En línea con las expectativas del mercado, el nivel de precios en la economía se incrementó 0,57% en mayo, lo que implicó una nueva aceleración del dato anualizado que alcanzó el 11,05%, según la información difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE). “Si bien se trata de la mayor inflación interanual desde 2003, se encuentra en niveles cercanos al máximo registrado exactamente cuatro años antes (11%)”, analiza el informe el Cinve.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) registró un crecimiento de 0,57% en el mes de mayo, un nivel en línea con lo proyectado por la mediana de la encuesta de expectativas de inflación que publica el Banco Central (BCU), lo que implicó una nueva aceleración del dato anualizado.
De esta forma, en el acumulado enero-mayo la inflación ya alcanza un nivel de 6,77% (muy cercano al techo del rango objetivo), mientras que en los doce meses cerrados a mayo alcanzó el 11,05%. Estos datos contrastan con el 4,59% y 7,73%, que registraba de aumento el IPC un año atrás.
En el análisis mensual de los datos del INE, el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) destaca que “si bien se trata de la mayor inflación interanual desde 2003, se encuentra en niveles cercanos al máximo registrado exactamente cuatro años antes (11,0%)”. Además, interpreta que al menos “por ahora”, las proyecciones del centro apuntan a “una tendencia decreciente durante el resto del año”.
El Cinve detalla que “el aumento se debió puramente al componente tendencial, al contrario de lo ocurrido en abril”. La inflación tendencial o subyacente, que excluye los rubros más volátiles, así como algunos administrados por el Estado, por lo que brinda información más estable y fiel a las dinámicas de fondo del sistema de precios, se ubicó en el 0,62% en términos mensuales, aumentando en 0,25 pp. en términos interanuales para encontrarse ahora en el 8,88%. Por su parte, la inflación residual (los rubros excluidos del componente tendencial) fue del 0,40% en mayo, manteniéndose estable en términos interanuales, ubicándose en 17,19%.
El análisis también remarca que hubo una “evidencia de comportamientos anómalos más tenue que en abril”. Se recuerda que en abril se registró por un lado una deflación en el sector de la educación y en algunos servicios puntuales, y del otro, una inflación sorprendentemente alta para algunas manufacturas y alimentos. En esta oportunidad, el único rubro alimenticio cuya inflación superó las expectativas fue el de las frutas y verduras, y lo hizo en una magnitud que no llama particularmente la atención, como también lo hicieron los precios de las manufacturas. Sí se registró nuevamente una deflación en el sector de la educación, menos pronunciada que la de abril, pero aun así sumamente atípica.
Rubros
Al observar el informe del INE, se constata que la división con mayor incidencia al alza fue nuevamente “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (la de mayor peso en el IPC), que aumentó 0,96% incidiendo en 0,27 pp. en el indicador general. Ello se debió fundamentalmente a los aumentos registrados en “Frutas” (+1,11%) y “Legumbres y hortalizas” (+2,54%).
Le siguió en importancia la división “Prendas de vestir y calzado” que aumentó 1,82% e incidió en 0,07 pp. en el indicador general, lo que se explica por subas en ropa de mujer (+1,28%), ropa de hombre (+2,84%), ropa de niño (+1,51%) y calzado de mujer (+5,24%).
Por su parte, cabe consignar el descenso de 1,71% registrado por la división “Educación” que generó un impacto deflacionario en el IPC de 0,07 pp.
Déficit fiscal bajó de 5,1% a 4,6% en abril
Pese al impacto del Covid-19 en la economía, el déficit fiscal logró en abril una reducción de medio punto porcentual medido en términos anualizados. En concreto, el resultado fiscal bajó a un rojo de 4,6% del PIB en el año móvil cerrado a abril, cuando en marzo alcanzó un nivel de 5,1%, según la información publicada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En los doce meses cerrados a abril, el resultado del Sector Público No Financiero mostró un déficit de 2,9% del PIB, pero descontando los ingresos fondos al Fideicomiso de la Seguridad Social (previsto en la ley de “cincuentones”) el rojo alcanza el 4,1% del PIB. Por su parte, el resultado global del BCU se ubicó en -0,5% del PIB, manteniéndose estable respecto a marzo, por lo que depurando también este efecto, el resultado del sector público global fue de un déficit de 4,6% del PIB.
Los ingresos del Sector Público No Financiero se mantuvieron en 30,3% del PIB. En particular, los ingresos del Gobierno Central se incrementaron en 0,2% del PIB. Ese crecimiento se explica por un aumento de los “Otros ingresos”, principalmente por transferencias de utilidades 2019 del Banco República (0,3% del PIB), que fueron compensadas parcialmente por una caída de 0,1% del PIB en la recaudación de DGI. Por su parte, la recaudación de BPS también se redujo en 0,1% del PIB con respecto a lo observado en marzo, al igual que las Empresas Públicas.
A su vez, los egresos primarios del Sector Público No Financiero se ubicaron en 31% del PIB, lo que implica una caída de 0,2% del PIB respecto al mes anterior. Esta reducción se explica por menores transferencias, principalmente como consecuencia de la reversión del saldo de pagos pendientes de devolución por parte de los agentes descentralizados de pago y cobranza que se había observado en marzo. Por su parte, las inversiones se mantuvieron estables en 2,2% del PIB.
El informe del MEF detalla que en los doce meses cerrados a abril, los efectos imputados al Fondo Solidario Covid-19 se estimaron en -0,1% del PIB.
Salarios tuvieron en abril su mayor caída desde 2002
Aunque esperables, los datos del Índice Medio de Salarios (IMS) correspondientes al mes de abril comenzaron a dar cuenta de una realidad muy preocupante en el mundo laboral, ya que los datos muestran una evolución comparable a la registrada durante la crisis económico-financiera del 2002.
De acuerdo al informe publicado por el INE, el poder adquisitivo de los salarios se desplomó un 2,37% en el cuarto mes del año, debido a que el IMS registró una caída de 0,42%, lo que sumó a una inflación de 2%. Se trata de la mayor caída registrada desde setiembre de 2002 cuando el país atravesaba por una de las peores crisis de su historia.
La caída del poder de compra de los salarios en abril se dio mayormente en el las retribuciones del sector público, que tuvo una merma del poder adquisitivo de 3,25%, aunque los salarios privados también mostraron una baja de 1,86%.
No obstante, al considerar el acumulado del primer cuatrimestre del año, los salarios muestran una caída en términos reales de 1,36%, lo que se debe exclusivamente a la baja registrada en el sector privado que registró una pérdida de poder adquisitivo de 2,24%, mientras que en el sector público se tuvo un leve crecimiento de 0,25%.
Medido en términos anualizados, la caída del poder adquisitivo fue de 2,94%, con descensos similares entre el sector público (-2,92%) y el privado (-2,92%).