El sector agroexportador “está relativamente, mucho mejor que otros” al analizar el impacto de la emergencia sanitaria, según Gerardo Zambrano, director de Zambrano y Cía., quien mostró optimismo para el segundo semestre. Por su parte, Mauricio Levitin, director de Altius Group, sostuvo que la construcción en Uruguay tendrá dos elementos claves: las obras de UPM2 y atraer inversiones argentinas, que -opinó- serán “uno de los principales dinamizadores del mercado”.
“Impactos y oportunidades económicas” fue el evento organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) que en dos instancias reunió a representantes de diversos sectores de actividad para analizar los efectos del Covid-19 y la emergencia sanitaria en sus rubros, así como las perspectivas que se abren en el horizonte.
En la primera instancia participaron los sectores tecnológico, exportador y financiero (ver CRÓNICAS del 8 de mayo, Pág. 15), y ahora fue el turno del agropecuario, comercial y la construcción. Para ello, se contó con las disertaciones, vía teleconferencia, del director de Zambrano y Cía, Gerardo Zambrano; el CEO de los supermercados Ta-Ta, Christopher Jones; y el director de Altious Group, Mauricio Levitin, que representaron a los sectores del agro, el retail (comercio minorista) y la construcción, respectivamente.
Motor del país
Zambrano aclaró, en el inicio de su disertación, que su primera preocupación es “cómo ubicar el campo dentro del contexto del país”, para que la gente “conozca más lo que significa”. En ese sentido, explicó que la actividad del sector agrícola representa un 8% del PIB uruguayo, un 14% del empleo y alrededor del 78% de los ingresos de las exportaciones de bienes.
En cuanto a las exportaciones del sector, remarcó la importancia de la carne, la cual se produce con énfasis en calidad, no cantidad. “Nos hace imposible atender a todos los mercados, evidentemente tenemos que ir a nichos de calidad, que Uruguay tiene y los aprovecha”, evaluó.
También subrayó que cinco de los seis principales productos de exportación son de origen agropecuario: carne, celulosa, soja, lácteos y arroz. Estos rubros representan, prácticamente, el 60% de las ventas al exterior, lo que supone más de US$ 5.000 millones, comentó Zambrano. “Eso para mí es una clave para ubicar al sector agroexportador como motor de la economía del país”, indicó.
Bajo este contexto, el empresario reconoció que la pandemia del Covid-19 no ha afectado en mayor medida a su actividad.
“Es un sector que está relativamente mucho mejor que otros, donde las oportunidades están más bien basadas en el mejoramiento de la calidad que produce más que en los mercados que ya tenemos”, opinó. Agregó que, si bien durante este semestre habrá “algunas dificultades más, creemos y somos optimistas que el segundo semestre en este rubro pueda normalizarse y podamos tener un desarrollo prácticamente normal”.
Al otro lado del río
Al analizar la situación del sector de la construcción, Levitin señaló que desde 2017 los precios de compra han permanecido “prácticamente estabilizados”. Si bien reconoció que el costo de la vivienda en relación a los ingresos viene creciendo, subrayó que el crédito inmobiliario también ha aumentado “fuertemente” y “con bajos índices de morosidad”. A su entender, esto permite el acceso a la propiedad a un cierto porcentaje de familias que cumplen con los requerimientos para obtener un crédito hipotecario.
El empresario se refirió al fuerte incremento de los costos en términos reales de la construcción que se generó entre 2004 y 2016, aunque desde entonces se comenzó a ver cierta estabilidad, con una leve tendencia a la baja. Este factor vuelve a Uruguay “un poco más competitivo en términos de dólares”, apreció Levitin. “Obviamente, la productividad es algo que nos preocupa a todos porque tiene mayor costo para la construcción”, dijo, lo cual es un factor que se potencia con la crisis provocada por la pandemia.
Levitin valoró como claves, “seguir teniendo la productividad y también esa reducción de costos”, para que Uruguay siga siendo competitivo y un lugar atractivo donde invertir.
En ese sentido, estimó que el país tiene dos oportunidades principales: la primera es el desarrollo de la segunda planta de celulosa en el país, y la segunda está cruzando el charco. “Tenemos un vecino al lado en el cual los Fernández (Alberto y Cristina, presidente y vicepresidenta) están haciendo todo lo posible para los argentinos que tienen ahorros se quieran ir”, detalló. Ante esta realidad, valoró que Uruguay debe buscar la forma -“cuando termine lo del Covid-19”- de que esos argentinos vengan a vivir al país, a invertir.
“En nuestra opinión, ese va a ser uno de los principales dinamizadores del mercado”, puntualizó Levitin.
De la cama al living
Luego del “pánico total” generado en las primeras semanas (ver recuadro), y de la demanda asociada a la emergencia sanitaria, se comenzó a registrar un fenómeno de nuevas demandas en el sector comercio, según aseguró el CEO de los supermercados Ta-Ta, Christopher Jones.
A las dos semanas, se comenzó a constatar una falta de televisores en algunas sucursales, al tiempo que la necesidad de trabajar desde casa a causa del aislamiento sugerido provocó que “explotara” la demanda de computadoras y laptops, puso como ejemplos el empresario.
En la misma línea, señaló que el fitness pasó de ser una categoría “que todos pensábamos que estaba muerta” a que desaparecieran las máquinas del mercado.
“Después, toda la parte de condones explotó. Yo creo que viene un baby boom el año que viene seguro; hagan la matemática y prepárense para vender pañales”, bromeó Jones.
Juegos de mesa y ropa cómoda también vieron una suba considerable en ventas, detalló.
Por último, el empresario señaló que, en materia de comportamiento de clientes, se pasó de tener 4,5 visitas por cliente por semana a 1,5. No obstante, “los carros de compra se hicieron más volumétricos”, comparó.
En este sentido, se refirió al comercio electrónico, factor que parece haber enviado al sector del retail por un viaje en el tiempo. “Nosotros tuvimos demandas de volúmenes en e-commerce que proyectábamos para tener para dentro de tres años; las tuvimos inmediatamente, ya que nos agarró no muy preparados y hubo que hacer un catch-up impresionante para hacerlo”, reconoció.
Ataque de pánico
El pasado viernes 13 de marzo el Gobierno confirmó los primeros cuatro casos del nuevo Coronavirus en Uruguay y las redes explotaron.
Además de los chistes, audios y memes sobre “Carmela”, otro hecho que se volvió viral esa jornada fueron las fotos y videos de filas interminables en los supermercados, con carritos abarrotados de productos, de gente que con pánico se preparaba para el inminente fin del mundo. El miedo al desabastecimiento hizo que muchos fueran en masa a los supermercados buscando no quedarse con las manos vacías.
A propósito de esa explosión de ventas, el CEO de Ta-Ta explicó que en las sucursales del supermercado los clientes entraron “en un pánico total”. Inmediatamente se registró “un pico de demanda impresionante, donde parecía que estábamos en Navidad. Uno iba a cualquier superficie y veía unos volúmenes impresionantes de mercadería que se estaban moviendo”, recordó Jones.
De esta manera, afirmó que los picos máximos de ventas se dieron en todo lo que fue desinfectantes, papel higiénico, jabones, alcohol en gel y alimentos secos. “Eso voló”, dijo.