Esta semana el Poder Ejecutivo presentó beneficios fiscales para aquellos proyectos de inversión en construcción de vivienda que superen los 15 millones de dólares. Desde la Cámara de la Construcción aseguran que si bien las medidas son razonables, no tendrán un impacto mayor en los puestos de trabajo de la construcción. “Sirve como mecanismo de amortiguador de la caída”, aseguró a CRÓNICAS, el presidente de la gremial José Ignacio Otegui.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
El ministro interino de Economía, Pablo Ferreri, presentó este lunes un decreto que establece exoneraciones impositivas para aquellos proyectos de construcción de viviendas que superen los 15 millones de dólares, con lo que se espera, el Poder Ejecutivo colaborará en la recuperación de empleos en la construcción.
Los beneficios anunciados por el Ejecutivo incluyen la exoneración de los tributos a la importación de equipos, máquinas y materiales destinados a la obra civil, siempre que hayan sido declarados no competitivos con la industria nacional.
Estas iniciativas privadas podrán ampararse a los beneficios para la promoción de inversiones que otorga la Comisión de Aplicación de Proyectos de Inversión (Comap). Para esto, quienes decidan iniciar un proyecto de inversión de ese tipo deberán presentarlo antes del 31 de diciembre de 2017 y tendrán plazo para ejecutar la obra hasta el 31 de diciembre de 2019.
Los beneficios anunciados por el Ejecutivo incluyen la exoneración de los tributos a la importación de equipos, máquinas y materiales destinados a la obra civil, siempre que hayan sido declarados no competitivos con la industria nacional. Además, las empresas que presenten estos proyectos contarán con exoneraciones del Impuesto al Patrimonio por ocho años para los que se realicen en Montevideo y de 10 años si se realizan en el interior del país.
“Tenemos una industria que ha perdido más de 20 mil puestos de trabajo, pasamos de 73 mil en el momento pico de la construcción de Montes del Plata, a 47 mil trabajadores según los último datos que tenemos”, agregó Otegui.Asimismo, se definen franjas de exoneraciones para el Impuesto a la Renta de la Actividad Empresarial (IRAE). En los proyectos que se ubiquen entre 15 millones de dólares y 25 millones de dólares, el 20% de la inversión realizada será tomado en cuenta como exoneración del IRAE. En la segunda franja, que se ubica entre 25 y 35 millones de dólares, la exoneración pasa al 25% y, en los proyectos que superan los 35 millones de dólares, el beneficio se ubicará en el 30%.
Es positivo pero no alcanza
“Parecen medidas razonables que van a tener alguna repercusión, veremos cuál es el resultado que en definitiva se termina concretando. Todo esto ayuda a frenar una industria que viene en caída. Son medidas transitorias pero que terminan generando mecanismos que forman parte de amortiguadores que comienzan a funcionar a lo largo del país”, dijo a CRÓNICAS el presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay, José Ignacio Otegui.
«Todo esto ayuda a frenar una industria que viene en caída. Son medidas transitorias pero que terminan generando mecanismos que forman parte de amortiguadores que comienzan a funcionar a lo largo del país”
Según Otegui, más allá de que algún mes la cantidad de obreros de la construcción pueda variar en más o menos mil empleados, hay más de 20 mil puestos que no es fácil recuperar. “Esperemos que en algún momento encontremos un proceso de recuperación, que es probable que eso ocurra en el segundo semestre del año que viene, más allá que podamos tener un par de meses con altibajos”, agregó.
La construcción es una rama de actividad difícil de evaluar, y según señaló Otegui, estas medidas tendrán, en la medida que funcionen bien, un incremento de entre dos y tres mil puestos de trabajo, lo que representa el 7% de los niveles de actividad globales. “Con esto no se va a cambiar el eje de la industria, pero sí son medidas que tenemos que reconocer que van a servir para lograr ponerle freno y empezar a ver si encontramos un piso para encontrar niveles de actividad que son bastante más complejos que mirar únicamente el tema de la vivienda”, sostuvo.
La crisis de la construcción, una de las ramas de la economía que se encuentra en recesión, es resultado de un proceso de “enfriamiento de la economía”, y de la dependencia que se genera con la inversión de terceros. “La industria de la construcción recibe el influjo de tres motores, la obra privada vinculada a la vivienda que es entre el 15% y 16%, la obra pública que es el 28% y la obra privada no vinculada a la vivienda que es casi un 50%, esos motores han funcionado en desaceleración en los últimos dos años. Vemos que las primeras medidas comienzan a aparecer en el sector vivienda, que disminuyó del 28% al 14%”, detalló Otegui. De todas maneras, el presidente de la CCU, expresó que la gremial “ve con buenos ojos las medidas aunque esté seguro de que no van a cambiar la esencia de la industria”.