En diálogo con CRÓNICAS, el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet, manifestó su preocupación por el arribo de la variante delta (proveniente de India) a Uruguay. Esto se debe a que causaría mayores rebrotes del covid-19 en el país, y generaría un aumento de la demanda intensiva “por lo menos en el segundo nivel de atención”. A su vez, adelantó que la población debe acostumbrarse a que la “vieja normalidad” ya no tendrá lugar y que algunas cosas de las que tuvimos que hacer para enfrentar la pandemia van a tener que seguir a largo plazo para prevenir otras enfermedades, que son transmisibles de forma similar.
Si bien Uruguay aún tiene “valores muy elevados de casos positivos” de covid-19, lo cual “se vincula a que tenemos valores muy elevados de transmisión comunitaria viral”, la realidad es que a nivel de cuidados intensivos “hemos pasado el peor momento, que fue abril y mayo”. Así lo dictaminó Julio Pontet, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), en diálogo con CRÓNICAS.
El experto apuntó que hoy hay un descenso de alrededor de 150 camas ocupadas por covid-19 en los CTI con respecto al 2 de junio, cuando hubo un pico. La lógica detrás de esto, argumentó el intensivista, es la principal herramienta para bajar los casos: la vacunación. A raíz de ello, en primera instancia disminuyó los casos graves a nivel poblacional, y se espera que luego se extienda en el tiempo progresivamente a los casos moderados y leves.
A pesar de que los ingresos a cuidados intensivos bajaron, no fue el caso de los egresos, ya que “los desenlaces en estas dos primeras semanas de junio son de pacientes que ingresaron en abril y mayo, o sea que no era previsible que de inmediato bajara la mortalidad”. Dicho esto, Pontet expresó que “se va a empezar a notar” a finales de junio y principio de julio un “franco descenso” en la mortalidad tanto dentro como fuera del CTI.
Cuidados intensivos
Hoy hay un descenso de alrededor de 150 camas ocupadas por covid-19 en los CTI con respecto al 2 de junio, cuando hubo un pico.
En este sentido, el experto precisó que el promedio de edad de quienes se encuentran en CTI en mayo era de 57 años y, aunque no contaba con la cifra concreta, indicó que “en junio parece ser menor”. A su vez, esa edad significa “un descenso importante” con respecto al primer año de pandemia, cuando era de 65 años. Por otro lado, manifestó que es una “muy buena noticia” el comienzo de la inoculación a los adolescentes, ya que esta población —y los jóvenes en general hasta 30 años— “tienen una característica con esta enfermedad, y es que pueden transmitir el virus casi sin síntomas”. Esto genera una red de transmisión comunitaria del virus que puede ser “muy importante” pero, al mismo tiempo, “no notarse demasiado”; eso es peligroso, ya que puede llevar el virus a personas más frágiles, alertó Pontet.
En cuanto a los niños, el presidente de SUMI no pudo dar una opinión fundada ya que no trabaja con esta población en particular. No obstante, sí declaró que, aunque los infantes transmiten menos el virus y se enferman en menor cantidad, “en la medida que hay (muchos) casos positivos, aparece alguna forma grave que tiene un desenlace malo (…) Cuando el total de casos es pequeño, eso no lo vas a ver; cuando hay miles de casos, siempre puede haber uno en donde el mal resultado era inesperado”, reflexionó.
Variante e inmunidad
El médico intensivista se refirió, también, a la variante delta del covid-19 —proveniente de India— que ya se confirmó en Brasil, y se alerta que podría ingresar a Uruguay. Ante esta amenaza “ya estamos preocupados”, sostuvo Pontet, ya que la llegada a Uruguay “en algún momento se va a dar”. Dicha inquietud se debe a que esta variante es dos veces más transmisible que la cepa original y podría generar un aumento de la demanda intensiva “por lo menos en el segundo nivel de atención” médica. Esto causaría, además, que este inicio de mejores números que Uruguay está mostrando en junio podría empeorar la situación; la nueva variante “puede ser un causal de rebrotes”, sintetizó Pontet.
Por otro lado, al ser consultado respecto a cuándo podría alcanzarse la inmunidad de rebaño en el país, el experto explicó que depende de muchas variables. “Lo que todo el mundo piensa es en el porcentaje de vacunados, pero ese nivel de umbral es variable, porque la inmunidad de rebaño implica que el no vacunado está siendo protegido y no va a recibir el virus porque el virus no se transmite, porque hay una masa de población que está vacunada”, desarrolló. El tema central es que “no hay un umbral exacto”, ya que depende, por ejemplo, de la cepa que esté en circulación, ya que si esta es más transmisible el umbral se eleva. “Con la cepa original parecía que el umbral era 60%, pero con las nuevas cepas parece que puede aumentar a 70% o 75% de la población vacunada”, puntualizó. Otro factor a tener en cuenta es cuánto se transmite el virus, y eso no depende únicamente de la cepa viral, sino del comportamiento humano. “Si la interacción humana es muy alta, la capacidad de transmisión aumenta”, analizó, por lo que también se estaría elevando el umbral para alcanzar la inmunidad de rebaño. De esta manera, Pontet afirmó que se espera que haya un progresivo control en el número de casos, acompañado de una baja en la ocupación de los CTI para la mayoría de los pacientes. Así, llamó a reflexionar que la población debe acostumbrarse a que la “vieja normalidad no va a existir más”, sino que “vamos a vivir un cambio”. El experto finalizó haciendo un llamado para que la sociedad aprenda que “algunas cosas de las que tuvimos que hacer por el covid-19 van a tener que seguir a largo plazo para prevenir otras enfermedades que se transmiten de forma bastante similar”.