Pintos, se reunió el pasado lunes con el presidente Luis Lacalle Pou.
Según comentó el empresario, en diálogo con CRÓNICAS, en la jornada se le dio la visión de la situación actual al mandatario del país, “para felicitarlos y alentarlos en cómo estaban llevando adelante esta crisis sanitaria, económica y social”.
A esto se le suman los esfuerzos de la Confederación para luchar contra el virus, donde los distintos sectores aportan distintas sumas de dinero en pos de salir adelante.
La coyuntura ocasionada a nivel global por el brote del Covid-19 pintó un “promedio muy malo” para los distintos sectores del empresariado privado. Según García Pintos, hay sectores afectados y otros no, pero “la enorme mayoría están con menos producción y con menos actividad”.
El rubro que, ejemplificó, se muestra bien parado es el agropecuario. Según afirmó, es un sector que está menos golpeado en el inicio del problema porque están la ganadería, agricultura, lechería y la forestación trabajando. “Hay dificultades internacionales, por supuesto, hay dificultades en la operativa, pero en general está todo funcionando”, explicó el empresario.
Sin embargo, en el otro extremo está el turismo, “que está prácticamente todo apagado”. Las fronteras cerradas a nivel internacional, y a nivel local, la población bajo la obligación de no circular, analizó.
Otros sectores duramente afectados son la gastronomía, el comercio, o “distintos lugares donde hay aglomeración de público”. De esta manera, apuntó también que se ve afectado el consumo, debido a una situación de menor gasto.
Cambio de foco
A pesar del contexto adverso, García Pintos sostuvo que todavía no ha visto problemas de solvencia en las empresas, pero “hay que tratar de que no ocurran”. Por eso, continuó, “todo lo que sea dar tiempo y aire sirve para ganar tiempo y mantener las empresas vivas”, expresó, en referencia a las medidas implementadas por el gobierno para mantener la cadena de pagos funcionando.
Es en este contexto que García Pintos, al reunirse con Lacalle Pou, le comentó que desde hace tiempo la Confederación le ha planteado al Gobierno la necesidad de ordenar las cuentas macroeconómicas, y darle austeridad y control al gasto público. No obstante, opinó que dada la situación excepcional “decidimos que esos objetivos principales deberían ser dejados de lado. De ninguna manera olvidados ni postergados, pero sí darle prioridad a la salud pública, a las personas y sectores que tengan mayor vulnerabilidad”, manifestó el empresario.
En este momento excepcional, “a este incremento del gasto público le llamamos inversión en salud, inversión social e inversión de sostenimiento de empresas”, añadió García Pintos.
El día D(espués)
Más allá de ello, y pensando en la salida o el final de esta crisis, evaluó que “está tirado a largo plazo, para ver cómo salimos”. Por el contrario, lo que está definido a corto plazo es “cómo vamos apagando los incendios para mantener prendidos los motores de la economía”.
Asimismo, el presidente de la CCE explicó que, en sí, no se están manejando escenarios posibles en caso de que la emergencia sanitaria se prolongue en el tiempo más de lo previsto.
“Es todo medio un tanteo. Los escenarios se van a ir armando solos de acuerdo con el día a día”, explicó.
Lo más importante, al entender de García Pintos, es controlar a la salud pública y contener la circulación del virus, porque de acuerdo con cómo vaya evolucionando el control de la enfermedad es como se va a ir acomodando a la economía y tratando de volverla a la normalidad. “Va a llevar algunos meses, yo me imagino que esto se va a llevar el invierno y vamos a estar entrando en la primavera con un panorama más claro”, vaticinó el empresario.
A pesar de esto, el día que la crisis llegue a su fin, el país partirá con más de una ventaja, según analizó el empresario.
Una de ellas es la imagen positiva del Uruguay por la ayuda humanitaria brindada desde Cancillería ayudando a extranjeros a salir del país es una. Otra, es el peso de la exportación para la economía del país. “El mundo nos va a dar oportunidades de vender alimentos y otras cosas”.
Todo esto se potencia, según el representante empresarial, en la buena trayectoria de Uruguay a lo largo de su historia, en la seriedad internacional que tienen las empresas y exportadores locales, y las certificaciones con las que cuenta el país.
En ese sentido, instó a valorar los esfuerzos que Uruguay está realizando y las características que siempre ha mostrado, ya que le permitirán al país contar con “un plus para adelantar esa salida de la mano de la exportación”.
No es tan grave
El presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales también se refirió a la decisión adoptada por el Gobierno, y trasmitida por el presidente Luis Lacalle, de no incrementar los impuestos al capital de las grandes empresas, entendiendo que serán estas las que empujen la recuperación una vez terminada la crisis sanitaria.
García Pintos opinó que se trata de una disposición “muy inteligente y seria”. Añadió que se trata de un incentivo a invertir más, que es lo que necesita Uruguay: más inversión para generar más actividad y más impuestos “para hacer las cosas que el país tiene que hacer”.
De esta manera, no gravar el capital es “el mejor incentivo” para que la inversión fluya lo más rápidamente posible y se generen fondos compensatorios y mayores a ese supuesto nuevo gravamen impositivo a las empresas.