Los partidos que integran la coalición multicolor coinciden en que el gobierno encontró una economía con escaso margen para aumentar los gastos. Sin embargo, existen algunas diferencias en cuanto a la manera en que se debería proceder en ese contexto. De cara a la próxima discusión presupuestal, blancos y colorados apuntarán a la austeridad, mientras que en Cabildo Abierto (CA) entienden que “si es necesario, el país se tendrá que endeudar más”.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
El 24 de agosto ingresará al Parlamento el proyecto de ley de Presupuesto Nacional, informó el presidente Luis Lacalle Pou a la prensa días atrás. Esta semana, el mandatario mantuvo diversas reuniones con los miembros del equipo económico para terminar de delinear la iniciativa.
A mediados de julio, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, indicó entrevistado por CRÓNICAS que el ahorro de 900 millones de dólares que las autoridades habían previsto para este año debió postergarse, aunque “la austeridad va a ser la tónica que se le va a imprimir al gobierno”.
En la misma línea se expresó Lacalle Pou el pasado martes, al ser consultado por los periodistas que aguardaban fuera de la residencia presidencial. Allí recordó que cuando llegó la pandemia del Covid-19, ya se manejaba la imposibilidad de sostener ese ajuste debido a los importantes gastos que implicó la emergencia sanitaria. De todas maneras, destacó que “el ahorro sigue siendo una meta necesaria”.
Representantes de los partidos mayoritarios del bloque multicolor consultados por CRÓNICAS, estuvieron de acuerdo en la necesidad de ahorrar, lo que atribuyeron a la “herencia” que dejó la administración del Frente Amplio (FA).
Por el camino del ajuste
Para el senador del Partido Nacional (PN), Gustavo Penadés, el actual gobierno inició su gestión con una economía en fase de recesión. Eso se explica, sostuvo, por el déficit fiscal de cinco puntos del PIB, una sistemática caída de la inversión que comenzó en 2014, un aumento de la tasa de desempleo y de la pobreza.
“Si a eso se le agrega el agravamiento de la situación como consecuencia de la pandemia, tenemos una economía con muy poco margen para aumentar los gastos”, opinó.
Es por esto que desde la fuerza política se plantea que es fundamental tener un presupuesto “muy austero”. Este sería elaborado para los dos primeros años, o sea, “hasta que pase la tormenta”, y debería incluir medidas que apunten a “un ajuste”.
La lógica de ese recorte, según el legislador, será intentar mantener la inversión en las áreas que se consideran prioritarias, tales como seguridad, salud, políticas sociales y educación.
Con respecto a las advertencias que se han hecho desde diversos sectores, como la ciencia, la educación, el ámbito sindical y la oposición, sobre los “feroces” ajustes y la famosa “motosierra” que se establecerían en este período, Penadés explicó: “A nadie le gustan los recortes de nada. Ahora, la pregunta es cómo se financian (los gastos), porque en esto hay que tener mucha responsabilidad. Se va a intentar que no haya recortes importantes en los rubros prioritarios, pero la capacidad de financiamiento que el Estado tiene para muchos programas que cumplía, es muy escueta”.
El senador considera que esta realidad es producto, entre otras cosas, de la “herencia” que dejó la gestión anterior. “Evidentemente, la situación sería distinta si se hubiera recibido una economía, por lo menos, con un déficit como el que el gobierno de Tabaré Vázquez proyectaba al inicio de su mandato, que era de dos puntos y medio, pero fue el doble”, puntualizó.
Penadés afirmó que para equilibrar las cuentas, o se achican los gastos, o se aumentan los ingresos, y esto último solo puede hacerse de dos maneras: “incrementando la recaudación, es decir, subiendo impuestos, o endeudando al país en mayor medida en el exterior”, pero “las dos cosas están muy acotadas”. Por lo tanto, “antes de endeudarse o de aumentar los impuestos, el gobierno prefirió transitar el camino de apretar el cinturón del gasto público”, apuntó.
Cuidar el grado inversor
La postura del Partido Colorado (PC) es coincidente con la de los blancos. El diputado Ope Pasquet enfatizó que “la necesidad de ahorrar es evidente” dada la situación económica que el gobierno multicolor encontró al asumir, lo que se suma a los gastos que trajo consigo la pandemia.
“Al mismo tiempo que se gasta más, se recauda menos, porque la actividad económica notoriamente cayó. Va a haber una caída del producto este año, entonces, si tenés más gasto, menos ingresos y ya venís con un déficit muy grande, es obvio que tenés que ahorrar. Si no podemos sostener esto, lo que va a pasar es que va a entrar en peligro nuestro grado inversor, y con consecuencias todavía más graves para el futuro”, alertó.
Agregó que es comprensible que el FA quiera “sacar partido” de la situación, aludiendo a una especie de “perversidad” del gobierno de no querer gastar “tanto como gastaban ellos”. Pero “lo que ocurre es que simplemente no se puede hacer, porque el déficit es demasiado grande y esa conducta de irresponsabilidad fiscal que practicó el FA en los últimos años de su gobierno, es algo que el país no se puede dar el lujo de mantener, porque va a llegar un momento en el que nos van a cortar los víveres”, remarcó.
Por otro lado, Pasquet manifestó que el proyecto de presupuesto no se le puede presentar a la ciudadanía simplemente como un conjunto de medidas de austeridad o de ahorro, sino que “hay que demostrar que todo eso está al servicio de propósitos que compartimos, que prometen un futuro mejor, como la mejora de la educación”.
“No” a la motosierra
El análisis de CA en relación a la situación económica es el mismo que para blancos y colorados. El senador cabildante Raúl Lozano explicó que una vez llegado el nuevo coronavirus al país, las previsiones de carácter económico debieron modificarse, máxime teniendo en cuenta el legado que el FA dejó.
El partido de izquierda “entregó el gobierno con un déficit fiscal del 5%, el peor en 30 años; en los últimos cinco años se acumularon 11.000 millones de dólares de déficit que debieron cubrirse con deuda; hubo una pérdida importante de empleo, un crecimiento de la pobreza y los asentamientos; en los dos trimestres finales del gobierno anterior, el país entró en recesión”, aseveró.
El parlamentario añadió que por más que el FA haya podido tener “muy buenas intenciones” en materia de educación, salud y seguridad, “los resultados no acompañaron lo que supuestamente eran inversiones que, en definitiva, fueron gastos, porque no avanzamos, empeoramos”.
Además de la urgencia de ordenar las cuentas, en CA entienden que el país necesita “una rápida explosión económica para salir de esta crisis”. Para eso apuestan a la inversión en la construcción, que “es por donde se va a mover todo el ciclo económico nacional”, de acuerdo con el senador.
En cuanto a la postura de otros sectores, que advierten por fuertes ajustes, Lozano señaló: “Nosotros no estamos de acuerdo con la motosierra. Pensamos que se debe invertir mejor, de tal manera que se revitalice el empleo, y que en las áreas prioritarias como educación, salud y vivienda, se mantenga un buen nivel de inversión”.
Añadió que “si durante los períodos de vacas gordas el país se siguió endeudando, en este caso –sin todavía analizar el presupuesto-, entendemos que si es necesario el país se tendrá que endeudar más, pero de alguna forma hay que empujar a los motores de la economía para que empiecen a funcionar. Para eso se requiere inversión y, como sabemos, el FA no dejó un peso, dejó deudas, entonces de algún lado tiene que salir el dinero”.