Daniel Salinas, ministro de Salud Pública
En medio de un nuevo brote, esta vez en una institución de salud (Médica Uruguaya), el ministro recibió a CRÓNICAS en su despacho. En sus recorridos por el territorio nacional observó un cumplimiento “irregular” de las disposiciones, por lo cual llamó a la población a mantenerse alerta. “Estamos fuera de foco; no estamos viendo lo que pasa en Estados Unidos o en Brasil”, advirtió. En otro orden, explicó por qué la vacuna de la BCG no tuvo ninguna incidencia en los buenos resultados que tiene Uruguay.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cuál es el balance que hace de estos primeros cuatro meses de gobierno?
-El balance es positivo en términos del combate a la pandemia, que ocupó mucha parte del tiempo, pero considerando la región y el mundo pienso que hemos salido con buena nota. Tenemos una mirada de futuro y hemos atendido en tiempo y forma la emergencia.
El 2 de marzo asumimos en el Ministerio y el 3 ya teníamos convocados a los principales actores de la salud privada y pública de todo el país, la Cámara de Emergencias Móviles y los sindicatos, para estar preparados para una eventual emergencia por el coronavirus.
El decreto de declaración de emergencia sanitaria del viernes 13 de marzo –cuando tuvimos los primeros cuatro casos en Uruguay-, dice a texto expreso que había 100.000 casos en el mundo, y hoy estamos en 13 millones y medio y casi 600.000 muertos. Nosotros hicimos el paquete de medidas en forma inmediata, tomamos todos los recaudos que estaban a nuestro alcance para minimizar el impacto.
-Hay estudios que indican que en los países donde se ha dado la vacuna de la BCG –como es el caso de Uruguay- la gravedad del Covid-19 ha sido más baja. ¿Incidió eso en alguna medida en los buenos resultados que tuvo el país?
-Yo le pedí a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que me informara qué países tenían vacunación por BCG, porque si no, es como decir que todo se explica ahora por la BCG. Ellos me remitieron un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la OMS, que te da el mapa mundial de la inmunización. Latinoamérica, África y Asia están completamente inmunizados. Por lo tanto, con los países latinoamericanos nos comparamos con total éxito, porque la cantidad tanto de enfermos como de muertos es considerablemente mayor a la nuestra.
-O sea que la incidencia no mueve la aguja.
-Es información de primera, de la OMS y la OPS. América compra a través del Fondo Rotatorio de la OPS, quiere decir que toda América Latina tiene la misma vacuna. Eso te permite perfectamente comparar los impactos de la BCG: ninguno, porque todos están iguales –exceptuando Ecuador, que no está inmunizado-, y los impactos reales de las políticas que nosotros aplicamos.
Por ejemplo, cuando todo el mundo estaba con la serología, incluyendo a España y Francia, nosotros estábamos con el PCR, porque los virólogos uruguayos me explicaron cómo era el asunto, cuál era la diferencia con los tests serológicos, y yo quedé convencido de que el camino era la biología molecular por PCR, el testado masivo y desarrollar un test nacional. Ahí hay una diferencia notoria en el éxito, que es parcial, porque en ningún momento podemos hablar de un éxito total.
-Siguen apareciendo brotes…
-Cuando apagamos un foco en Rivera aparece otro en Treinta y Tres o en la Médica Uruguaya, y entonces siempre vamos a tener que estar apagando esos incendios. Pero yo llevaba la estadística hasta el martes y todos los casos tuvieron su origen en alguien que se contagió en el extranjero.
O sea, o es un dominicano que entró por Rivera, o tres casos en Artigas porque una pareja se había ido a Porto Alegre, o tres en Tacuarembó porque uno se había ido a San Pablo. El caso de Rocha era un bangladeshí que estaba en situación de refugiado. Los de Treinta y Tres habían ido a Río Branco, los de Cerro Largo habían ido a Yaguarón, los de Maldonado vinieron en Buquebus.
-Ahora se reforzaron los controles. ¿Son eficientes?
-Los controles se reforzaron con un decreto por el cual exigimos que cuando vengan del exterior tengan el test negativo. Si alguien por algún motivo no llega a tener ese certificado –porque tuvo que pasar por un médico, un laboratorio o alguna traba-, se va a tener que realizar el hisopado en el puesto de control del aeropuerto para poder ingresar al país.
Eso es eficiente en el sentido de que la persona tiene que hacerse el test y guardar cuarentena siete días, y al séptimo día hacerse un hisopado. Si no se lo hace, debe guardar 14 días de cuarentena.
-¿La gente cumple con las disposiciones en forma correcta?
-Hoy es un problema que la gente cumpla con la cuarentena o con las disposiciones, con el distanciamiento físico social. De pronto te llegan por WhatsApp videos de bailes en Salto. Eso es porque estamos fuera de foco; no estamos viendo lo que pasa en Estados Unidos, en Brasil, en Chile, en Perú, en Argentina.
-¿Qué protocolo se sigue ante un brote?
-El protocolo es el marcado por la División de Epidemiología, que consiste en estudiar la totalidad de los contactos y reforzar aquellas medidas de protección que pudieran estar más laxas en esa falsa sensación de seguridad de que vamos bien. Ese exitismo es peligroso para combatir esta enfermedad, hay que estar siempre con el músculo apretado porque hay que tener reacción y salir fuerte a la cancha a delimitar los brotes, máxime cuando se dan en instituciones médicas, porque allí tienen una mayor velocidad de propagación.
-El país había llegado a tener cero casos nuevos por varios días, pero…
-Lo veníamos dominando precioso y después tuvimos el brote en Treinta y Tres. Una cosa es mantener el cero en determinadas condiciones y otra cosa es tener las clases abiertas, el transporte público andando, la gente trabajando, la construcción, la apertura de los comercios –porque si no, se funden-.
De todas formas, los nuevos casos están viniendo de afuera, por eso lo importante es agarrarlos cuando entran. Por ejemplo, el caso de Médica Uruguaya es un hombre que viajaba periódicamente al Chuy, ese es el origen; no cayó en un paracaídas acá en Montevideo. Es un factor de riesgo ir a la frontera en forma asidua, entonces eso hay que contemplarlo.
-Está controlado, pero siempre tenemos que tener una actitud de alerta, mantener el distanciamiento físico social y usar mascarilla en toda oportunidad.
-¿Cómo ha visto que se ha dado el equilibrio entre la reactivación económica y el cuidado sanitario?
-Con una tremenda responsabilidad por parte del empresariado, que ha tomado todas las precauciones posibles. Creo que la gente ha sido consciente, por ejemplo, en los supermercados, en los cajeros automáticos, donde se mantiene la distancia, se usa el tapabocas. Igualmente, yo he recorrido bastante el territorio nacional y el cumplimiento de las disposiciones es irregular. Ha habido un afloje, que es una pena, porque si usamos la mascarilla todo el tiempo estamos mucho más protegidos.
Hay que recordar que el decreto 93/020 sigue vigente y solicita a las autoridades nacionales, departamentales y municipales que eviten las aglomeraciones y exhorta a los particulares a que cumplan. Eso te da respuesta a todo, entonces, cuando se habla de las fiestas infantiles y se protesta, y se dice “que responda el Dr. Salinas, que le dejamos el protocolo”, es que la recomendación es negativa.
La conclusión se elevó en tiempo y forma, por lo tanto, si no hay respuesta para dar es porque es una actividad que se considera de riesgo. Para la gente que está en eso es el 100% de su vida, yo lo entiendo, pero tampoco es el Ministerio de Salud Pública (MSP) el que dice si se reabre o no. Eso ocurre a nivel del Grupo Asesor Científico Honorario y de la Torre Ejecutiva. Nosotros asesoramos sanitariamente y después otra gente decide.
-El gobierno ha dicho que se ha enfocado en brindar asistencia a todos los uruguayos, pero ¿qué pasa con aquellos que siguen viviendo en la calle? ¿Están en riesgo?
-Hay una política súper activa desde el Ministerio de Desarrollo Social.
-Pero todavía hay…
-Sí, pero el Ministerio de Defensa habilitó cuarteles y está recogiendo más de 300 personas en estos días de ola de frío; no las podés obligar, pero las podés persuadir para que vayan. Ahí tienen ducha, energía eléctrica, alimentación, una cama calientita. Yo lo vi en la televisión, no me lo contaron.
Acá en el MSP teníamos a dos personas en situación de calle y me ocupé yo mismo de llamar al ministro (del Interior, Jorge) Larrañaga y decirle que me mandara gente a retirarlos. Después tuve el reporte sobre los lugares a los que fueron derivados.
Algunos de los marginales también tienen antecedentes penales y saben que cuando les piden la identificación, eso salta.
-¿Las expectativas están puestas en la aparición de una vacuna? El Dr. Álvaro Galiana dijo a CRÓNICAS: “Cuando una vacuna sale muy rápido me da miedo; normalmente demoran cuatro o cinco años en producirse”.
-Hay más de 200 estudios de vacunas y hay 12 vacunas muy serias y avanzadas. Es la información que reportan la OPS y la OMS. Hubo un ofrecimiento por parte de ambas de hacer una compra conjunta para América Latina apuntando, sobre todo, a la población vulnerable mayor de 65 años.
Tenemos un sector de Epidemiología que se dedica a inmunizaciones y lo sometimos a la opinión de los expertos, que son infectólogos, pediatras, que saben de inmunización, y ellos sugirieron que sería bueno que nos sumáramos.
Sin comprometer nada, nos sumamos a esa iniciativa de contar con la vacuna, para cuando esté pronta y segura, más allá de los miedos que pueda tener el Dr. Galiana, que pueden ser compartibles o no.
-No hay un plazo.
-En enero usted dijo a CRÓNICAS que las auditorías eran herramientas invaluables de la gestión, a las cuales apuntaría para mejorar la eficiencia de los servicios. ¿Qué pasó con ese tema? ¿Se postergaron por la pandemia?
-Estamos en una pandemia que se dio la última vez hace 100 años, pero traje dos auditoras de la Contaduría General de la Nación para que me auditen los primeros cuatro meses de nuestro funcionamiento para ver que todo esté en orden. Y después…
-Tiene todo lo que viene de la gestión anterior.
-Yo estoy centrado más en el futuro, pero no es algo que se descarte. Tengo una Auditoría General de la Nación acá adentro, más un auditor interno, y me traje dos más en pase en comisión para tener esa capacidad de auditar. El objetivo es que nos asesoren en que estemos haciendo las cosas bien, que revisen lo que nosotros hemos hecho, que den recomendaciones y después revisar contratos, ver formas de contratación previas, pero por una cuestión de rutina.
-¿Ha encontrado alguna irregularidad?
-Hasta el momento no.
La salida de Talvi “fue una pérdida; es una persona muy valiosa y que tiene mucho para dar por el país”
-¿Cómo ha vivido este nuevo rol, en un contexto donde ha tenido una importante exposición pública?
-No me lo esperaba, pensaba que iba a ser un ministro más en un Ministerio que normalmente no tiene una trascendencia tal. Pasar a estar tan expuesto me ha transformado, a mí y a mi familia, porque no paso desapercibido por casi ningún lugar, tengo una pérdida de privacidad que me afecta, que no sé cuándo la voy a poder recuperar y volver a la normalidad.
-¿Le gustaría volver a la normalidad?
-Por supuesto que sí.
-¿No ve una proyección política a futuro?
-No te puedo decir ni que sí ni que no. Es totalmente apresurado, estamos a 120 días de asumir, no me da para hacer ningún tipo de pronóstico de cómo voy a estar ni biológicamente, ni psicológicamente, ni si con ganas o sin ganas. Te puedo decir que cuatro meses para mí acá han sido cuatro años.
-A nivel del gabinete se dio el primer cambio con la baja de Ernesto Talvi de la Cancillería. ¿Afecta en algo a la coalición?
-Es una pena porque es un hombre sumamente talentoso, con el cual hicimos un gran trabajo con los corredores humanitarios, con el crucero Greg Mortimer, y estuvo siempre a la orden. Si afecta o no, esas son valoraciones políticas y yo no soy político, pero tenemos una muy buena relación, como con todos los ministros. Me parece una persona muy valiosa y que tiene mucho para dar por el país. Yo lo viví como una pérdida.
-Como ministro de Cabildo Abierto, ¿cómo sintió que fue el trato en el gabinete por parte de los demás partidos?
-Sumamente respetuoso.
-Porque al principio había algunas asperezas que limar.
-Yo no tuve ninguna aspereza que limar con los ministros entrantes, al contrario, a los siete u ocho días ya estaba en el centro de la escena y tuve que interactuar con todos.