El viceministro de Medio Ambiente, Gerardo Amarilla, conversó con CRÓNICAS en el marco del Día Mundial del Agua celebrado cada 22 de marzo a instancia de la Asamblea General de Naciones Unidas. El subsecretario aseguró que OSE, OPP y el Ministerio que representa trabajan sobre la iniciativa privada que tiene como fin proveer de agua potable al Área Metropolitana de Montevideo y ser una alternativa al río Santa Lucía.
La Constitución Nacional reconoce que el agua es esencial para la vida y que el acceso al agua potable y al saneamiento constituyen derechos humanos fundamentales.
En el marco de la celebración del Día del Agua, cuyo claim para el 2021 es “Valoremos el Agua”, el viceministro de Medio Ambiente, Gerardo Amarilla, aseguró a CRÓNICAS que la cartera trabaja activamente en preservar y mejorar la calidad del agua en el país.
“El Ministerio tiene como justificación primera la situación del agua en Uruguay”, aseveró el subsecretario.
Y, en su visión, la situación antes mencionada dista de ser la ideal. “Tenemos problemas serios que hemos recibido de la etapa previa a nuestra creación respecto a los temas de agua”, confirmó. De las varias complicaciones resaltó la calidad muy comprometida del recurso acuático en varias cuencas del país: muy seriamente la de Santa Lucía, también en el Río Negro, el Río Uruguay, el Rio de la Plata y, a su vez, se advirtieron problemas y denuncias en cuencas menores. “Estamos intentando revertir ese proceso de descuido de la calidad de las aguas superficiales del Uruguay”, sostuvo.
En ese sentido, Amarilla remarcó que “es un trabajo muy arduo” porque se desconoce exactamente el origen de la contaminación dado que hay varias fuentes difusas desde donde puede provenir.
Además de los problemas mencionados al respecto de la calidad, el Ministerio ha encontrado situaciones de falta de cantidad de agua por lo que se procura una fuente alternativa a la actual de Santa Lucía. “Estamos trabajando en la cuenca de Santa Lucía, no solo pensando en mejorar la calidad de la cuenca sino también en buscar una fuente alternativa de agua para el Área Metropolitana de Montevideo”, aseveró.
Se trata del proyecto Neptuno presentado a Presidencia de la República el pasado 19 de octubre del 2020 por el consorcio Aguas de Montevideo -integrado por Saceem, Berkes, Ciemsa y Fast-.
La iniciativa privada para obras de ampliación y mejora en la capacidad de abastecimiento de agua potable fue aceptada en forma parcial por OSE el pasado 24 de febrero y anunciada por el presidente del la República, Luis Lacalle Pou, el 2 de marzo del presente año cuando informó que la inversión será de US$ 200 millones.
En este contexto, Amarilla señaló a CRÓNICAS que el Ministerio de Ambiente trabaja en conjunto con OSE y OPP en la evaluación de la iniciativa y en el seguimiento del proceso.
Consultado al respecto de si la represa sobre el Arroyo Casupá también estaba encaminada, el viceministro aseguró: “Casupá por ahora no. La idea es trabajar en la fuente alternativa”.
Asimismo, Amarilla destacó que en Río Negro existe un fideicomiso con fondos de una empresa instalada en el río y que junto al Estado Uruguayo se está trabajando en 30 proyectos para mejorar “la calidad, el modelaje del rio, la biodiversidad y disminuir el impacto de las unidades productivas”.
Bajo tierra
Otro gran capítulo son las aguas subterráneas. Gerardo Amarilla dirige el Centro Regional de Aguas Subterráneas para América Latina y el Caribe (CeReGAS) que tiene sede en Uruguay y trabaja en el Acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo que Uruguay comparte con Brasil, Argentina y Paraguay. El también director del CeReGAS aseguró que actualmente se trabaja en el Acuífero Guaraní 2.
“Uruguay tiene más riqueza en agua dulce que lo que podría tener en oro o en petróleo. Es uno de los países más ricos del mundo en cuanto al recurso. Lo importante es aprovecharlo bien desde el punto de vista de la protección ambiental, la inclusión social y el desarrollo económico”, concluyó Amarilla.
En control
En este contexto, la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) contribuye para que la población de todo el país acceda al agua potable con niveles adecuados de calidad y seguridad a través de la regulación y fiscalización del sistema de abastecimiento.
Para ello llevan adelante un Programa de Vigilancia de la Calidad del Agua Potable. En el marco del mismo, se extraen y analizan muestras de las redes de distribución con procedimientos bajo un sistema de gestión de calidad con certificación ISO 9001:2015.
En el mundo
En la actual situación de emergencia sanitaria, la principal medida preventiva hasta el momento continúa siendo la higiene corporal, por lo cual garantizar el acceso al agua potable resulta fundamental.
Las normas internacionales de derechos humanos establecen que la prestación de los servicios de agua potable requiere “continuidad, permanencia y calidad, en condiciones de igualdad y no discriminación, de forma sustentable y solidaria con las generaciones futuras”.
El agua es un recurso único e insustituible, es base de la vida, las sociedades y las economías. El acceso a ella es también un derecho humano; sin embargo, 2.200 millones de personas carecen de este acceso.
“La falta crónica de inversión en agua y saneamiento perjudica a una cantidad ingente de personas. Esto es inaceptable”, dijo el pasado lunes el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, con motivo del Día Mundial del Agua.
Guterres añadió que si no se cuadruplican los esfuerzos e inversiones, no se podrá cumplir con la meta de lograr el acceso universal al agua para 2030, como lo marca la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Uruguay ha logrado una cobertura casi universal de acceso a agua potable segura. En 2020, la inversión de OSE en obras de agua potable y saneamiento superó los US$ 70 millones.
En este marco, Uruguay asumió el compromiso de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la Naciones Unidas, cuyo sexto objetivo prevé que se establezcan las metas a alcanzar para el año 2030 entre las que se destacan:
– Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para toda la población.
– Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos.
– Aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua.
– Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.