A la hora de cazar talentos sudamericanos, los clubes europeos realizan la captación a través de la instalación de filiales, lo que representa un grave perjuicio económico y deportivo para las instituciones locales. Uruguay no es la excepción.
Por: Dr. Daniel Pastorini (*)
Segunda Parte
El diario El País del 16/02/16 da cuenta de que en Montevideo, “se inició el Campus Experience Real Madrid con más de 280 jóvenes en el Carrasco Polo Club”. Esta práctica fue reconocida, además, por el director de La Masia (residencia y academia formativa del Barcelona), Carlos Folguera, en el programa En Perspectiva, de Radio Oriental del día 25/07/16, entrevistado por Emiliano Cotelo. “El club tiene unos treinta y pico de ojeadores en todo el mundo, gente que ve alrededor de 10.000 videos, de unos 10.000 deportistas, de los cuales 70 u 80 se incorporan al club. Ven los videos, se ponen en contacto con las familias, se les hace un seguimiento en el colegio o en el club de origen. El club hace un contrato en donde se especifica muy claramente que el niño es becado”. Se gastan US$ 20.000.000 por año. Parecen cifras altas pero después resulta que no, si se lo compara con lo que luego cuesta ir a comprar un jugador del exterior”, explicó Folguera.
Según destaca el diario deportivo de El País (Ovación) del 15 de diciembre del 2017, bajo el título “El Barcelona arriba a Uruguay”, se señala que la escuela del FC Barcelona dirigida a niños y niñas de seis a 18 años recibirá en Montevideo el cuarto campus en Sudamérica, ya que se llevan realizados uno en Venezuela y dos en Argentina -en Buenos Aires y Córdoba-. El objetivo que se plantea a futuro es colocar una escuela permanente en territorio uruguayo.
Al mismo tiempo, se constata también otra nueva modalidad vinculante con los grandes clubes europeos. Comenzaron a instalar filiales, “sucursales”, mediante la constitución de clubes profesionales o tomando clubes amateur preexistentes, transformándolos en profesionales bajo su control y dominio, que se incorporan a las ligas profesionales. Es el caso en el país del Manchester City de Inglaterra con Torque, club que cambió su nombre por Montevideo City Torque, el cual se integra “al grupo” del club matriz situado en el exterior, con dirigentes, funcionarios y/o asesores cuyas elevadas remuneraciones se corresponden con las de ejecutivos de empresas multinacionales. Cabe recordar que el Manchester City fue comprado por el jeque de los Emiratos Árabes, Mansour bin Zayed Al Nahyan.
Debe tenerse presente que quien presidió la intervención de AUF, Pedro Bordaberry, les transmitió a los clubes uruguayos que iba a ser suspendida la afiliación de la AUF en la FIFA si no se votaba en la Asamblea un nuevo estatuto de AUF antes del mes de diciembre 2018.
Pero luego de cesar la intervención, el Dr. Bordaberry asumió como asesor ejecutivo remunerado del club Montevideo City Torque, filial del Manchester City y de su grupo.
Según se informa en la página 8 del diario El País del 26 de julio de 2020, Javer Noblega, quien, radicado en Argentina, se presenta como el director de Negocios del Montevideo City Torque, manifestó que “integra el mismo grupo que el Manchester City y otros seis clubes en el mundo, que el proyecto comenzó en el año 2017 y que se trata de una apuesta a largo plazo con el foco en la formación de venta de futbolistas”.
La transparencia, que fue el eslogan de la intervención de la AUF para la aprobación del nuevo estatuto, implica tener acceso a la información para poder conocer la realidad de los hechos y permitir la credibilidad de la opinión pública en la dirigencia del fútbol uruguayo.
Esto resulta imprescindible para un nuevo modelo de fútbol profesional y obtener nuevos y genuinos ingresos económicos que lo impulsen en el futuro.
Como destaca Javier Gomá Lanzón en su ensayo Ejemplaridad Pública (ED. Taurus – Madrid 2015), “La confianza no se impone, la confianza se inspira. Surge de la ejemplaridad ética, con la fuerza persuasiva del ejemplo virtuoso (página 345).” “El espacio público está cimentado sobre la ejemplaridad, es su escenario más genuino y propio (página 341).” (**) No se puede desconocer que la constitución de clubes filiales se trata de una réplica en el fútbol profesional, de situaciones similares que se dieron en el pasado en otras actividades industriales y comerciales de exportación. Que cabe recordar, sirven para ilustrar por su similitud cómo se desarrolla la operativa desde la casa matriz con las sociedades controladas. Como ejemplo similar por su trascendencia, repercusión y consecuencias cabe recordar lo sucedido en la industria de la carne en la Argentina en el caso del frigorífico Swift, referido en la publicación de la UBA (Universidad de Buenos Aires) “El abuso de la personalidad de las Sociedades” (año 1974). Comentando la sentencia de la quiebra, el eximio profesor de Derecho Comercial argentino, Héctor Masnatta señala que “corresponde una investigación del fondo real de la situación por encima de la forma jurídica.” El caso del frigorífico Swift “se trata de una de las prolongaciones en la Argentina de una de las empresas multinacionales, especie nacida bajo el impulso de los nuevos sistemas de producción, con el comportamiento exportador, de una tendencia según la cual realiza transferencia de bienes a precios más bajos desde las empresas filiales a la casa matriz o a las que integran el mismo grupo que cuando lo venden a compradores extraños al grupo económico. Esto indica una fuente de riesgo para la economía argentina respecto de una empresa inclinada a ejecutar dentro del conjunto Deltec, un deterioro del precio de las exportaciones cárnicas”.
El riesgo de lavado de activos
Según El País del pasado 15 de agosto del 2020, en su página 9 (Economía), y bajo un destacado título se expresa que “en 2021 van a inspeccionar a clubes por lavado de dinero”. Se establece, también con destaque, en un subtítulo “que es un sector a controlar” teniendo presente que los clubes deportivos, desde el año 2017, “son sujetos obligados a indagar sobre el origen de los fondos. Por amplia diferencia es el fútbol el que mueve más dinero y a partir del próximo año se comenzará a controlar que las instituciones cumplan con los controles”. En la nota, la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos (Senacraft), por medio de su secretario, Dr. Jorge Chediak, ante dirigentes y colaboradores de clubes de fútbol, en una instancia virtual, manifestó que “la obligación de los clubes de controlar el origen de los fondos deriva de la ley integral contra el lavado de activos de 2017, que los incluyó como sujetos obligados a realizar reportes de operaciones”. Sobre las particularidades del fútbol en materia de control antilavado, Chediak indicó que “es de los sectores menos trabajados” y que se va a tratar de tener un mejor conocimiento y efectuar las supervisiones e inspecciones (a clubes) el año que viene. En un mensaje a los clubes, el secretario antilavado sostuvo que deben procurar no ser utilizados por aquellos que intentan ingresar dinero ilícito al mercado.
Entonces, no se entiende por qué razón no se aplicó y no se aplica de inmediato la ley. Menos aún que Senacraft recién la va a comenzar a aplicar el año que viene sin determinar fecha (podría ser en diciembre 2021). Menos aun teniendo presente que la AUF suspendió el inicio del campeonato de la Segunda División Profesional para darle tiempo a Rampla Juniors de obtener los recursos económicos provenientes de inversores del exterior, los que son genéricamente identificados primero como provenientes de una señora radicada en Londres, luego de un grupo de Emiratos Árabes y otro día de Arabia Saudita. Todo es de público y notorio conocimiento, según surge de información manifestada en la prensa.
En resumen, la nueva modalidad de los clubes filiales de clubes europeos en las ligas profesionales de países sudamericanos, integrando el “grupo” del club europeo, tienen un propósito deportivo y económico. En lo deportivo, captar desde el club filial a los jóvenes “talentos” que constituyen “materia prima”, despertando la seducción y la ilusión en ellos y en sus padres de una futura incorporación en el exterior, desplazando de esa forma la preferencia y el arraigo de los clubes uruguayos y causándoles un perjuicio deportivo y económico. A esto se agrega el perjuicio al país al recibir menos ingresos por las divisas que se pueden obtener cuando las transferencias de jugadores se realizan al exterior desde un club profesional uruguayo. Eso implica un eventual perjuicio económico para el Uruguay, al incidir en el monto de las divisas que ingresan en las transferencias por esa “exportación de materia prima”, como sucedió en la industria cárnica (futbolistas). Este debería ser un tema del país, que debe estar por encima de lo deportivo, y que exige su regulación legal en la normativa y su contralor por parte del Gobierno nacional.
(*) Exintegrante del Consejo Ejecutivo de la AUF, de la lista de Árbitros del Tribunal del Arbitraje Deportivo (TAS) y de la Comisión del Estatuto de Transferencias de FIFA.
(**) – Javier Gomá Lanzón es Premio Nacional de ensayo de España 2004. Fue elegido por Foreign Policy en el 2012 como uno de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes.