“Dentro de una región que la va a pasar mal, (Argentina) va a ser de los que la va a pasar peor” dijo a CRÓNICAS Agustín Iturralde, director Ejecutivo del CED, que junto con otros tres economistas analizaron la situación económica del país vecino. Si bien se espera un repunte de la actividad en 2021, se advierte que lo hace desde una base de comparación muy baja tras registrar este año una caída de entre 10% y 18% según los pronósticos. Con ese deterioro, Argentina se ubicaría con un PIB per cápita en niveles de hace 15 años.
Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl e Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
El Covid-19 tomó al mundo por sorpresa y golpeó a unos países más que a otros. Así se dio en todo el mundo y particularmente en América Latina, donde algunos, como Uruguay, parecen estar mejor parados frente a la pandemia, pero otros afrontan situaciones bastante más complejas, como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, entre otros.
Argentina ya venía transitando un camino adverso desde hace años y la crisis generada por la pandemia fue un puñetazo que dejó “grogui” y cerca del knock out a la economía.
Además, en una señal que despertó mucha polémica, el presidente argentino, Alberto Fernández, declaró recientemente a la revista especializada Financial Times que “no cree en los planes económicos”, lo que abre un manto de interrogantes sobre el rumbo que tomará el país para intentar reactivar la actividad.
En diálogo con CRÓNICAS, diversos economistas uruguayos analizaron la realidad económica argentina y qué eventuales caminos de salida se encuentran a una crisis que parece no tener solución.
Expectativa vs realidad
La evolución de la economía argentina ya era mala antes de la pandemia, y en 2019 registró su segundo año de caída de la actividad consecutivo, pero ya venía antes de un extenso período de estancamiento.
El 2020 también comenzó con números rojos: El PIB cayó un 5,4% interanual en el primer trimestre (previo al impacto más fuerte de la pandemia), según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina.
El golpe más duro se está sintiendo desde el segundo trimestre: “Aún sin números definitivos, durante estos más de 100 días en los que la economía ha estado operando con restricciones, la situación (de crisis) se profundizó”, consideró Matilde Morales, economista del Departamento de Consultoría Económica de PwC.
La experta se refirió al estimador mensual de actividad económica (EMAE), un indicador adelantado de actividad, que cayó un 12% en marzo, 26% en abril y en mayo un 21%; además, la industria manufacturera ha sufrido un parate, con una baja de casi 30% en abril-mayo respecto a igual período de 2019. “Todo en el marco de un sector público con muy limitada capacidad fiscal y dificultades para avanzar en la resolución de la renegociación de la deuda”, analizó Morales.
Para profundizar en este punto, el economista Giuliano Cantisani, del Departamento de Análisis Económico de CPA Ferrere, detalló que la variación interanual del EMAE en mayo continúa presentando caídas interanuales “importantes”, aunque estas han sido menores a la del mes anterior, lo que marca cierto repunte. Además, señaló que han mostrado mejoras en la variación mensual desestacionalizada, en línea con la flexibilización de las medidas de cuarentena en algunas zonas del país y para ciertos sectores.
Si bien aún el escenario es muy incierto, los expertos se animaron a proyectar cómo cerrará la economía argentina. Según Morales, el promedio de las expectativas indica una baja en torno al 12%, aunque “los más pesimistas llegan a pronosticar” una disminución de 18%. Cantisani indicó que se contraerá “al menos un 10%”, lo cual, en términos de PIB per cápita, implica que Argentina “retrocedería 15 años”.
En tanto, Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), opinó que estará entre un 12% y un 16%. “Es una Argentina que, dentro de una región que la va a pasar mal, va a ser de los que la va a pasar peor”, aseveró.
¿Aclarando el panorama?
En su nota con el Financial Times, el presidente argentino se mostró optimista y auguró un repunte económico en 2021, liderado por el campo, las obras públicas y la construcción privada.
Consultado al respecto, el economista de Oikos, Pablo Moya, sostuvo que dichos sectores “por supuesto que van a estar mejor post-pandemia”, porque se encontrarán en una situación normal en comparación con la actual. Ahora bien, distinto es que por sí saquen adelante a la economía del país. “Es bastante temerario hacer una afirmación así”, señaló el experto.
Para Cantisani, Argentina deberá tomar medidas adicionales “para brindar mayor dinamismo a la actividad económica en general” si es que espera un rebote.
En esta línea, Morales acotó que el panorama para el año próximo “no es del todo alentador”. Sí es esperable un repunte ya que la base de comparación es muy baja, comentó, pero “la incertidumbre aún es importante”.
Argentina ya ha superado otras crisis antes. La del 2001 es un buen ejemplo. Sin embargo, Iturralde evaluó que en sus recuperaciones cae en un círculo “terrible y muy perverso”. En su opinión, “luego del ciclo económico positivo, viene una gran crisis que empobrece muchísimo a la población, que deprecia los salarios y las jubilaciones; y desde esa economía más pobre es que Argentina vuelve a crecer”.
En ese sentido, evaluó que si Fernández espera una reactivación para el año próximo, tiene dos opciones: o volver a caer dentro de ese círculo y empobrecer nuevamente la economía, o encarar reformar “en serio” para solucionar problemas fiscales y de competitividad, lo cual significa un camino mucho más largo. “No veo que esté ese paso intermedio para que Argentina vuelva a crecer”, expresó Iturralde.
“Muy surrealista”
El presidente argentino ha reiterado en varios oportunidades que su gobierno no hará una nueva oferta por la deuda, pese a que se ha afirmado que las partes están muy cerca de un acuerdo. Sin embargo, muchos se cuestionan hasta qué punto es viable un acuerdo para una economía que se desploma como la argentina.
Moya sostuvo que “hasta que no arregle con los bonistas, va a tener financiamiento cero” o el poco financiamiento que tendrá será “a tasas muy altas y compulsivo”.
No obstante, el economista acotó que el gobierno argentino “no está dando muchas señales a que va a honrar” el acuerdo de deuda propuesto, sino que “quiere tener una solución real desde el punto de vista económico”.
Iturralde siguió esta idea. Para el director ejecutivo del CED, Argentina “muestra una incapacidad de lograr lo único que se ha propuesto”, que era el canje de la deuda.
“Si fracasan en lo único que estaban haciendo, creo que ahí sí, la desconfianza sigue aumentando”, advirtió el experto. Agregó además que ya los mercados internacionales tratan a Argentina como que “virtualmente está en default”, y que las expectativas para con el país “son muy malas”.
Así, no solo tiene una credibilidad muy baja, según Iturralde, sino que es “muy surrealista” que su presidente afirme que no cree en los planes económicos, cuando lo que generan es certidumbre “y precisamente está imbuido todo el país en una gran incertidumbre”, profundizó Moya.