Gabriel Gurméndez, presidente de Antel
En un contexto de permanente transformación, Antel debió asumir un rol central en el combate a la pandemia. Los desafíos que la empresa de telecomunicaciones tiene por delante son fundamentales para su desarrollo. Entre ellos, se destaca la renovación de los sistemas de información que maneja el organismo, que “son vetustos” e incluso “obsoletos”, expresó su presidente. A su vez, el foco estará puesto en las inversiones que tengan real impacto en el cliente y en los servicios y, de hecho, se planea invertir más que en el quinquenio anterior, según detalló el jerarca.
Por Oscar Cestau | @OCestau
-¿Cómo define a Antel hoy, una compañía inmersa en un sector de continuas transformaciones?
-Es una empresa que desarrolla su actividad en un contexto de cambios permanentes, impulsados básicamente por la tecnología. Esta Antel de hoy, además de estar inmersa en esa realidad propia de su negocio, está situada en el medio de una situación social y económica compleja. Así que, digamos, está en el ojo del torbellino.
La pandemia abarca todas las dimensiones de las actividades humanas, pero en el caso de las telecomunicaciones, se han transformado casi en la vida misma de la gente; ellas se utilizan para todas las actividades: familiares, de educación, de trabajo, de salud, de entretenimiento, sociales, económicas… Todo pasa por el sistema nervioso central de las telecomunicaciones, entonces ha colocado nuestra responsabilidad en el centro de la cuestión.
A esto hay que agregarle algunos componentes propios de nuestra realidad nacional, que tienen que ver con el contexto de mercado. Hay un impulso por fortalecer la competitividad en el mercado de telecomunicaciones que es una dirección de política del gobierno que ya estaba planteada en la campaña electoral, y que pasó por robustecer el papel de la Ursec en la Ley de Urgente Consideración (LUC). Está, además, la portabilidad numérica y eventualmente, si se aprueba la Ley de Medios, un mayor nivel de competencia en el mercado de internet. Hay, a su vez, un factor externo, como lo es la eventual venta de uno de los operadores más importantes en el mercado de celular que nos puede colocar ante un competidor con nuevas estrategias.
Antel tiene como fortalezas, naturalmente, que es la empresa líder en los mercados en los que es competencia. En el móvil mantiene su liderazgo, tiene una cobertura nacional más amplia -de llegada en el territorio- que sus competidores. El hecho de ser el operador mayor siempre es un elemento de diferenciación competitiva; y en términos técnicos, está siempre mejor o igual que sus competidores.
-¿El liderazgo también es tecnológico?
-En las distintas etapas de su desarrollo, Antel ha sabido estar en el liderazgo tecnológico; esa ha sido una fortaleza y es nuestra vocación mantenerlo. En esta etapa, esa transformación tecnológica cualitativamente va a ser la incorporación del 5G, que es la siguiente generación de celulares, pero históricamente estuvo a la vanguardia. En 1990, en el directorio que tuve la suerte de integrar, se introdujo la telefonía celular a través de la modalidad de arrendamiento de servicios. Fue una manera a la uruguaya de que se pudiera prestar ese servicio, y en el 2002 nos tocó la incorporación de la tecnología GSM en móvil y el ADSL, que fue la revolución en términos de datos.
Después, lógicamente, vino la fibra óptica en el Uruguay y los sucesivos cambios tecnológicos. Por tanto, esa ha sido una vocación de Antel que aspiramos a mantener.
Si tuviera que señalar las debilidades, las indicaría básicamente en términos de gestión. Creo que tenemos fortalezas en “fierros” y en adquisición de tecnología, tenemos una red robusta. Pero en lo que respecta a la gestión, está la gran oportunidad de mejora.
-¿A qué se refiere?
-Los sistemas de información hacia adentro que Antel maneja son vetustos y, en muchos casos, obsoletos. El sistema que maneja toda la relación de clientes, facturación de telefonía fija y datos es el que instalamos nosotros en el año 93. Creo que falta una gran renovación y va a ser parte del esfuerzo de estos próximos años.
Entre los pilares estratégicos de nuestra gestión estamos apuntando a una transformación digital hacia la interna de la empresa y en el relacionamiento con nuestros clientes. Antel no tiene expediente electrónico, se administra con papel y parece una contradicción con su realidad y los productos que ofrece.
Claramente estamos poniendo énfasis en la transformación digital tanto interna como hacia afuera. Esperamos que en el 2021 todos los trámites y las interfaces con nuestros clientes se puedan hacer a través de un canal digital. La pandemia forzó la máquina para eso, los clientes se acostumbraron y queremos que sea posible.
Siempre tenemos que tener presente que las empresas están al servicio del cliente: el clientecentrismo tiene que ser la mirada permanente.
-¿No lo estaba?
-Había alguna distracción estratégica en ese sentido y parte de los esfuerzos y recursos no se volcaron con esa mirada.
Hay cosas que son muy evidentes y es que el Uruguay es un todo, pero nuestros clientes no fueron tratados todos con equidad. Hacia el Interior existe un rezago importante en cuanto a productos, a oferta y calidad de servicio; y eso se hace mucho más claro en lo que es el Interior profundo del país. Para ellos estamos diseñando un programa específico y en el 2021 esperamos llegar con conectividad de internet a decenas de localidades rurales profundas. También, de hecho, este año más del 80% de los recursos de fibra óptica van a estar dedicados al Interior del Uruguay. En términos de infraestructura de telefonía móvil y datos móviles estamos duplicando la cantidad de intervenciones y mejoras respecto a 2019 fuera de Montevideo.
“Esperamos llegar con conectividad de internet a decenas de localidades rurales profundas. También, de hecho, este año más del 80% de los recursos de fibra óptica van a estar dedicados al Interior del Uruguay”.
-Austeridad y competencia fueron términos que usó cuando asumió. ¿Dónde se pueden notar los grandes ahorros?
-Se van a ver en el momento que publiquemos los números, pero hubo un seguimiento minucioso de la gestión del gasto, primero en cumplimiento de las pautas y de las directivas del propio gobierno.
Fue un año difícil, porque al tiempo que buscábamos la mayor eficiencia en términos de gastos operativos, teníamos el desafío de atender una demanda extraordinaria de servicios. El tráfico de datos al hogar creció un 40% en el año 2020 y el tráfico de datos de la red celular se duplicó. Hubo un desafío muy importante para mantener eso funcionando y lograr ahorros significativos. Notoriamente, algunos rubros fueron muy importantes en el área de la publicidad y en gastos de funcionamiento. En todos los rubros no asociados a la demanda comercial pudimos cumplir con las pautas del plan financiero del gobierno.
-El gobierno pretende darle mayor competitividad al sector de las telecomunicaciones, y esa política está hoy en manos de la Ursec. ¿Qué papel juega Antel en ese escenario? ¿No hay riesgo de que pierda relevancia y se debilite entre sus competidores?
-En el mercado de móviles la competencia existe desde el 2002-2003, cuando aparecieron los nuevos operadores. Desde entonces, hasta hoy, si algo ha demostrado la apertura a la competencia es que el mercado ha crecido enormemente: hay más de cinco millones de servicios de telefonía celular. Los clientes están con mayores posibilidades de elegir y las propias empresas se han fortalecido. Del ejercicio competitivo de tener el desafío de liderar, de ser mejor, de conseguir clientes y mantenerlos, Antel ha salido fortalecida.
La portabilidad numérica introduce un derecho adicional para el cliente y una mayor libertad para elegir. Desde la perspectiva de Antel y señalando nuestras fortalezas, no podemos obviar que somos el operador con mayor market share, tenemos la red de cobertura más amplia del país y nuestros indicadores técnicos mirados de forma independiente son iguales o mejores que los de la competencia. Lógicamente es un desafío, pero especialmente representa una oportunidad. Tenemos todo para poder hacerlo bien.
-¿Cuáles son los planes para el Antel Arena?
-Las condiciones de proyección para el futuro en materia de rentabilidad de esa inversión son poco halagüeñas. Todos sabemos que un negocio de esta naturaleza, que viene a ser una suerte de concesión a plazo, cuando el desvío de la inversión inicial es tan relevante, es difícil que los flujos futuros que pueda generar la operación alcancen a obtener un grado de rentabilidad. Pasa también por la manera en la que mejoramos la explotación. En este sentido, el gerenciador privado del complejo es quien tiene, en gran medida, la mayor responsabilidad una vez se restaure la normalidad para la realización de espectáculos.
-¿El Data Center fue un buen negocio?
-Los negocios siempre lo son en la medida en que uno tiene un plan de negocios y va evaluando cómo se va cumpliendo. En este caso, si tuviera que hacer un juicio muy resumido, diría que se lanzó la inversión sin tener tanta claridad respecto al plan de negocios. Como que la bajada a tierra del plan de negocios fue posterior a la decisión de la inversión y esta obedeció más al impulso de llevarlo adelante. Eso no quita que no sea un elemento de la oferta comercial de Antel, complementario, importante y una infraestructura de la que tenemos que sacar provecho.
En el 2020 sí se cumplieron los presupuestos de ingresos que estaban previstos en el Data Center y el nivel de ocupación del mismo es importante, tanto de clientes del Estado como de clientes privados.
-El directorio decidió cerrar la generación de contenidos para Vera+. ¿Por qué tomó esa decisión?
-No es tan radical. Lo que el directorio ha dicho y hecho es no llevar adelante una producción de contenidos o su adquisición en una manera gravosa sin tener claro el retorno y el beneficio económico o en términos de mayor fidelidad de nuestros clientes y de generación de tráfico. A la política de contenidos que se llevaba adelante antes le faltaba una lógica empresarial. Nosotros hemos dicho en la Cámara de Diputados en ocasión de la discusión de la Ley de Medios que Antel no se va a privar de ningún instrumento para hacer una oferta competitiva, y si eso pasa por disponer de contenidos, no nos vamos a cortar el brazo. Pero hablamos de contenidos que sean atractivos y que haya un modelo de negocios que los sustente detrás y no tirar el dinero de los uruguayos. De hecho, estamos explotando alternativas de contenidos, incluso de la producción de contenidos deportivos a nivel local con la Secretaría Nacional de Deportes.
-¿Dónde pondrá foco Antel en materia de inversiones en 2021?
“Antel va a invertir casi un 2% más en el negocio principal, en infraestructura, en espectro y en sistemas de gestión que lo que se invirtió en el quinquenio anterior. O sea, sin inversiones en estadios”.
-Cuando este gobierno aprobó el presupuesto quinquenal de inversiones para Antel, lo fijó en un 15% menor de lo que se había ejecutado en el quinquenio anterior, y lo estableció en 643 millones de dólares para el periodo que va del 2020 al 2024. Pero en el quinquenio anterior había inversiones que no tenían nada que ver con el foco de nuestro negocio, que son las redes de telecomunicaciones, la red móvil, la tecnología, la gestión. Un ejemplo es el Antel Arena… Si uno quita las inversiones ejecutadas en el periodo anterior en el Antel Arena, el importe del quinquenio resulta un poco menor a lo que vamos a invertir nosotros.
Antel va a invertir casi un 2% más en el negocio principal, en infraestructura, en espectro y en sistemas de gestión que lo que se invirtió en el quinquenio anterior. O sea, sin inversiones en estadios.
-A diferencia de lo que dice la oposición, hay un aumento de la inversión entonces…
-Así es. Repito: en lo que es la inversión en telecomunicaciones, sacando las distracciones como el Antel Arena, vamos a terminar invirtiendo un 2% más en dólares que lo que se invirtió en el quinquenio anterior.
El foco va a estar hacia aquellas inversiones que tengan impacto en el cliente, en los servicios y en la modernización de nuestra gestión.
Dicho esto, en el año 2021, en términos financieros, pensamos ejecutar inversiones en el orden de los 153 millones de dólares, frente a los 137 millones que se invirtieron en el 2019, o sea casi 12% más. Esto en términos de flujo de caja en inversión, y también en adquisición de espectro, que es un componente muy importante de la capacidad del sistema de telecomunicaciones.
Las inversiones de desarrollo tecnológico y de la red van a tener un aumento de más del 25% este año; y como énfasis, en fibra óptica el 86% de esa inversión va a estar dirigida al Interior. A su vez, en términos de móviles vamos a duplicar las intervenciones técnicas para mejorar la capacidad de la red móvil celular también en el Interior del país.
Tenemos un componente importante, que es la red 5G en estos próximos años y que va a ser parte de nuestra estrategia competitiva. Estamos en etapa de despliegue técnico, de pruebas; estamos haciendo ensayos en áreas en el Interior y estamos invirtiendo en toda nuestra red para poder poner el switch en on cuando sea adecuado. El objetivo es hacerlo en esta administración. Esto está acoplado al ciclo económico, al de la competencia y siguiendo la demanda.
Crecimiento a pesar del contexto
Durante la charla, Gurméndez destacó como un hito relevante del 2020 el hecho de que la empresa superó el millón de clientes de datos fijos, además de poder cubrir la fuerte demanda de tráfico que hubo. “Antel superó el millón setenta mil clientes de acceso fijo de datos. Además, crecimos en todas las áreas de negocios: en servicios de datos fijos lo hicimos un 5%, en telefonía fija un 3% y en cantidad de clientes móviles un 1,4%. Nosotros sinceramos el market share… Antel reportaba clientes móviles con un criterio laxo y sin seguir las normas de la Ursec, sobreestimando deliberadamente su market share. En la realidad, en 2020 tuvimos casi 20.000 clientes más (1,4%)”, puntualizó el ejecutivo.
Adelantó que en materia de inversiones en fibra óptica el foco está puesto en completar en 2021 una cantidad de localidades importantes del Interior -casi 20- que quedaron sin ser cubiertas en su totalidad. Como ejemplo de esto mencionó ciudades como Pando, Piriápolis, Nueva Helvecia, Río Branco y Pan de Azúcar, entre otras. También hizo alusión a la importancia de reforzar la cobertura en rutas nacionales –como la 1, 5 y 8-, que han mostrado inconvenientes de conectividad en algunos tramos.
De cara a la sociedad
-Al ser una empresa pública, imagino que Antel tiene un rol social que jugar, sobre todo en tiempos de pandemia como el que vivimos. ¿Dónde puede verse esa intervención?
-Al 28 de febrero aplicamos, a costo de Antel, 12 millones de dólares en proyectos que tienen que ver con apoyos en el combate a la pandemia. En algunos casos pasan por promociones y bonificaciones fuertes en el uso de datos para nuestros clientes; también hubo alivios para sectores empresariales complicados y descuentos para personas beneficiarias del seguro de desempleo. Se hizo todo un replanteo de la morosidad, que pasó por un alivio de los costos de mora de casi 300.000 clientes, y a la vez se llevaron a cabo acciones propias de Antel en el combate a la pandemia. Por ejemplo, se puso el Antel Arena al servicio del plan de vacunación, se utilizaron recursos como el call center de la empresa al servició del Ministerio de Salud Pública (MSP) para asistencia psicológica, rastreo epidemiológico, control de personas que entraban al país y apoyo a la vacunación. De hecho, todo el backoffice de conectividad para la agenda de vacunación la lleva adelante Antel. Pusimos nuestra capacidad de Big Data y analytics al servicio del GACH (Grupo Asesor Científico Honorario) y el MSP.