Algunas zonas del mundo ya han incorporado la tecnología 5G a su diario vivir. Los países latinoamericanos, incluyendo Uruguay, se encuentran en fases de prueba, aunque algunos aún siquiera poseen antenas instaladas. El avance de esta nueva conectividad es una hecho, y se prevén grandes en cambios en lo relativo al Internet de las Cosas que llevarán la generación de ciudades inteligentes.
La supremacía tecnológica involucra una quinta generación de tecnologías móviles como la nueva base de las comunicaciones globales, que se enfoca no solo en conectar a las personas sino también a las cosas. Uruguay se mantiene dando pasos firmes hacia la incorporación de tecnología 5G, madurando los nuevos modelos de negocio, allanando el camino y a la espera de ciertas pautas internacionales que guiarán la instalación y regulaciones de este tipo de redes. Asimismo, el país está realizando pruebas piloto en diferentes puntos del territorio.
Es sabido que se necesitará de inversiones importantes para llegar a la etapa en la que los usuarios puedan tener la oportunidad de conectarse a través de esta red. Uruguay hoy está en la primera etapa en ese sentido, ya que se cuenta con pocos teléfonos móviles adaptados para incorporarla. Esa tarea será abordada por las compañías telefónicas, especialmente por Antel, que es quien ha avanzado en ese sentido, con el apoyo de la firma Isbel.
Ante ese escenario, en diálogo con Empresas & Negocios, Mauricio González, Product Line SpecialistTelcos en la firma Isbel, repasó en qué etapa está nuestro país para recibir esta nueva tecnología y cuáles son los aportes de la compañía que representa al respecto. González es docente Grado 2 en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República de los cursos de Antenas y Programación y de Multimedia sobre IP.
Antel viene haciendo algunas pruebas piloto de la tecnología, en Maldonado, Nueva Palmira y Montevideo, pero aún no se avizoran grandes despliegues; al menos nada se ha indicado de manera pública. Del otro lado del mostrador, es decir, por parte de losoperadores privados Movistar y Claro por el momento no han realizado avisos públicos de despliegue, pero sí están estudiando la tecnología.
La tecnología 5G es bastante disruptiva en comparación con las conexiones anteriores, ya que evoluciona no solo en cuanto a brindar mayor ancho de banda y velocidad de conexión, sino que busca llegar a nuevos casos de uso. Según explicó González, esta conectividad podrá crear nuevos escenarios de comercialización, como puede ser el Internet de las Cosas (IoT por su sigla en inglés) y la comunicación de muchos dispositivos al mismo tiempo. “Es realmente diferente a lo que plantean las tecnologías anteriores. Si bien las que le preceden también se usaron para eso, la tecnología 5G fue diseñada para soportar eso de manera eficiente”, describió.
Relató que un diferenciador es que posee mucho más ancho de banda y da la posibilidad de conectar más dispositivos al mismo tiempo. Un tercer pilar, que también es una novedad, es que brinda la posibilidad de tener comunicaciones de muy baja latencia, esto quiere decir con menor tiempo de respuesta. “Cuando se quiere acceder a una información es importante la velocidad a la que responde la aplicación. Si pensamos en autos conectados, son poquitos datos que se transmiten pero que tienen que hacerlo muy rápido para que los automóviles se comuniquen entre sí”, ejemplificó.
El rol de Isbel
Isbel es una empresa que busca acompañar el avance tecnológico en las telecomunicaciones en general, al tiempo de asistir y cotejar la transformación digital. La firma trabaja como proveedor de productos y servicios de los operadores de telefonía. “Nuestro rol, en parte, es entender esas tecnologías; en algunos casos ponernos en contacto con los fabricantes y poder hacer un suministro local de ellas, pudiendo instalarla, configurarla y entenderla”, especificó González.
En cuanto a las empresas desarrolladoras, el entrevistado aseguró que en 5G hay grandes jugadores que son los ya conocidos por todo el mundo que, muchas veces, tienen oficinas locales -como Huawei, Nokia, Ericsson-, que suministran los equipos y van directo a trabajar con los operadores. “Nuestro rol está más vinculado al asesoramiento y a brindar servicios, es decir, servir más de nexo”, añadió.
Desde Isbel se está realizando una investigación de la tecnología, y en ese contexto ya se poseen algunas líneas de trabajo que implican algunos proyectos de este tipo, que aún no se expondrán públicamente.
Hacia una ciudad inteligente
En el tema IoT, un elemento de suma relevancia para la firma es que está siendo la integradora de tecnología del principal proyecto en Uruguay hoy. Este es el de los medidores inteligentes que está integrando UTE. Actualmente, los contadores de luz funcionan con tecnología 2G, 3G y se está en fase de probar las tecnologías que siguen. En ese sentido, Isbel fue el que entendió la innovación, por un lado de la medición de energía y, por otro, el módulo de comunicaciones.
“Esto es parte de las tecnologías anteriores a 5G que incorporaron el concepto de IoT, que es tener dispositivos que comuniquen datos que puedan ser útiles a alguien que está centralizado y pueda aprovecharlo, analizarlo y sacar conclusiones para tomar decisiones. Para esto es que fue diseñada la tecnología 5G”, fundamentó el entrevistado.
Las tecnologías anteriores fueron diseñadas para comunicar datos pero más específicamente entre las personas, no entre las cosas, y a la hora de conectar muchos dispositivos en una red se pueden llegar a presentar cambios en el diseño que pueden afectar lo que se quiera hacer.
La 5G, sin embargo, abre un montón de puertas a nuevos casos de uso, negocios, que si bien hoy se están empezando a ver, González considera que en el futuro se verán de manera mucho más notoria. Hoy en Uruguay tenemos cajeros automáticos que funcionan con tecnologías anteriores, pero se prevé que evolucionarán. Lo mismo sucederá con las luminarias de la calle que ya son inteligentes, pero se les podrá agregar una funcionalidad que permita saber si están prendidas, apagadas, que puedan ser telecomandadas e incluso hacer una regulación de la luz.
“Con 5G se puede pensar en estacionamientos que tengan un sensor en el asfalto que comunique si está ocupado el lugar o no, tener una app que recolecte esta información y que el usuario lo vea en tiempo real. Hay infinitos ejemplos. La tecnología, lo que permite, es tener muchos dispositivos conectados a una misma antena y luego estará en la creatividad de las personas de crear aplicaciones que tomen todos esos datos para la elaboración de cosas que puedan ser útiles”, puntualizó González.
Panorama latinoamericano
En los últimos meses del año 2019 y principios de 2020, varios países de Latinoamérica anunciaron que comenzarían a adaptar la red telefónica 5G. Hoy, llegando a finales de agosto, aún se encuentran en proceso las pruebas pilotos, y se proyecta el funcionamiento de la red adentrado el 2021 e, incluso, 2022. Esto se ha dado no solo por el enlentecimiento general que ocasionó el Covid-19 mundialmente, sino porque además es preciso adaptar los dispositivos disponibles y realizar acuerdos con los proveedores de la tecnología.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indicó hace algunos meses que el progreso tecnológico de la región está vinculado a la demanda, situación que incrementa el atraso. Desde 2016 varios países vienen haciendo pruebas de la tecnología, y la Cepal recomienda a la región que apueste por, en primer lugar, fortalecer políticas de uso de tecnologías avanzadas y, a partir de allí, mejorar las condiciones sociales para el ingreso generalizado de la 5G.
Chile, por ejemplo, se encuentra dando pasos acelerados, ya que hace pocos días lanzó la licitación de espectro para el ingreso de la nueva red. El presidente del país, Sebastián Piñera, indicó que fueron dos años de trabajo, y ahora se busca evaluar la capacidad técnica de los interesados para determinar la mejor oferta.
En Brasil, por su parte, hace cerca de dos meses que se comenzaron pruebas de operadoras móviles. Las empresas telefónicas comenzaron a operar de manera experimental con la señal de quinta generación, y se espera que la subasta para comenzar la nueva frecuencia esté para principios de 2021.
El mes pasado, Argentina inició conversaciones con Huawei para comenzar a estudiar el ingreso de la tecnología. El país tiene en planes adoptar la red en 2022 o 2023.
Perú se encuentra rezagado al respecto, ya que la escasez de antenas retrasaría la llegada de la tecnología algunos años más. El país necesitaría más de 200.00 antenas para que la 5G funcione, y hoy cuenta con unas 20.700.
Otro país que se coloca al final de la fila es Paraguay, ya que, se asegura, a corto plazo no hay posibilidades que la tecnología sea licitada. Se estima que esto no sucederá antes del año 2024. Venezuela, por su parte, va detrás de Paraguay.
A la velocidad de la luz
Mientras que en Uruguay, la región y otros países del mundo se debaten sobre la llegada del 5G y la posterior expansión, Corea del Sur ha anunciado recientemente que se tienen planes en cuanto a una tecnología 6G, la que incluye planes pilotos para el año 2026.
Si bien aún 5G está en fases de adopción iniciales en la mayoría de los países que la aplicarán, la innovación tecnológica y de conectividad no se detiene. En ese sentido, se estima que entre los años 2028 y 2030 se comience a comercializar la generación 6G. Para el desarrollo de esta tecnología, Corea de Sur invertirá unos US$ 143 millones durante cinco años a partir de 2021. Su proyecto piloto, en 2026, estará enfocado en tecnología sanitaria, contenido inmersivo, conducción autónoma, ciudades inteligentes y fabricación inteligente.
Estas nuevas redes de datos implicarían una velocidad 50 veces mayor que 5G, llegando a transmitir 1TB por segundo, reduciendo la latencia hasta los 0.1 milisegundos, es decir, 10 veces menos que la 5G.