El líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, afirmó que para cambiar la educación, la única salida posible es sacar al FA del gobierno, porque “esto no tiene vuelta”. La senadora del sector, Verónica Alonso, por su parte, dijo que Wilson Netto es un personaje “nefasto”, que “ha hecho un daño tremendo”. Por otro lado, el diputado Ignacio Estrada habló acerca de los tres factores claves para lograr el cambio educativo: liderazgo, plan y actitud. En tanto, el doctor en psicología Guillermo Fossati, señaló que “en el siglo XXI no podemos seguir con las metodologías del siglo XX en materia de enseñanza”.
El miércoles 26 de octubre, a pesar de la advertencia de un ciclón, se realizó la charla denominada “Hablemos de educación”, organizada por la agrupación del Partido Nacional, Compromiso con el Cambio, que dirige el diputado Ignacio Estrada. Además del legislador, disertaron el senador Jorge Larrañaga, la senadora Verónica Alonso y el doctor en psicología educacional, Guillermo Fossati.
Larrañaga criticó duramente al gobierno por no haber cumplido con los cambios prometidos en campaña electoral: “Iba a llevar adelante el cambio de ADN de la educación, y resulta que terminó echando a aquellos que podían hacerlo. Los primeros que reconocen que la educación está mal y hay que cambiarla, son los que no hacen nada para cambiarla, y me parece impactante”.
A su vez, hizo énfasis en que para cambiar la educación, la única salida posible es cambiar al gobierno. “Hay que sacar al FA, porque esto no tiene vuelta. Van 12 años de ejercicio de gobierno, y siempre las culpas están en los años 90, en el neoliberalismo, en la pobreza que se sembró en el pasado”, remarcó.
El líder de Alianza Nacional expresó que la educación está de rehén de los corporativismos gremiales, que “ponen un palo en la rueda del progreso y del desarrollo educativo de la República”. “Eso me indigna, me genera rechazo, porque esta incapacidad de un gobierno que ha tenido todo, 12 años de bonanza económica, no lo ha hecho, ha fracasado estrepitosamente. Tenemos que luchar para sacarlos para lograr el cambio que la educación pública le permita dar al país el mejor destino, que es el de la libertad de sus hijos”, concluyó.
La senadora del sector, Verónica Alonso, lamentó el ninguneo por parte de la administración del presidente Tabaré Vázquez hacia Fernando Filgueira, “alguien que apostó y sigue apostando” por la educación.
“Genera mucha bronca ver que hay gobernantes que simplemente analizan el tema educativo desde el punto de vista electoral”, señaló, y agregó que tenemos un gobierno que no se pone de acuerdo, donde hay un gremio que se ha desmadrado y un gobierno que no se anima a enfrentarlo. En la misma línea, calificó al presidente del Codicen, Wilson Netto, como un personaje “nefasto”, que “ha hecho un daño tremendo, pero allí pesan las cuotas de poder, y eso es lo que tenemos que empezar a cambiar”.
La legisladora sostuvo que en la última década el debate educativo ha estado centrado en lo que se le dedica a la educación desde el punto de vista presupuestal. Si bien aclaró que apoya que se paguen mejores salarios a los docentes y que haya mayor inversión y mejores escuelas y liceos, indicó que solamente con dinero no van a cambiar los resultados.
Claves
El diputado Ignacio Estrada, por su parte, afirmó que hay tres factores claves para lograr el cambio educativo tan esperado. Explicó que una consultora internacional hace muchos años que viene evaluando distintos sistemas educativos de todo el mundo, sobre todo para ver por qué mejoran los que mejoran, y por qué los exitosos se mantienen arriba. Los factores en común que la empresa detectó en estos casos fueron el liderazgo, un plan concreto y la actitud positiva.
El liderazgo puede ser de dos tipos: político y educativo. Donde se produjeron los grandes cambios había casi siempre un nuevo liderazgo, es decir, una persona que había tomado las riendas de la educación en el país, lo que generalmente se acompañaba de un nuevo líder político, como un presidente, un primer ministro.
“Si comparamos eso con lo que hemos tenido en los últimos años, no hemos tenido ni el liderazgo político adecuado ni el educativo”, comentó.
El plan concreto se refiere a fijarse metas medibles y caminos a seguir, y la actitud, implica “pensar que se pueden hacer las cosas bien”.
Desafío
Guillermo Fossati, en tanto, manifestó que “a diferencia de los países de la región, algunos de los cuales se han estancado, Uruguay ha ido progresivamente perdiendo posición, es decir, teniendo rendimientos más insuficientes a medida que transcurre el tiempo”.
En otro orden, se refirió a los desafíos que hoy presenta la tecnología: “La generación actual difiere mucho de las generaciones pasadas, nace con la tecnología, esto marca una distancia importante con los docentes, que se enfrentan a que el alumno tiene mejor predisposición a meterse en el mundo digital que el profesor, que está tratando de aprender un lenguaje nuevo, mientras que el alumno, que creció en ese mundo, lo adquiere de manera natural. Esto obliga a entender que en el siglo XXI no podemos seguir con las metodologías del siglo XX en materia de enseñanza”.